El aroma de las albóndigas, el
espesor del mole, el colorido de los chiles en nogada. Definitivamente en
México contamos con una amplia variedad alimenticia, rica en sabor, en colorido,
en ingredientes, no en vano ha sido declarada Patrimonio Universal Inmaterial
de la Humanidad, sin embargo, a últimas fechas un alimento ha avanzado lugares
de manera vertiginosa para convertirse en el más consumido en nuestro país: el
atole, específicamente el servido con el dedo.
Según el periódico Zócalo, se
utiliza la frase “dar atole con el dedo” cuando se intenta engañar a otra
persona o prometer en vano. Algunos otros dicen que se trata de dar probaditas
para mantener tranquila a una persona o a un grupo. La frase se aplica de
excelentemente a lo que está aconteciendo en estos momentos en nuestro México.
Durante la campaña electoral de
2018, Andrés Manuel López Obrador se levantó como el guardián de la honestidad.
Aseguró que, de llegar a la máxima magistratura, su gobierno se caracterizaría
por la honestidad y la transparencia. Atendiendo al gran hartazgo social con
motivo de la descarada corrupción, AMLO se levantó con la victoria de manera
contundente, sin embargo, estos 4 meses de su gobierno han demostrado no ser lo
que se prometió.
Para los 30 millones de mexicanos
que votaron por AMLO, el tabasqueño representaba un cambio en el paradigma
político, su famosa 4T, pero la realidad ha demostrado que no es lo mismo
contender en campañas electorales que alzarse con el triunfo. AMLO no se
preocupó por prepararse para gobernar y lo único que ha logrado es repetir las
mismas acciones que juró combatir. Le ha dado atole con el dedo al pueblo.
El presidente ha demostrado un
absoluto desdén por la división de poderes. Recuerdo cuando en campaña decía
que durante su administración no habría amiguismos ni compadrazgos, sin
embargo, demostró lo falso de sus manifestaciones al momento de designar a los
comisionados de la Comisión Reguladora de Energía. Los candidatos propuestos en
la primera vuelta no alcanzaron la mayoría calificada requerida por ley, por lo
que, de acuerdo con la normativa, el presidente propuso una segunda terna, pero
resulta ser que, de 12 candidatos, el presidente propuso nuevamente a 11. Por
supuesto, nuevamente quedaron cortos en la votación requerida por lo que AMLO
designó exactamente a quien él quiso. A través de un fraude a la ley Andrés
Manuel López Obrador se brincó la división de poderes y designó a personas
totalmente vinculadas con él, efectivamente, puro amiguismo y compadrazgo. Lo
mismo, probablemente, pasará con la terna que envió para integrar el consejo de
PEMEX donde, ni más ni menos, propuso al hermano de su difunta esposa.
Respecto a la transparencia y la
legalidad tampoco ha sido congruente su actuar con sus promesas de campaña. En
los cuatro meses que ha gobernado, de cada 10 contrataciones realizadas por el
gobierno el 74% han sido adjudicadas sin realizar la licitación
correspondiente, violando de esta manera la ley aplicable.
Y ya ni hablar de la seguridad.
Estamos ante el inicio de administración más violento desde que se tiene
registro. Su Guardia Nacional ha sido una verdadera tomadera de pelo. Después
de lograr la aprobación por unanimidad de votos en la Cámara de Diputados,
solamente con un voto en contra en la de Senadores y por voto unánime en las
legislaturas locales, brincándose la norma constitucional decide quitar el
mando civil para poner a un militar en activo. De esta forma se viola en
principio constitucional que establece que las fuerzas de seguridad pública
serán de carácter civil. Lo peor, la Secretaria de Gobernación, Ministra en
retiro, Olga Sánchez Cordero se atreve a decir que poner a un militar en activo
como comandante de la Guardia Nacional no es una tomadera de pelo a la
sociedad. Hablemos claro. No solo es una burla a la ciudadanía, es una
flagrante violación a la norma constitucional y ella, como ex integrante del
Máximo Tribunal de la Nación lo sabe y decide callarlo.
Los dos ministros que han sido
designados durante la presidencia de Andrés Manuel no están exentos de ese
amiguismo, sobre todo la Ministra Yazmín Esquivel, esposa del contratista
favorito de AMLO, Riobóo. Esa es la honestidad valiente que tanto presumió. Y
ya ni hablar de la iniciativa de Monreal para ampliar la Corte a 16 ministros,
lo que, automáticamente, le daría el control absoluto de nuestro Máximo
Tribunal a AMLO. Regresaríamos, y lo peor es que así parece ser el deseo de
Morena, a un estado autoritario, unipersonal, tiránico.
Lo que más me preocupa es que
muchas personas lo defienden señalando que esas son prácticas que siempre se
han aplicado. Suponiendo sin conceder que sea cierto, la gente votó por un
cambio, no por perpetrar los vicios que existían. AMLO llegó al poder después
de prometer limpiar de corrupción la administración pública y no ha sido capaz
de hacerlo. Ya no digamos que no ha sido capaz, no ha tenido la voluntad, es
así de simple.
Las palabras de Sergio Negrete en
su columna publicada en El Financiero el 5 de abril (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/sergio-negrete-cardenas/la-realidad-alcanza-a-amlo?fbclid=IwAR3qPvMn4YBmxDriwXymKO9qJgZ1Q4XdAoE79DzdrdFFNu_dPP-RGk41dgc)
dejan ver de cuerpo entero cómo se ha manejado este gobierno y como se ve en un
futuro. Es de lectura obligada. Desgraciadamente, sus palabras son
extremadamente ciertas.
Solo espero, como ciudadano
preocupado por mi país, que AMLO tenga la humildad de reconocer que las cosas
no están saliendo como él decía que saldrían, pero, sobre todo, que tenga la
humildad y el valor para dar un golpe de timón y cambiar el rumbo en aras de un
real beneficio para México. No congenio con su forma de hacer política, pero le
deseo éxito, éxito que debe reflejarse en el pueblo mexicano.
@Benjamin_Muniz
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