martes, 27 de agosto de 2019

El gobierno de la fantasía


Dice la sabiduría popular, y dice bien, que del dicho al hecho hay un trecho, es decir, no importa qué tanto se hable, esto carecería de significado si no se acompaña con hechos, con acciones contundentes para alcanzar objetivos específicos. Dicho de otra manera: es muy fácil criticar desde la comodidad de la casa cuando no se está inmerso en el calor del momento.

Lo que estamos viviendo actualmente en nuestro país es, desgraciadamente, la muestra de ello. Si hacemos un minucioso análisis de lo que López Obrador sostenía como oposición y lo contrastamos con sus acciones hoy que tiene el poder, nos daremos cuenta que son diametralmente opuestas. Ejemplos sobran, pero me quedo con uno que es muy actual: durante su última campaña electoral, AMLO atacó abiertamente al entonces presidente Enrique Peña Nieto por su tibieza ante los comentarios racistas de Trump, señalando que cuando él llegara a la Presidencia, exigiría a su homólogo total respeto hacia los mexicanos. Hoy, ya como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, únicamente se ha limitado a manifestar que no se confrontará con el residente de la Casa Blanca. Muchos podrán argumentar que es una postura prudente, que uno no debe confrontarse con el presidente del país más poderoso del mundo, con un gran socio comercial y que, para colmo de los males, es tu vecino, pero honestamente creo que es necesario que AMLO, como presidente de México si debe levantar la voz para defender a sus connacionales.


Otro punto que viene muy al caso es la economía: López insiste que podremos llegar a crecer a razón de 4% cuando el segundo trimestre de este año el crecimiento, según mediciones del INEGI fue de 0.0%. Nada. La economía está estancada.


Hace algunas semanas escuchaba una mesa de debate en el programa de radio de Carlos Loret de Mola y uno de sus panelistas (cuyo nombre, debo reconocer, no recuerdo) comentó algo que me hizo mucho sentido: López Obrador tiene un diagnóstico correcto de lo que está mal en México, pero sus acciones no corresponden a ese diagnóstico, lo que me llevó a compararlo con un doctor que sabe que su paciente tiene gripa y en lugar de recetarle antigripales, le receta antidiarreicos. Teniendo esto en mente, se explica el por qué, cuando se le presenta la realidad, la respuesta presidencial siempre es la misma: “yo tengo otros datos”.


Para entender lo enraizado de esta respuesta, hay que hacer un poco de historia: allá en el año 2000, AMLO llegó a ser Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Tuvo una gestión de claroscuros: algunos la catalogan como buena, otros como mala. Yo honestamente cero que dejó mucho que desear en temas de seguridad, por ejemplo, pero esa gestión, acompañada del juicio de desafuero en su contra le dieron la visibilidad necesaria para contender por la Presidencia de la República, lo que intentó en tres ocasiones, hasta que, las elecciones pasadas, por fin se alzó con la victoria.


A lo largo de esos 18 años de campaña fue realizando su diagnóstico nacional. Si algo le tengo que reconocer es que nunca dejó de recorrer todo el país para familiarizarse con la problemática social y, a partir de eso, construir un plan de acción, desgraciadamente, el plan construido resultó ser arcaico, imposible de adecuarse a las necesidades sociales actuales, es decir, plantea soluciones que pudieron haber servido para los años 70, pero que para su gestión de 2018 a 2024 no sirven para nada.


Aun así, López ha defendido su plan y su estrategia. No lo puedo culpar. Creo que cualquier persona que trabaje 18 años en un proyecto lo defenderá a capa y espada. El problema es que él es, precisamente, el titular del Poder Ejecutivo Federal y debe velar por la integridad y seguridad de los mexicanos, no por la integridad de su plan. Al darse cuenta que sus acciones no funcionan, debe corregir y dar golpe de timón para acoplarse a la actualidad.


La confrontación de la realidad con lo plasmado en su proyecto le resulta dolorosa. No puede aceptar que no sirva lo que trabajó durante tanto tiempo. En la realidad, no se preparó para ejercer el cargo; no se preocupó por establecer un plan adecuado a las necesidades sociales actuales; no se preocupó en adentrarse a estudiar las formas más adecuadas para atender los flagelos nacionales. No puedo olvidar aquella frase que le espetó Ricardo Anaya en uno de los debates: “el problema no eres tú, el problema es que tus ideas son viejas”. Desgraciadamente, nada es más cierto y ahora lo podemos ver en carne propia. La salida de inversión, los subejercicios, las tasas de desempleo, la carencia de medicinas, la violencia incontenible, todo, por querer regresar el régimen centralista, al régimen de un solo hombre, de un súper hombre que todo lo controle.


Por supuesto que AMLO solo va a reconocer sus “otros datos”. Los datos que sirvan para robustecer y sustentar su proyecto, aunque nunca los haga públicos porque en verdad, estos no existen. Contradice a su Subsecretario de Hacienda cuando dice que existe subejercicio. Por supuesto, en el esquema ideal de AMLO, el subejercicio no tiene cabida, está sucediendo y no tiene la humildad para reconocer su falla, dice que él tiene otros datos, pero con toda franqueza, aún cuando esos otros datos existieran, ¿cuáles deberían ser tomados en consideración? Creo yo que los más fidedignos serían los datos que tiene el funcionario encargado de las finanzas públicas.


Por supuesto que es en extremo grave lo que está sucediendo, que el Presidente quiera negar los datos reales solo porque estos no van acorde a su plan o porque demuestran que su “trabajo” de 18 años no está rindiendo los frutos que él esperaba mientras que únicamente intenta abrazar los datos que a él (no a México) le convienen; desgraciadamente nosotros los ciudadanos sí tenemos otros datos.

@Benjamin_Muniz

martes, 18 de junio de 2019

¿Tenemos los recursos para enfrentar lo que viene?

Hace un par de semanas, el presidente Donald Trump, muy a su estilo de gobernar, amenazó al gobierno de nuestro país que, de no frenar el flujo de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos, se impondrían aranceles a productos mexicanos a razón, en un primer momento, de 5%, pudiendo incrementar mensualmente hasta alcanzar un 25%, mismos que se comenzarían a aplicar el lunes 10 de junio.

Gran parte de los analistas económicos de ambos países alzaron la voz para señalar el riesgo de ejecutar tal medida por el daño que causaría a la economía no solo de México, sino también de Estados Unidos. Por supuesto que a Trump no le importó lo que dijeron, incluso, congresistas de su propio partido y  manifestó que de no ver acciones contundentes del gobierno mexicano los aranceles irían por que irían. Como diría cierto político mexicano: "Me canso ganso".

Nuestro Canciller fue a Washington, D.C. a encabezar las negociaciones, acompañado de un grupo de funcionarios de nuestro gobierno. Fueron días álgidos y todo parecía que el consenso no se lograría; pero se logró y Trump dio marcha atrás. Consiguió lo que tanto quería.

Reiteradamente Trump ha manifestado que construirá un muro en la frontera y que México pagaría por él. Lo logró, y no solo eso, logró convertir a México en su muro fronterizo. El acuerdo, que muchos califican como un triunfo y con lo que yo no puedo estar más en desacuerdo establece que México deberá dar asilo y atender las necesidades de los migrantes que soliciten el ingreso a EUA mientras se resuelve su petición y volver a sentarse a analizar avances 45 días después.

