martes, 23 de abril de 2019

Si ustedes se pasan, ya saben lo que sucede

La prensa es la artillería de la libertad”.
Hans Christian Andersen

Hace algunos días, durante la homilía mañanera de Andrés Manuel, el periodista Jorge Ramos, muy a su estilo, increpó al titular del Ejecutivo Federal respecto a la violencia que se vive en el país. Señaló que, de seguir la tendencia, este se convertiría en el sexenio más violento de la historia moderna en México. Ramos no estaba equivocado: el arranque de la administración lopezobradorista es el más sangriento desde que se tienen datos. El primer trimestre de 2019 fue el más violento desde que se realizan las mediciones. Jorge Ramos utilizó cifras proporcionadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, es decir, no tomó datos de detractores, tomó las cifras de una dependencia del propio gobierno. Resulta extremadamente preocupante como AMLO descalifica las cifras de su propio gobierno y señala que él tiene otros datos.
Lo que sucedió después fue un verdadero ridículo. El lunes siguiente tuvo la puntada de lanzar una frase desastrosa que, por supuesto, después dijo que había sido mal interpretada: “Creo que ustedes no solo son buenos periodistas, son prudentes, porque aquí les están viendo, y si ustedes se pasan, pues ya saben ¿no? Lo que sucede, ¿no? Entonces. Pero no soy yo, es la gente. No es conmigo, es con los ciudadanos que ya no son ciudadanos imaginarios. Hay mucha inteligencia en nuestro pueblo” (como se puede observar en el siguiente link de la conferencia matutina del 15 de abril https://www.youtube.com/watch?v=6BEl8Tt0l7s&feature=youtu.be).
Si ustedes se pasan ya saben lo que sucede”. No hay manera de malinterpretar esta frase, es más, utilicemos una frase análoga: “O están conmigo, o están contra mí”. Vivimos en un país donde el ejercicio de la función periodística es de altísimo riesgo, simplemente durante el corto tiempo transcurrido desde el 1 de diciembre de 2018, se han asesinado a 7 periodistas, donde, según la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, las cifras de violencia son propias de un país en guerra, un país que ocupa el segundo lugar de homicidios de periodistas en los últimos 5 años, solo detrás de Siria y que en 2018, junto con Afganistán, fue el país con más muertes de periodistas al registrarse 17 homicidios (tal como se puede observar en el reportaje publicado en https://www.eltiempo.com/mundo/mas-regiones/cuales-son-los-paises-mas-peligrosos-para-ejercer-el-periodismo-306410). ¿Cuántos casos no hemos escuchado de periodistas que aparecen muertos por cuestiones relacionadas a su ejercicio periodístico? Y como diría Pablo Hiriart en su columna “Los exhibidos el viernes en Palacio” en El Financiero el 16 de abril (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/pablo-hiriart/los-exhibidos-el-viernes-en-palacio):

El presidente da carta blanca para linchar, que más de alguien entre sus seguidores o subordinados (con o sin uniforme) interpretará como “al ataque cuando se pasen los críticos”.
La vida de los periodistas que investigan al narco siempre está en un hilo. Hay muertos por ello.
Ahora los que critican al presidente también están advertidos. Su integridad física, moral o profesional, corre riesgos.
Y el presidente evadirá la responsabilidad con la coartada de que “no soy yo, es la gente. No es conmigo (con quien se meten), es con los ciudadanos”.
Terrible la amenaza, que viene del propio presidente de la República”.
Es en verdad preocupante que el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de manera pública y descarada, lance este tipo de amenazas simplemente porque un periodista (muchos en verdad) se atrevió a enfrentarlo con los números emanados de su propio gobierno. Porque en sus conferencias matutinas que normalmente están atestadas de preguntas a modo, uno levantó la voz para criticarlo y decirle que su estrategia no está funcionando y que los números, contrario a lo sostenido por el presidente, no estaban bajando, al contrario, estaban subiendo. Por esto se concedió la venia a los seguidores de AMLO de atacar a la prensa fifí, incluso les abrió la puerta para atentar en contra de ellos. “Si ustedes se pasan, ya saben lo que sucede”. ¿En verdad ese es el nivel del titular del Poder Ejecutivo de la Unión? ¿En verdad los periodistas merecen este tipo de intimidaciones por cumplir con su labor?
Decía Rodolfo Walsh (quien por cierto fue secuestrado y asesinado por la última dictadura en Argentina el 25 de marzo de 1977) que el periodismo o es libre o es una farsa. Lo que busca Andrés Manuel López Obrador es que el periodismo se reduzca a una farsa, a hablar simplemente de lo que se ordene desde el poder. Sus conferencias de prensa matutinas son el más claro ejemplo: es López Obrador y solo López Obrador quien establece la agenda comunicativa del país. Nadie más.
Como mexicano me duele profundamente ver el rumbo hacia el que estamos transitando. Me duele ver que tenemos instalado en la Primera Magistratura a un individuo mentiroso, déspota, sin respeto hacia los demás y que busca imponer su voluntad por encima de todo y que, al ser increpado prefiere amenazar que tener la humildad para reconocer que su estrategia (si es que en verdad tiene una) está fallando y que es necesario dar un golpe de timón. Me duele ver que el presidente olvida que su obligación primordial es para con la sociedad mexicana sin importar clase, estrato social, condición económica ni filias partidistas. 30 millones de mexicanos lo eligieron para ser presidente, pero su presidencia no es solamente para esos 30 millones, sino para todos los mexicanos por igual.
Considero que estamos viviendo tiempos difíciles y que lo único que va a hacer que logremos salir adelante es la unidad nacional, curiosamente, justamente lo que menos ha buscado López es la unidad, al contrario, busca los disensos y la confrontación buscando utilizar la máxima romana “divide et impera”. Triste postura para un Jefe de Estado del que se esperaba un cambio, no un retroceso.
Polarizar a población puede resultar ser un movimiento estratégico para los fines del presidente pero resulta muy peligroso desde la óptica social. A los mexicanos nos urge unión, la cual debe surgir de la reflexión profunda de lo que merecemos como sociedad y, bajo esa premisa, no podemos conformarnos con nada menor a un progreso constante y medible, con seguridad, con libertades reconocidas y salvaguardadas por el poder público. Merecemos tener un presidente que reconozca que es necesario tratar a los ciudadanos con dignidad y que deje de lado su despotismo, pero sobre todo que reconozca que el tiempo de campaña ha concluido y que es momento de comenzar a gobernar y hacerse responsable de lo que sucede en el país.
@Benjamin_Muniz

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