"Donde come uno comen un millón" "no amos a desamparar a los niños migrantes, de ser necesario los hacemos mexicanos" fueron dos declaraciones del presidente López respecto al resultado de las negociaciones. Considero que estas palabras son una manifestación más del desconocimiento del entorno social que tiene López. No es cierto que donde come uno comen un millón. Las necesidades de los ciudadanos mexicanos no se han visto cubiertas desde épocas ancestrales, situación que ha empeorado a últimas fechas derivado de los recortes presupuestales impuestos por la administración lopezobradorista. Si está crisis se suscitó previo a la adopción del acuerdo migratorio con Estados Unidos, ¿qué nos espera ahora que también debemos cubrir las necesidades de los migrantes? Si no logramos satisfacer las más básicas necesidades de nuestros connacionales, ¿cómo haremos para cubrir las de los migrantes? ¿Le quitaremos los servicios a los mexicanos para entregarlos a los extranjeros?

Muchas voces se han levantado en contra del resultado de las negociaciones, en un primer término, porque otorga a la administración estadounidense la facultad de fiscalizar avances que competen únicamente a la política interna mexicana. Debemos convencer a Trump de que nuestra política interna es la adecuada. Hasta ahí llegó la soberanía e independencia nacionales.

Logísticamente esto se está convirtiendo en una pesadilla. Se ha barajado incluso el término "xenofobia", pero considero que existe un muy justo reclamo de los connacionales que han sufrido en carne propia los recortes presupuestales que han, incluso, costado vidas. Ahora, hablemos de simples matemáticas: si los recursos no alcanzan para los mexicanos, menos van a alcanzar para los mexicanos y los migrantes. Sobre este punto es totalmente necesario que el gobierno informe cómo pretende hacer frente a los gastos que este programa generará pero, contrario a lo que siempre hace, es necesario que compruebe la capacidad de hacerlo y no que se quede en simples manifestaciones unilaterales sin sustento alguno.

El acuerdo migratorio/comercial generó, incluso, una fuerte división al interior de la 4T. El presidente de la Cámara de Diputados, el morenista Porfirio Muñoz Ledo, señaló en el mitin de Tijuana lo inmoral que resulta pedir que se le abran las puertas a los mexicanos en Estados Unidos pero al mismo tiempo cerremos las fronteras a los centroamericanos con la Guardia Nacional. Posteriormente, acusó al canciller Ebrard de estar invadiendo facultades, acusación que generó una serie de dimes y diretes entre ambos políticos a la cual tuvo que subirse el presidente López.

Llamó también profundamente la atención la integración del grupo de trabajo encargado de dar seguimiento a los acuerdos. Encabezados por el canciller Ebrard, no figuró ningún funcionario del Instituto Nacional de Migración y el único funcionario de la Secretaría de Gobernación era quien entonces fungía como titular de reclusorios, Francisco Garduño (El 18 de junio Julián Andrade escribió una muy buen opinión respecto al a relación SEGOB/SRE en este entorno migratorio https://www.contrareplica.mx/nota-La-crisis-entre-Cobian-y-La-Alameda20191866?fbclid=IwAR0BMTL0ucUGJCbOIr0W0dmXAibb16x8Kd7VLXdH07SFYAR5yfpKOBBuz8o#.XQjFNP6fiHo.whatsapp). Hay quien dice que fue a motu propio, hay quien dice que fue decisión presidencial, lo cierto es que Tonatiuh Guillén dejó de ser el titular del Instituto Nacional de Migración el pasado 14 de junio y fue sustituido en su cargo por un incondicional de López, precisamente quien era coordinador de penales y único funcionario de SEGOB en el grupo de seguimiento, Francisco Garduño Yáñez.

Hablar del binomio migración/economía nunca es tarea fácil, sin embargo, en el entorno actual es totalmente necesario hacerlo. En primer lugar considero que es un gran error y fracaso del grupo negociador que se vincule la economía con la migración y, en segundo lugar, y desde mi óptica lo más importante, ¿de dónde saldrán los recursos económicos, materiales y humanos para cumplir con los acuerdos y atender las necesidades de los migrantes?

Durante su campaña electoral, Andrés Manuel siempre habló de repartir dinero, de programas sociales, pero, al ser cuestionado acerca de cómo se obtendrían los recursos, nunca pudo dar una respuesta fundamentada, sino que se limitaba a decir que, terminando la corrupción, se contaría con los recursos necesarios. La realidad actual ha demostrado que no hay dinero que alcance para sostener sus programas sociales.

Por supuesto que los migrantes deben ser apoyados, se deben respetar sus derechos humanos, pero aún así, la duda continúa: ¿Cómo y con qué recursos? Esta vez el gobierno debe dar una respuesta concreta y medible: con bases sólidas, con números reales: va a costar tanto y va a salir de aquí. No podemos permitir que sigan dando respuestas evasivas que no resuelvan absolutamente nada.

Otro tema muy polémico: creo honestamente que el deber del gobierno mexicano es primero para con sus ciudadanos, es decir, debe garantizar que las necesidades de los mexicanos se vean cubiertas y, en esa medida, buscar cubrir las de los migrantes. En caso contrario, y en detrimento de la ciudadanía mexicana, nuestro gobierno se convertiría en candil de la calle y oscuridad de su casa.

@Benjamin_Muniz

martes, 11 de junio de 2019

Rebasados por la inseguridad

Uno de los principales reclamos de la ciudadanía a nivel nacional tiene que ver con la inseguridad imperante en nuestro país. A pesar de la existencia de este gran flagelo a lo largo de su campaña electoral, el hoy presidente López nunca expresó un plan concreto para mitigar la inseguridad, sino que se limitó a señalar que con su llegada a la Primera Magistratura de nuestro país la violencia terminaría; "Abrazos, no balazos" se convirtió en su lema. Al llegar a la Presidencia la realidad mostró ser otra: el primer trimestre de 2019 fue el más violento desde que se cuentan con las mediciones realizadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Desgraciadamente, esta situación se puede ver en gran parte de las entidades federativas y, en muchos casos, por no decir prácticamente en todos, los titulares de los ejecutivos locales se han visto incapaces de frenar esta escalada de los índices delictivos. Dos casos en particular llaman profundamente mi atención: Morelos y la Ciudad de México.

La inseguridad en Morelos es un fenómeno que ha venido creciendo de manera paulatina y constante. Marco Antonio Adame Castillo se vio envuelto en un clima de violencia que, a la larga, generó que Acción Nacional perdiera uno de sus más importantes bastiones ante Graco Ramírez, quien fue incapaz de detener la escalada de violencia, misma que alcanzó niveles sin precedentes. La factura le llegó en 2018 cuando Morena, de la mano de Cuauhtémoc Blanco se alzó con el triunfo, solo para comprobar que su calidad como futbolista es inversamente proporcional a su capacidad política, convirtiéndose en el primer gobernador en la historia en confirmar su presencia a una marcha en contra de él mismo.

El caso de la CDMX es extremadamente especial. No se puede negar que durante la administración de Marcelo Ebrard, en materia de seguridad pública, el entonces Distrito Federal era un ejemplo a nivel nacional. Recuerdo, incluso, una columna escrita en octubre de 2011 por Ciro Gómez Leyva titulada "El inolvidable binomio Mancera-Mondragón" (https://vanguardia.com.mx/columnas-elinolvidablebinomiomanceramondragon-1114583.html) en que se daba cuenta de los buenos resultados generados en aquellas épocas. Con el paso del tiempo, Mancera llegó a ser Jefe de Gobierno y se enfrentó con el hecho que la delincuencia organizada, por más que se quisiera negar, comenzó a operar en la Capital de la República.

Si bien es cierto que la delincuencia se ha venido abriendo paso en la Ciudad, la administración encabezada por Claudia Sheinbaum no tiene un plan para atender este sentido reclamo social. Las cifras hablan por sí mismas: durante el primer trimestre de 2019 el secuestro se incrementó en 550%, la violación en 454%, la extorsión en 127% y el homicidio en 48% comparado con el mismo periodo de 2018. No podemos olvidar, además, que el secuestro era un delito que, desde la administración de Ebrard, venía disminuyendo.

Contrario a lo que sucedía antes, los robos, los asaltos, los balazos, los homicidios ya no son algo que suceda predominantemente en las noches. A las 3 p.m. se han presentado estos delitos en la Colonia Condesa, solo por mencionar un ejemplo, cuando, presuntamente, se intentó asaltar al periodista Héctor de Mauleón. Al día siguiente lo mismo ocurrió en Polanco. Un domingo a medio día, sobre la calle de Ciencias, casi esquina con Benjamín Franklin un joven fue apuñalado. Historias de esa naturaleza se cuentan a diario.

El 4 de junio Norberto Ronquillo Hernández, estudiante de la carrera de Mercadotecnia Internacional en la Universidad del Pedregal terminó sus clases y, al salir de la universidad le marcó a su novia para decirle que iría a verla. La novia esperó, pero Norberto nunca llegó. Fue secuestrado a la salida de la Universidad. La familia pagó el rescate, sin embargo, Norberto no regresó. En medio de esta crisis la Dra. Sheinbaum viajó a Tijuana a ser parte de un mitin convocado por el presidente López. Abandonó su trabajo, descuidó sus responsabilidades, para acudir a una congregación sin mayor importancia que la mediática. En la madrugada del 10 de junio fue encontrado el cuerpo sin vida de Norberto quien, presumiblemente, fue asesinado el mismo día que fue secuestrado. Ernestina Godoy, titular de la PGJ justificó la negligencia de la dependencia en el hecho que la familia de Norberto les pidió no intervenir porque ellos estaban negociando directamente el rescate, ignorando que constitucionalmente corresponde al Ministerio Público la persecución de los delitos, es decir, la Procuraduría debió haber actuado sin que la petición de la familia fuera óbice para ello.

Hacia el medio día del propio 10 de junio, el diario Excélsior reportó la desaparición de Erick Landgrove, de 32 años, quien fue visto por última vez en la colonia Roma, el 8 de junio, si, el mismo día que Sheinbaum estaba en Tijuana, en un evento realmente ocioso.

Las molestias y reclamos en contra de Sheinbaum no se han hecho esperar. En cuestión de minutos los hashtags #RenunciaSheinbaum #FaltaNorbertoSobreSheinbaum y #FaltaNorbertoSobraAMLO se hicieron trending topics en las redes sociales, lo cual solo es un indicativo de lo mal que se encuentra la gestión gubernamental en nuestra ciudad y en nuestro país. Si los gobernantes deciden cambiar su estrategia, deben hacerlo urgentemente para evitar que el descontento social siga creciendo.

A nadie escapa que el tema de seguridad es en verdad complejo, un asunto multifactorial que requiere de atención en diversos frentes, sin embargo, la percepción ciudadana es clara: el gobierno no está haciendo lo que le corresponde. Armando Martínez, rector de la Universidad del Pedregal, denunció que no se aplicó ningún protocolo para atender el secuestro de Norberto e hizo un llamado a las autoridades para que actúen conforme a la ley y apliquen los protocolos de manera adecuada y  que reconozcan que no estamos funcionando como sociedad, que se está exigiendo que la gente no pase por un periodo burocrático, que la actuación ministerial sea más humana y no tan burocrática. "Esto no se trata de política, le puede pasar a mi hijo, le puede pasar a nuestra familia. Esto se trata de nuestros hijos, esto se trata de que cuando pedimos auxilio el auxilio llegue y que se pongan todos los protocolos" (https://play.wradio.com.mx/audio/111RD380000000081277/)

En este momento la duda es ¿el gobierno hará algo para revertir la percepción ciudadana? Lo que se haga, ¿será suficiente? ¿Se buscará solamente revertir la percepción ciudadana o se actuará de fondo para satisfacer la necesidad de seguridad que tenemos? Y la duda más importante, ¿cuántas muertes más tendremos que aguantar? ¿Cuántas madres, padres, estudiantes, amigos saldrán de sus actividades cotidianas para encontrarse con la muerte a manos de delincuentes?

Con todo lo que está sucediendo en esta ciudad, y creo que hablo por muchas de las personas que aquí vivimos, tengo un miedo siempre presente de salir todos los días a trabajar sabiendo que no existe una sola garantía de que voy a volver a casa en la noche. Lo mismo me puede pasar a mí, a mi familia, a mis amigos. Vivimos secuestrados en una ciudad que, en el discurso, proclama las libertades pero en las acciones dista mucho de lograr garantizarlas. Estamos transitando a una anarquía generada por los altísimos niveles de impunidad en donde los delincuentes se ríen de todos nosotros, autoridades y ciudadanos por igual, en donde todos somos vulnerables. ¿Dónde quedó aquella ciudad de la esperanza que pregonaba Ebrard? No puede haber esperanza si no podemos salir a la calle sin miedo. Los que han sido gobernantes del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, son personas que, en su mayoría, se encuentran en las filas de Morena, ocupando cargos de importancia. ¿Qué hicieron ellos por la seguridad? ¿Qué hacen hoy desde sus ámbitos de competencia? ¿Qué hace hoy la Jefa de Gobierno? Si no tenemos la seguridad de salir a hacer nuestras actividades y regresar a nuestros hogares, se está incumpliendo con la obligación más importante del gobierno: brindar seguridad. El incremento tan alarmante en los índices delictivos solo nos deja ver que, de no dar un golpe de timón pronto, estaremos transitando a un gobierno fallido.

Es necesario que el gobierno se sincere, no solamente con la ciudadanía, sino con ellos mismos sobre el ejercicio de sus funciones, sobre el rumbo de su gobierno, si es que se tiene pensado uno. Deberían tener humildad para reconocer que no lo están haciendo bien. Si no se acepta el error y continúan con el status quo nosotros, los ciudadanos, no tendremos esperanza.

@Benjamin_Muniz

miércoles, 22 de mayo de 2019

¿Crisis en el equipo presidencial?

Dice un viejo y conocido refrán que cuando el río suena, agua lleva y este dicho popular queda muy bien en el entorno político que actualmente se vive en nuestro país.

El día de ayer se oficializó la primera baja de la primera línea del equipo del presidente López. Germán Martínez Cázarez renunció ayer 21 de mayo a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social a través de una carta dirigida al Consejo Técnico de dicho Instituto, la cual puede consultarse en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/carta-integra-de-la-renuncia-de-german-martinez-cazares-al-imss. La misiva es dura y concisa. Martínez denunció la injerencia de funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en decisiones que corresponden el IMSS. Si bien es cierto no menciona quiénes son esos funcionarios, no se requiere ser un genio para saber que se refiere a Carlos Urzúa y a Raquel Buenrostro, Secretario y Oficial Mayor, respectivamente.

Dentro de su carta renuncia hay muchas frases que responsabilizan a la Secretaría de Hacienda de la crisis que vive el Instituto. Me quedo con dos: "Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres" y poco más adelante continúa diciendo "yo tampoco seré florero en el IMSS de decisiones tomadas fuera del IMSS".

La renuncia de Germán Martínez, en lo personal, me genera muchas interrogantes. Ha trascendido que diversos funcionarios han presentado sus renuncias al presidente y que éstas no han sido aceptadas. Presidencia ha logrado contener la fuga de sus colaboradores. Con la renuncia de Martínez, ¿ese control ha terminado? ¿El gobierno podrá seguir conteniendo a los funcionarios inconformes o éstos aprovecharan esta circunstancia para salir del gabinete? Al tiempo.

Y es que este no es un tema menor. Trascendió que una de las personas más importantes dentro de la campaña que le diera la victoria a López hoy se encuentra relegada y encuartelado en su oficina. Me refiero al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón. De ser el hombre importante del candidato, se ha convertido en una figura meramente decorativa en el gobierno de la autoproclamada Cuarta Transformación. Temas que debieran ser tratados directamente por el titular de la Secretaría, han sido delegados a otros Subsecretarios o, incluso, a otras dependencias. Recordemos incluso que en la relación bilateral con Estados Unidos, Ebrard ha brillado por su ausencia. Ante este ambiente de relegación, el Canciller presentó su renuncia el 2 de abril pasado aunque, en un comunicado de prensa, la SRE desmintió esto.

Ese mismo día, el 2 de abril, sin mucho reflector, renunció a su cargo el Q.F.B. Marcos Laureano Solís Leyva quien estaba como encargado de la Comisión de Autorización Sanitaria de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). El motivo, diferencias con el Comisionado Presidente por la libre importación de medicamentos a nuestro país en coordinación, nuevamente, con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público encabezada por Carlos Urzúa (Se puede consultar una columna al respecto en https://www.eluniversal.com.mx/columna/raul-rodriguez-cortes/nacion/cofepris-pone-en-riesgo-la-salud)

El 12 de abril, después de tan solo 10 días en su encargo, Simón Levy presentó su renuncia como Subsecretario de Planeación Turística, misma que fue aceptada por Miguel Torruco, Secretario de Turismo. Solo cuatro días después, el 16 de abril, Guillermo Zúñiga renunció a su cargo como Comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) sin señalar sus motivos, aunque trascendió que su decisión se basó en la designación de los nuevos Consejeros de dicho órgano.

Por si esto fuera poco, Raymundo Riva Palacio lanzó una bomba que generó mucho ruido en la oficina de Presidencia al señalar que Alfonso Romo, Jefe de Oficina, presentó su renuncia al Presidente López, misma que fue rechazada (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/la-renuncia-de-romo). El motivo de su renuncia, diferencias con el titular de la SHCP, Carlos Urzúa.

Personas cercanas al Presidente han renunciado. Se rumora también, sin que se pueda confirmar que la propia Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espríu y la Secretaria de Energía, Rocio Nahle, han presentado sus renuncias. Lo único que hasta el momento me queda claro es que el Presidente López tiene un superhombre a quien abiertamente ha respaldado ante todas las crisis, y este hombre se llama Carlos Urzúa.

Concluyo transcribiendo un párrafo de la carta de renuncia de Germán Martínez:

"El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el "cargo" que el "encargo".
Hoy, en su conferencia de prensa matutina, el Presidente López anunció que Zoé Robledo, quien hasta hoy era Subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, es el sucesor de Germán Martínez en la Dirección General del IMSS, ¿Podrá contener la injerencia de la Secretaría de Hacienda o terminará doblando las manos? Estoy seguro que pronto lo sabremos.

@Benjamin_Muniz

martes, 14 de mayo de 2019

A México le urge unidad

No soy una persona vieja, reconozco que muchos de los eventos que han marcado la política moderna de México no los presencié o estaba muy chico para comprender de manera más real su significado. No estaba vivo cuando López Portillo dijo que defendería el peso como a un perro. No logro recordar haber presenciado el "ni los veo ni los oigo" de Carlos Salinas. El magnicidio por supuesto que lo recuerdo pero más como un suceso lejano. Si, reconozco que he estado involucrado en la política desde aquel ya lejano 1994 cuando tenía apenas 7 años. Lo primero que recuerdo de mi acercamiento a la política es, precisamente, el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, después como un tío, hermano de mi papá, me obsequió una estampa del candidato sustituto, Ernesto Zedillo y como, a mis tiernos 7 años, vi por primera vez un debate presidencial, donde me impactó la figura de un hombre de gran barba, discurso estructurado y elocuente (claro, en ese entonces no sabía ni siquiera el significado de estas dos palabras) y fue cuando descubrí que el Partido Acción Nacional tenía buenos elementos.

Recuerdo también la reforma política de 1997 que dotó de cierta autonomía al Distrito Federal para transformarlo del Departamento del Distrito Federal al Gobierno del Distrito Federal y como, el primer Jefe de Gobierno electo democráticamente por los ciudadanos fue Cuauhtémoc Cárdenas. Recuerdo a  mis 13 años, en el 2000, todavía sin edad suficiente para votar, meterme a actividades para la campaña de Vicente Fox, pocas tal vez, pero eran las que podía hacer con 13 años y con el poco permiso que tenía de mis papás (quienes nunca han sido afines a la política). Recuerdo haber colocado pendones en mi cuadra, repartido estampas.

Por fin llegó 2006, mi primera elección. Me iba a estrenar a lo grande, siendo representante de casilla por el PAN. Por coincidencias de la vida mi nombramiento nunca llegó y tuve que conformarme con seguir la elección desde la televisión. Recuerdo claramente como, muy entrada la madrugada, mi papá, quien llevaba ya horas durmiendo, se despertó para decirme que los resultados los podría conocer más tarde y que, por favor, ya me fuera a dormir.

Recuerdo las elecciones de 2012, las primeras en las que fungí como Representante Propietario del PAN ante el Consejo Distrital XXXIII del entonces IEDF, recuerdo las elecciones de 2015 donde repetí puesto como Representante Propietario.

En efecto, no soy una persona de edad avanzada. Tengo apenas 32 años pero tengo un camino recorrido en el tema electoral y en esos 25 años que llevo siguiendo de cerca los asuntos políticos de mi país, nunca me había encontrado con una división tan grande como la que existe en este momento. Actualmente en nuestro país existe una sima tan profunda que parece imposible sortear.

En México siempre han existido grupos y, por lo mismo, personas afines a cada uno. La derecha ha tenido a sus seguidores, incluso a sus portavoces dentro de los medios. Lo mismo sucede con la izquierda y con el centro, en fin, con todo el espectro político. Descalificaciones de un grupo a otro han sido parte de nuestro panorama, no es nada nuevo, lo que si es nuevo es que esas descalificaciones hayan trascendido hasta nosotros, los ciudadanos de a pie.

Si en las administraciones pasadas alguien criticaba al presidente, salía alguien a su defensa. Se abría la posibilidad al debate y, por supuesto, habían momentos en que la discusión se acaloraba como sucede con cualquier tema que levante pasiones. Pero en esta administración, si alguien cuestiona o critica al mandatario, en automático es un derechairo, traidor, vende patrias, fifís. Y, siendo francos, los que no apoyamos al presidente les decimos a sus seguidores chairos entre otros calificativos.

Por supuesto que todos estamos en nuestro derecho de discrepar o coincidir con el titular del Poder Ejecutivo de la Federación. Por supuesto que yo estoy en mi derecho de disentir y de hacer notar lo que, a mi consideración, no es adecuado. Eso es, no solamente sano, sino necesario en cualquier Estado Democrático de Derecho, pero nunca como ahora, en la historia moderna de nuestro país, se había generado una división tan grande, la misma que me hace recordar a los conservadores y liberales en la época incluso anterior de Benito Juárez, esa época a la que México le costó tanto derramamiento de sangre y que hoy, desgraciada y dolorosamente, estamos regresando.

Señores, seamos francos, las administraciones inician y concluyen, pero nuestra condición como mexicanos permanece. Tengo familia que apoya profundamente a López Obrador. Cuando él deje de ser presidente, ellos seguirán siendo mi familia, lo mismo con amigos, con vecinos, con personas con las que comparto ideologías de libertad e igualdad.

No puedo decirlo de otra manera, me resulta preocupante en extremo la división que se ha generado en nuestro país. No, no estoy de acuerdo en muchas de las políticas emprendidas por el titular del Ejecutivo Federal, veo con preocupación la falta de resultados, considero que gastar en tanto programa social y en béisbol en lugar de dotar de medicamentos a pacientes que lo necesitan está mal, pero una cosa es que piense eso y otra es que pensarlo me haga un mal ciudadano, un traidor a la patria.

Reconozco que la división es impulsada desde arriba. El presidente imponiendo la separación, entre los liberales y los conservadores, los fifís y demás adjetivos que ha utilizado. Eso es innegable, como también lo es que nosotros, los ciudadanos de a pie hemos encontrado en esto una licencia para hacer lo mismo, para ahondar diferencias, para crear grupos que no deberían de existir. Por supuesto, yo he caído en eso: he atacado en lo personal a personas, a mexicanos, les he dicho chairos y me he sumado a la interminable fila de personas que fomentan la división, pero México necesita unidad y por eso hoy digo ¡ya basta! A partir de este momento debatiré propuestas e ideas con quien quiera hacerlo, pero dejaré fuera por completo de mi vocabulario palabras que denosten a cualquier persona por el simple hecho de su preferencia electoral y hago un llamado, desde lo más profundo de mi ser, para que todas las personas que así lo deseen se sumen a esto: basta ya de dividirnos nosotros. El futuro de México no está en López Obrador ni en ningún otro político, el futuro de México está en sus ciudadanos y, como bien decía Jesús, una casa dividida contra sí misma no puede perdurar.

Somos mexicanos, sin importar nuestros intereses políticos. Dejemos de lado las divergencias y busquemos las convergencias. Debatamos, si, por supuesto. Alcemos la voz cuando las cosas no se estén haciendo bien, pero dejemos de insultar y demeritar a los demás. En algún momento leí una frase de Francisco Martín Moreno: "Cuando los argumentos terminan, comienzan los insultos". Ha llegado el momento de regresar a los argumentos.

@Benjamin_Muniz

miércoles, 8 de mayo de 2019

Inversión y autonomía


Hagamos un pequeño ejercicio de imaginación: una persona vive fuera de casa de sus padres, pero sus padres lo siguen manteniendo. Su “independencia” no sería real, sería una simulación y, en cierto momento, podría tener que decidir entre hacer su voluntad o dejar de recibir el financiamiento.


Para que exista una verdadera independencia, uno de los aspectos más importantes es lograr la autonomía financiera y económica. Este aspecto reviste una especial importancia en el panorama geopolítico actual en México.


La administración encabezada por el presidente López tiene tres grandes proyectos que pueden ser considerados sus proyectos más emblemáticos, cada uno en su respectivo ámbito. Por lo que hace a la infraestructura, uno de sus proyectos más ambiciosos (y polémico) es la construcción del Tren Maya. En materia de seguridad, la Guardia Nacional es sin duda el eje rector, mientras que no se puede hablar de materia energética sin referirnos a la Refinería de Dos Bocas, Tabasco. El lector podrá estarse preguntando, ¿qué tiene que ver esto con el ejercicio imaginario del primer párrafo? La respuesta es muy simple. 


Aquel lejano 31 de mayo de 1911, hace casi 108 años, navegando hacia su exilio a bordo del vapor alemán Ypiranga, Don Porfirio Díaz lanzó una frase lapidaria: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Esas palabras definen, como pocas, la verdadera relación entre EUA y México. Nuestro vecino país del norte ha demostrado, reiteradamente, su intención de presionar e incluso controlar la política mexicana. Creo que mantener la autonomía nacional ante Estados Unidos ha sido un reto más que complejo para los gobiernos de nuestro país, sin embargo, considero que el presidente López abre la puerta para la intervención estadounidense en asuntos internos de México.


El pasado 13 de abril en Campeche, AMLO refirió que el Secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, le comunicó la disposición de Donald Trump de invertir en el proyecto del Tren Maya. De esta forma, Estados Unidos se ha comprometido a invertir 4,800 millones de dólares en ayuda para el desarrollo del sur de México por lo que, presumiblemente, parte de estos fondos de utilizar, tal como lo recogió el periódico El Financiero en su página https://www.elfinanciero.com.mx/economia/eu-dispuesto-a-invertir-4-mil-800-mdd-para-tren-maya-y-otros-proyectos-en-el-sureste-amlo


Además de esto, el 7 de mayo, Milenio Diario nos regaló en su primera plana encabezado a dos líneas “AMLO busca que Trump financie la Guardia con Iniciativa Mérida” y, en sus páginas interiores nos encontramos con una entrevista realizada a Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana quien manifestó que el programa de apoyo de EU tiene una visión militar con la que el gobierno no está de acuerdo y debe modificarse para impulsar el desarrollo regional o consolidar la nueva corporación, por lo que el gobierno encabezado por el presidente López solicitará al presidente Trump reorientar por completo el gasto de la iniciativa Mérida para financiar la construcción y consolidación de la Guardia Nacional (la entrevista completa puede consultarse en https://www.milenio.com/politica/amlo-busca-trump-financie-guardia-iniciativa-merida)


Respecto a la refinería de Dos Bocas, aquel proyecto que el propio IMCO ha solicitado sea cancelado por la nula posibilidad de éxito, se estima que parte de los 4,800 millones de dólares que EU ha comprometido para el desarrollo para el sur del país se puedan utilizar para su financiamiento.


Estoy totalmente consciente que para iniciar cualquier proyecto es imprescindible buscar la manera en que el mismo deberá de financiarse, sin embargo, tampoco podemos dejar de ver que no es lo mismo el financiamiento que nosotros, como particulares, podemos buscar para nuestros proyectos, al financiamiento para proyectos gubernamentales.


Por supuesto que nunca he estado en contra de la inversión privada, incluso la he apoyado abiertamente, señalando la necesidad de generar una reglamentación específica que salvaguarde la autonomía nacional. Si siempre he pugnado porque la inversión privada que se utilice para financiar proyectos gubernamentales esté acotada de tal manera que no se vea afectada nuestra soberanía, ¿cuánto más no lo haré con la inversión extranjera? Ahora, si quien pretende invertir es directamente un gobierno extranjero, caray, ¿qué decir? Es menester tomar las medidas necesarias para que no entreguemos nuestra soberanía en temas tan delicados a un país extranjero.


Vivimos en un mundo globalizado, indudablemente, pero eso no quiere decir que cedamos la autonomía y soberanía nacional en aras de financiamiento, al contrario, implica el reto de buscar ese financiamiento, será de origen nacional o extranjero, sin mermar nuestra condición de país libre, independiente y soberano.


Me preocupa seriamente la intención del presidente Trump de invertir en temas delicados de la agenda política interna de nuestro país, me preocupa gravemente que su intención, como lo ha mostrado en diversas ocasiones, sea, verdaderamente, controlar la política mexicana, y no buscar una verdadera cooperación. El presidente López está parado en una posición compleja. Deberá decidir si acepta esta inversión y hasta dónde otorgaría derechos al gobierno de Estados Unidos. Como mexicano, espero de corazón que tome la mejor decisión en beneficio de nuestra Nación.


@Benjamin_Muniz

martes, 30 de abril de 2019

El pánico a la evaluación

En las últimas semanas se ha venido dando el proceso legislativo con el que se busca reformar la educación en México. Nace un poco de la promesa de campaña del hoy presidente Andrés López de dar marcha atrás a lo que él ha denominado como "la mal llamada reforma educativa".

Durante el proceso legislativo, la contrareforma educativa fue aprobada por mayoría calificada de votos en la Cámara de Diputados el pasado jueves 25 de abril, con 356 votos a favor, 61 en contra y dos abstenciones, con el voto en contra de toda la fracción parlamentaria de Acción Nacional, 12 de Morena, 6 del PRI, 1 del PT y dos "sin partido". En el texto aprobado, se estableció como artículo Décimo Sexto Transitorio "con la entrada en vigor de las presentes disposiciones, los derechos laborales de los trabajadores al servicio de la educación, se regirán por el artículo 123 constitucional Apartado B. Con fundamento en este Decreto, la admisión, promoción y reconocimiento se regirán por la Ley reglamentaria del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros". Este texto fue el que generó la votación en contra del PAN. ¿La razón? A decir de su coordinador, Juan Carlos Romero Hicks refirió que el artículo transitorio en comento es peligrosísismo y que no era objeto de la materia, y que, a pesar de buscar precisar el alcance del régimen laboral, solo logra confundir, abriendo la puerta a que sean introducidas prácticas que puedan consolidar la corrupción, la venta de plazas y el tráfico de personas.

Por su parte, quien más luchó por conservar este régimen laboral y, consecuentemente, quien más batalló en contra de las evaluaciones "punitivas" fue la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), específicamente su sección 22 con sede en Oaxaca. Wilmer Santiago, vocero de dicha sección estuvo muy activo en diversos medios de comunicación, amedrentando tanto al gobierno como a los legisladores, amenazando con ejecutar un paro nacional y manifestando que el magisterio permanecerá en resistencia un sexenio más. De todo este embrollo, esto es lo que más me llama la atención.

Escuché en repetidas ocasiones y en diferentes medios de comunicación las entrevistas concedidas por Santiago. Su único punto de reproche era el régimen laboral y la posibilidad de que los maestros que no pasaran las evaluaciones fueran cesados. Nunca lo escuché hablar respecto al contenido de los programas de estudios, ni la calidad que éstos deben tener, ni las necesidades de los educandos. No. Todo su enojo es contra la evaluación docente.

No voy a negar, como nunca lo he hecho, que en lo personal apoyo la evaluación. Se está poniendo el futuro del país en las manos del sistema educativo, sistema al que se le otorga la enorme responsabilidad de preparar a los niños. Por supuesto que el docente debe estar preparado, debe dominar su materia. ¿Cómo podemos esperar que un maestro le enseñe a un niño una materia que desconoce? Esto no implica una generalización. Conozco muchos maestros de excelencia académica que son impecables al momento de transmitir a sus educandos los conocimientos necesarios pero, también es necesario aceptarlo, como en cualquier grupo, ni todos son buenos, ni todos son malos.

En cualquier proyecto de nuestra vida, ya sea personal, profesional, sentimental, espiritual, intelectual, la evaluación es una gran herramienta para saber si estamos cumpliendo nuestras metas. Aquello que no se puede evaluar no existe. Si buscamos evaluar los avances en nuestros proyecto, cuánto no mas deberíamos hacerlo con el proyecto más importante de todos: la niñez.

El día de ayer, 30 de abril, el Senado devolvió a la Cámara de Diputados la iniciativa de reforma al no alcanzar en la Cámara Alta la mayoría calificada requerida. Ante este panorama, Morena buscará mantener los acuerdos necesarios para ratificarla durante un periodo extraordinario. El panorama no se ve fácil, por lo pronto tendremos días de gran incertidumbre en materia educativa.

Solo me quedo con esta reflexión final: la reticencia de la CNTE a cualquier reforma educativa descansa en el hecho que, aceptar un marco normativo laboral especial para los docentes implicaría que el sindicato pierda el férreo control que mantiene sobre el personal docente lo que redundaría en una disminución millonaria de ingresos a las arcas sindicales. A la CNTE no le importan los niños, eso lo ha dejado muy claro, le importa controlar al magisterio y cobrar sus cuotas. Prefieren dejar las aulas para salir a manifestarse. Prefieren abandonar a la niñez y defender sus prebendas. Lo que más llama mi atención es que quien se levanta en contra de cualquier intento de reforma es el sector magisterial de Oaxaca, ese estado que está en deuda con su niñez, ese estado en donde no se ha concluido un ciclo escolar completo en 39 años. Si, como se lee, en Oaxaca no se ha concluido un ciclo escolar completo en 39 años. Queda claro cuáles son las prioridades magisteriales en ese estado.

@Benjamin_Muniz

martes, 23 de abril de 2019

Si ustedes se pasan, ya saben lo que sucede

La prensa es la artillería de la libertad”.
Hans Christian Andersen

Hace algunos días, durante la homilía mañanera de Andrés Manuel, el periodista Jorge Ramos, muy a su estilo, increpó al titular del Ejecutivo Federal respecto a la violencia que se vive en el país. Señaló que, de seguir la tendencia, este se convertiría en el sexenio más violento de la historia moderna en México. Ramos no estaba equivocado: el arranque de la administración lopezobradorista es el más sangriento desde que se tienen datos. El primer trimestre de 2019 fue el más violento desde que se realizan las mediciones. Jorge Ramos utilizó cifras proporcionadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, es decir, no tomó datos de detractores, tomó las cifras de una dependencia del propio gobierno. Resulta extremadamente preocupante como AMLO descalifica las cifras de su propio gobierno y señala que él tiene otros datos.
Lo que sucedió después fue un verdadero ridículo. El lunes siguiente tuvo la puntada de lanzar una frase desastrosa que, por supuesto, después dijo que había sido mal interpretada: “Creo que ustedes no solo son buenos periodistas, son prudentes, porque aquí les están viendo, y si ustedes se pasan, pues ya saben ¿no? Lo que sucede, ¿no? Entonces. Pero no soy yo, es la gente. No es conmigo, es con los ciudadanos que ya no son ciudadanos imaginarios. Hay mucha inteligencia en nuestro pueblo” (como se puede observar en el siguiente link de la conferencia matutina del 15 de abril https://www.youtube.com/watch?v=6BEl8Tt0l7s&feature=youtu.be).
Si ustedes se pasan ya saben lo que sucede”. No hay manera de malinterpretar esta frase, es más, utilicemos una frase análoga: “O están conmigo, o están contra mí”. Vivimos en un país donde el ejercicio de la función periodística es de altísimo riesgo, simplemente durante el corto tiempo transcurrido desde el 1 de diciembre de 2018, se han asesinado a 7 periodistas, donde, según la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, las cifras de violencia son propias de un país en guerra, un país que ocupa el segundo lugar de homicidios de periodistas en los últimos 5 años, solo detrás de Siria y que en 2018, junto con Afganistán, fue el país con más muertes de periodistas al registrarse 17 homicidios (tal como se puede observar en el reportaje publicado en https://www.eltiempo.com/mundo/mas-regiones/cuales-son-los-paises-mas-peligrosos-para-ejercer-el-periodismo-306410). ¿Cuántos casos no hemos escuchado de periodistas que aparecen muertos por cuestiones relacionadas a su ejercicio periodístico? Y como diría Pablo Hiriart en su columna “Los exhibidos el viernes en Palacio” en El Financiero el 16 de abril (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/los-exhibidos-el-viernes-en-palacio):

El presidente da carta blanca para linchar, que más de alguien entre sus seguidores o subordinados (con o sin uniforme) interpretará como “al ataque cuando se pasen los críticos”.
La vida de los periodistas que investigan al narco siempre está en un hilo. Hay muertos por ello.
Ahora los que critican al presidente también están advertidos. Su integridad física, moral o profesional, corre riesgos.
Y el presidente evadirá la responsabilidad con la coartada de que “no soy yo, es la gente. No es conmigo (con quien se meten), es con los ciudadanos”.
Terrible la amenaza, que viene del propio presidente de la República”.
Es en verdad preocupante que el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de manera pública y descarada, lance este tipo de amenazas simplemente porque un periodista (muchos en verdad) se atrevió a enfrentarlo con los números emanados de su propio gobierno. Porque en sus conferencias matutinas que normalmente están atestadas de preguntas a modo, uno levantó la voz para criticarlo y decirle que su estrategia no está funcionando y que los números, contrario a lo sostenido por el presidente, no estaban bajando, al contrario, estaban subiendo. Por esto se concedió la venia a los seguidores de AMLO de atacar a la prensa fifí, incluso les abrió la puerta para atentar en contra de ellos. “Si ustedes se pasan, ya saben lo que sucede”. ¿En verdad ese es el nivel del titular del Poder Ejecutivo de la Unión? ¿En verdad los periodistas merecen este tipo de intimidaciones por cumplir con su labor?
Decía Rodolfo Walsh (quien por cierto fue secuestrado y asesinado por la última dictadura en Argentina el 25 de marzo de 1977) que el periodismo o es libre o es una farsa. Lo que busca Andrés Manuel López Obrador es que el periodismo se reduzca a una farsa, a hablar simplemente de lo que se ordene desde el poder. Sus conferencias de prensa matutinas son el más claro ejemplo: es López Obrador y solo López Obrador quien establece la agenda comunicativa del país. Nadie más.
Como mexicano me duele profundamente ver el rumbo hacia el que estamos transitando. Me duele ver que tenemos instalado en la Primera Magistratura a un individuo mentiroso, déspota, sin respeto hacia los demás y que busca imponer su voluntad por encima de todo y que, al ser increpado prefiere amenazar que tener la humildad para reconocer que su estrategia (si es que en verdad tiene una) está fallando y que es necesario dar un golpe de timón. Me duele ver que el presidente olvida que su obligación primordial es para con la sociedad mexicana sin importar clase, estrato social, condición económica ni filias partidistas. 30 millones de mexicanos lo eligieron para ser presidente, pero su presidencia no es solamente para esos 30 millones, sino para todos los mexicanos por igual.
Considero que estamos viviendo tiempos difíciles y que lo único que va a hacer que logremos salir adelante es la unidad nacional, curiosamente, justamente lo que menos ha buscado López es la unidad, al contrario, busca los disensos y la confrontación buscando utilizar la máxima romana “divide et impera”. Triste postura para un Jefe de Estado del que se esperaba un cambio, no un retroceso.
Polarizar a población puede resultar ser un movimiento estratégico para los fines del presidente pero resulta muy peligroso desde la óptica social. A los mexicanos nos urge unión, la cual debe surgir de la reflexión profunda de lo que merecemos como sociedad y, bajo esa premisa, no podemos conformarnos con nada menor a un progreso constante y medible, con seguridad, con libertades reconocidas y salvaguardadas por el poder público. Merecemos tener un presidente que reconozca que es necesario tratar a los ciudadanos con dignidad y que deje de lado su despotismo, pero sobre todo que reconozca que el tiempo de campaña ha concluido y que es momento de comenzar a gobernar y hacerse responsable de lo que sucede en el país.
@Benjamin_Muniz

miércoles, 17 de abril de 2019

México está sumido en la desmemoria


No es secreto que soy una persona que disfruta la lectura. Desde hace ya muchos años he hecho mía aquella frase que dice “Si sales ileso de un libro es que nunca has entrado” y así muchas lecturas me han marcado, sin embargo, pocas me han tocado tan profundamente como “La fosa de agua” escrito por la periodista Lydiette Carrión.

Conmovido hasta las lágrimas después de haber leído casos de niñas desaparecidas en la zona de Ecatepec y de Tecamac, llegué a las palabras finales del libro: “México está sumido en la desmemoria. ¿Seremos capaces de hallar lo que necesitamos para recordar?” Yo me pregunto exactamente lo mismo.

De los casos plasmados en la obra periodística, los restos de algunas niñas han sido encontrados, otras no. Muchas osamentas extraídas en los dragados al Río de los Remedios no han podido ser identificados. Las cifras son alarmantes. De los casos referidos en el libro, solo uno ha sido sancionado a través de sentencias condenatorias lo que, en ningún caso quiere decir que se haya hecho justicia. Los demás casos ni siquiera han llegado a juicio. Homicidios cometidos contra niñas de entre 13 y 18 años han quedado impunes y no podemos olvidar que Lydiette Carrión no da cuenta de todos los casos existentes en la zona, sería imposible hacerlo.

Lo que queda evidenciado sin lugar a dudas es la incapacidad de las instituciones nacionales de hacer frente a este terrible flagelo. Las autoridades estatales están en exceso rebasadas y, lo que es peor, la gran mayoría de los Ministerios Públicos no tienen siquiera la intención de iniciar en tiempo las investigaciones argumentando que, seguramente, las víctimas escapan por propia voluntad y que en algún momento llegarán, incluso con su premio. En aquellos casos en que se dan inicio a las averiguaciones, el tiempo transcurrido genera una brecha que muchas veces es imposible franquear, y sí a eso se le suma la incompetencia o falta de pericia al momento de llevar a cabo las pruebas necesarias, el resultado es predecible.

Me queda más que claro que nuestro país requiere cambios estructurales de gran calado. Establecer en las leyes penales el tipo penal de feminicidio no va a generar un cambio per se, se requieren muchísimas cosas más: la profesionalización de las instituciones encargadas de la procuración de justicia, cumplimiento de los protocolos de actuación para estos casos, que los ministerios públicos y policías ministeriales cumplan de manera adecuada su atribución constitucional de investigar los delitos, que los peritos realicen las pruebas técnicas de manera adecuada y apegada a los estándares específicos para que éstas sean infalibles y que al momento de consignar las carpetas de investigación el Juez de Control no tenga elementos para regresarla.

No puedo dejar de mencionar que el prólogo del libro, escrito magistralmente por Blanche Petrich, deja frases que dejan ver de cuerpo completo el sistema que, desgraciadamente, impera en nuestro país:

Lo que sale a la luz son las miserias de un aparato judicial plagado de policías que de día patrullan y de noche delinquen, de Ministerios Públicos que dormitan sobre los expedientes, de fiscales que siguen la máxima regla del menor esfuerzo y se detienen ahí donde creen que pueden “pisar callos”, ya sea por conveniencia política o por complicidades inconfesables. Es el fracaso de las instituciones responsables de proteger a la población, a las niñas, a sus familias y de hacerles justicia”.

Pero Petrich no lo deja así en el prólogo que escribió, al contrario, fue más allá dando cuenta de cómo es en muchas ocasiones la pereza lo que hace fracasar las investigaciones:

En ocasiones es una pereza imperdonable la que hace fracasar una investigación, como el caso de Luz del Carmen – 13 años, vida en la pobreza –. Su cuerpo fue encontrado en una bolsa, a orillas de la vía del tren. Le había mutilado las piernas. No la buscaron “porque había mucha basura en el lugar”. Hacer justicia era lo que estaba en riesgo”.

No puedo describir el coraje que sentí al leer ese suceso en el prólogo para, posteriormente, leer la crónica completa en el propio cuerpo del libro. No hay manera sutil de decirlo: las instituciones mexicanas encargadas de impartir justicia han fracasado rotundamente, están en deuda con la sociedad.

Sería injusto también adoptar la posición cómoda y echarle toda la culpa al gobierno. Lo que sucede en la zona aledaña al Río de los Remedios, y en muchas partes de nuestro país, es un durísimo reflejo del brutal rompimiento del tejido social. No puede pasar desapercibido que, en muchos casos, aunque no en todos, un entorno familiar corrompido es lo que deja a los menores, especialmente mujeres, en una condición de vulnerabilidad. Tampoco debería sorprendernos que al analizar el entorno de los victimarios, descubramos que provienen de un ambiente totalmente corrompido en el que la violencia y las adicciones son el pan nuestro de cada día.

Solo un caso de los 6 plasmados en el libro tienen sentencia. ¿Cuántos| de todo el universo permanecen impunes? Es difícil saberlo, pero el panorama no es nada alentador. Erick San Juan Palafox, “El Mili”, señalado por las autoridades como el líder de la banda de feminicidas en la zona lleva ya años encerrado, condenado a 70 años de prisión, sin embargo, el problema persiste y sigue siendo muy habitual encontrar cuerpos sin vida de mujeres, muchas veces mutilados.

En este país de fosas clandestinas, de mujeres desaparecidas, tragadas por la tierra, de niñas de 14 años descuartizadas y arrojadas en el canal, o de 13 años desmembradas y enterradas junto a las vías del tren, en esta región de violencia sexual impune, no hay verdad, hay versiones. Hay versiones históricas; versiones de la defensa. Versiones de la policía. Axiomas constitucionales. Está la versión que sembró Paco sobre Bianca. Las versiones de los peritajes corruptos y contrahechos. Y está la memoria de los padres que buscan a sus hijas por todo el país”.

No se requiere decir mucho más. Este es el panorama en que vivimos. Impunidad absoluta, feminicidios que se siguen acumulando, uno a uno, sin que las autoridades tengan la capacidad, o la voluntad, de hacer frente a esto, de realizar acciones coordinadas que permitan frenar el aumento en la violencia de género y, lo peor del caso es que nos hemos habituado a que esto sea lo normal. No puedo sacar de mi cabeza aquella frase de Edmundo Burke: "Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada". Al terminar el libro le pregunté vía Twitter a la autora ¿Qué podemos hacer? Desgraciadamente aún no encuentro la respuesta.

@Benjamin_Muniz

miércoles, 10 de abril de 2019

Atole, alimento mexicano por excelencia


El aroma de las albóndigas, el espesor del mole, el colorido de los chiles en nogada. Definitivamente en México contamos con una amplia variedad alimenticia, rica en sabor, en colorido, en ingredientes, no en vano ha sido declarada Patrimonio Universal Inmaterial de la Humanidad, sin embargo, a últimas fechas un alimento ha avanzado lugares de manera vertiginosa para convertirse en el más consumido en nuestro país: el atole, específicamente el servido con el dedo.



Según el periódico Zócalo, se utiliza la frase “dar atole con el dedo” cuando se intenta engañar a otra persona o prometer en vano. Algunos otros dicen que se trata de dar probaditas para mantener tranquila a una persona o a un grupo. La frase se aplica de excelentemente a lo que está aconteciendo en estos momentos en nuestro México.



Durante la campaña electoral de 2018, Andrés Manuel López Obrador se levantó como el guardián de la honestidad. Aseguró que, de llegar a la máxima magistratura, su gobierno se caracterizaría por la honestidad y la transparencia. Atendiendo al gran hartazgo social con motivo de la descarada corrupción, AMLO se levantó con la victoria de manera contundente, sin embargo, estos 4 meses de su gobierno han demostrado no ser lo que se prometió.



Para los 30 millones de mexicanos que votaron por AMLO, el tabasqueño representaba un cambio en el paradigma político, su famosa 4T, pero la realidad ha demostrado que no es lo mismo contender en campañas electorales que alzarse con el triunfo. AMLO no se preocupó por prepararse para gobernar y lo único que ha logrado es repetir las mismas acciones que juró combatir. Le ha dado atole con el dedo al pueblo.



El presidente ha demostrado un absoluto desdén por la división de poderes. Recuerdo cuando en campaña decía que durante su administración no habría amiguismos ni compadrazgos, sin embargo, demostró lo falso de sus manifestaciones al momento de designar a los comisionados de la Comisión Reguladora de Energía. Los candidatos propuestos en la primera vuelta no alcanzaron la mayoría calificada requerida por ley, por lo que, de acuerdo con la normativa, el presidente propuso una segunda terna, pero resulta ser que, de 12 candidatos, el presidente propuso nuevamente a 11. Por supuesto, nuevamente quedaron cortos en la votación requerida por lo que AMLO designó exactamente a quien él quiso. A través de un fraude a la ley Andrés Manuel López Obrador se brincó la división de poderes y designó a personas totalmente vinculadas con él, efectivamente, puro amiguismo y compadrazgo. Lo mismo, probablemente, pasará con la terna que envió para integrar el consejo de PEMEX donde, ni más ni menos, propuso al hermano de su difunta esposa.



Respecto a la transparencia y la legalidad tampoco ha sido congruente su actuar con sus promesas de campaña. En los cuatro meses que ha gobernado, de cada 10 contrataciones realizadas por el gobierno el 74% han sido adjudicadas sin realizar la licitación correspondiente, violando de esta manera la ley aplicable.



Y ya ni hablar de la seguridad. Estamos ante el inicio de administración más violento desde que se tiene registro. Su Guardia Nacional ha sido una verdadera tomadera de pelo. Después de lograr la aprobación por unanimidad de votos en la Cámara de Diputados, solamente con un voto en contra en la de Senadores y por voto unánime en las legislaturas locales, brincándose la norma constitucional decide quitar el mando civil para poner a un militar en activo. De esta forma se viola en principio constitucional que establece que las fuerzas de seguridad pública serán de carácter civil. Lo peor, la Secretaria de Gobernación, Ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero se atreve a decir que poner a un militar en activo como comandante de la Guardia Nacional no es una tomadera de pelo a la sociedad. Hablemos claro. No solo es una burla a la ciudadanía, es una flagrante violación a la norma constitucional y ella, como ex integrante del Máximo Tribunal de la Nación lo sabe y decide callarlo.



Los dos ministros que han sido designados durante la presidencia de Andrés Manuel no están exentos de ese amiguismo, sobre todo la Ministra Yazmín Esquivel, esposa del contratista favorito de AMLO, Riobóo. Esa es la honestidad valiente que tanto presumió. Y ya ni hablar de la iniciativa de Monreal para ampliar la Corte a 16 ministros, lo que, automáticamente, le daría el control absoluto de nuestro Máximo Tribunal a AMLO. Regresaríamos, y lo peor es que así parece ser el deseo de Morena, a un estado autoritario, unipersonal, tiránico.



Lo que más me preocupa es que muchas personas lo defienden señalando que esas son prácticas que siempre se han aplicado. Suponiendo sin conceder que sea cierto, la gente votó por un cambio, no por perpetrar los vicios que existían. AMLO llegó al poder después de prometer limpiar de corrupción la administración pública y no ha sido capaz de hacerlo. Ya no digamos que no ha sido capaz, no ha tenido la voluntad, es así de simple.



Las palabras de Sergio Negrete en su columna publicada en El Financiero el 5 de abril (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/sergio-negrete-cardenas/la-realidad-alcanza-a-amlo?fbclid=IwAR3qPvMn4YBmxDriwXymKO9qJgZ1Q4XdAoE79DzdrdFFNu_dPP-RGk41dgc) dejan ver de cuerpo entero cómo se ha manejado este gobierno y como se ve en un futuro. Es de lectura obligada. Desgraciadamente, sus palabras son extremadamente ciertas.



Solo espero, como ciudadano preocupado por mi país, que AMLO tenga la humildad de reconocer que las cosas no están saliendo como él decía que saldrían, pero, sobre todo, que tenga la humildad y el valor para dar un golpe de timón y cambiar el rumbo en aras de un real beneficio para México. No congenio con su forma de hacer política, pero le deseo éxito, éxito que debe reflejarse en el pueblo mexicano.



@Benjamin_Muniz