lunes, 2 de enero de 2023

Una mujer en la presidencia

La actual composición de la Suprema Corte de Justicia de la Nación refleja el resultado de la lucha que han encabezado mujeres valientes para cerrar la brecha existente en el ejercicio profesional para el género femenino. Hoy esa lucha rindió aún mayores frutos. No solo hay 4 Ministras, máximo histórico en la integración de nuestro Máximo Tribunal Constitucional, sino que, la Ministra Norma Lucía Piña Hernández se acaba de convertir en la primera mujer en presidir el Poder Judicial de la Federación. Hoy se ha hecho historia.

 

No obstante, esta elección nos enseña algo. Por supuesto, reconozco que en nuestra sociedad se ha impedido, en muchas ocasiones, el acceso de las mujeres a ciertos puestos, tanto en la iniciativa privada como en la administración pública. Es claro que esto obedece simplemente a un tema de género, es decir, se les ha negado el acceso por el simple hecho de ser mujeres y, por supuesto, esto debe cambiar.

 

Aplaudo el hecho histórico que estamos viviendo y, espero de todo corazón, que este suceso implique la ruptura del techo de cristal que ha sido impuesto en contra de las mujeres a lo largo de la historia, sin embargo, tenemos que analizar las consecuencias de manera cuidadosa y objetiva.

 

Resulta normal en nuestra sociedad que se genere una especie de efecto pendular, es decir, cuando una determinada clase ha sido discriminada de manera sistemática, se generan acciones afirmativas para buscar equilibrar la balanza, sin embargo, en esta búsqueda de equilibrio, en muchas ocasiones, por no decir en la mayoría, se protege a tal grado que se comienza a generar, ahora, una discriminación en contra de quienes, originalmente, eran los que generaban las conductas discriminatorias.

 

Es aquí donde debemos poner especial cuidado. La perspectiva de género, desde mi óptica, ha sido mal interpretada. Considero que ésta se refiere al hecho que el género no debe ser tomado en consideración para la toma de decisiones, es decir, se deben analizar los méritos para ocupar un determinado puesto, sin que el género sea uno de los factores a analizar.

 

No niego la capacidad de la Ministra Piña Hernández, he seguido su trayectoria en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, si bien es cierto, no siempre he estado de acuerdo con sus criterios ni sus resoluciones, también creo que llega a la Presidencia de la Suprema Corte por méritos propios y, por el bien del país, deseo que tenga éxito en su nueva encomienda y, sobre todo, que le regrese a la Corte la independencia que se vio mermada, cuando no perdida, durante la gestión del Ministro Zaldívar como presidente de nuestro Tribunal Constitucional.

 

Vienen tiempos complejos. No podemos dejar de ver que la favorita del Presidente, aun envuelta en una nube de irregularidades, no logró acceder a la Presidencia lo que, cuando menos, genera un cierto grado de optimismo para considerar que tendremos un Tribunal Constitucional independiente de los deseos de Palacio Nacional.

viernes, 22 de abril de 2022

El México en el que vivimos

 

No había escrito en este blog desde agosto de 2019. Hace casi 3 años fue mi última entrada. Por supuesto que en ese lapso muchísimas cosas han cambiado; el ambiente político de México se ha radicalizado, la división en nuestro país impera como nunca antes, pero para efectos de volver a sentarme a escribir estas líneas, el motivo es muy simple: la frustración, impotencia y enojo que estoy sintiendo.

 Para nadie es secreto que México lleva ya demasiados años sumergido en una vorágine de violencia en todos los aspectos posibles pero, sobre todo, se ha vuelto muy visible la violencia en razón de género. Hoy es justo esa violencia que me lleva a escribir de nueva cuenta.

 ¿En qué clase de país estamos viviendo? ¿Hasta cuándo terminará la violencia? ¿Cuándo será el día en que las autoridades, realmente, hagan su trabajo?

 El día de ayer fue encontrado el cuerpo sin vida de una mujer, abandonado en una cisterna de 4 metros de profundidad, en las inmediaciones de los lugares donde, en reiteradas ocasiones, se había llevado a cabo la búsqueda de Debanhi Escobar. Encontraron este cuerpo 13 días después de la desaparición de la joven de apenas 18 años. Aun cuando falta que las autoridades se expresen de manera oficial, utilizando los medios correspondientes para confirmar si se trata o no de Debanhi, su padre ya confirmó que el cuerpo encontrado si es el de su hija.

 Durante los 13 días de búsqueda, las autoridades de Nuevo León encontraron 5 cuerpos más. 5 CUERPOS MÁS!!!! Definitivamente vivimos en un país que no tiene el menor respeto por la vida de las mujeres. Vivimos en un país en que es peligroso ser mujer, en el que las autoridades no hacen lo que les corresponde hacer, en que los feminicidios siguen a la alza y nadie es capaz de detener esta inercia (o nadie quiere hacerlo).

 La Fiscalía de Nuevo León ya había buscado en las inmediaciones del Motel Nueva Castillo; ‘por qué, entonces, no encontraron su cuerpo antes? Esto nos pone a pensar, ¿en verdad hacen su trabajo o simplemente pierden el tiempo disque trabajando?

 No conocía a Debanhi, antes de su desaparición ni siquiera había oído hablar de ella, pero hoy tengo el corazón triste, por ella, por una joven que tenía toda su vida por delante y alguien se la arrancó amparado en la impunidad prevaleciente. Tengo el corazón triste por todas esas mujeres que han sido asesinadas en un México feminicida, en un México que no tiene autoridades capaces para detener esta violencia, en un México cuyas autoridades dividen y humillan, en lugar de buscar unir y sanar; en un México donde la procuración de justicia no es prioridad, donde sus Fiscalías, tanto las locales como la Federal, no hacen bien su trabajo.

 Estoy triste, no lo puedo negar y, por supuesto, también estoy preocupado. Ya no hay un rango de edad específico en las víctimas de feminicidio. Hoy cualquier mujer está en riesgo. Tengo madre, esposa, hermana, sobrina, muchas primas, amigas, compañeras. ¿Qué seguridad tienen ellas? ¿Su único delito es haber nacido mujeres? ¿Así de jodido está nuestro país?

 Con estas interrogantes, con todas las noticias que vemos día a día, con la ineptitud y corrupción existentes, sí, hay veces en que me da vergüenza decir que este es mi país, que ésta es su gente. Hay momentos en que me cuesta creer que somos más los buenos; las cifras parecen indicar lo contrario. Recuerdo que hace muchos años había un anuncio de Bimbo con una canción interpretada por Pedro Fernández. La letra decía “Este es mi país y esta mi gente, gente buena que trabaja, que lucha y que siente”. Hoy, desgraciadamente, veo que no, no somos gente buena.

 Este es el México en el que vivimos: un México donde las autoridades están más preocupadas por pelear entre ellas, por atacarse en lugar de dar los resultados que, como autoridades están obligados a dar. El partido oficialista y los partidos de oposición están enfrascados en señalarse los unos a los otros como traidores, pero, ¿y los resultados?

 La seguridad en México ha sido una tarea pendiente en las últimas administraciones. Esto no se trata de fobias ni filias. El gobierno, emanado desde el partido que sea, ha quedad corto en cumplir su obligación de garantizar a los mexicanos, específicamente a las mexicanas, la seguridad que merecen. Una muestra: en lo que va del año, han desaparecido más de 70 mujeres.

 Solo tengo una última pregunta: el caso de Debanhi fue demasiado mediático. Durante su búsqueda se encontraron 5 cuerpos sin vida, pero, dejando de lado esta publicidad, ¿cuántos cuerpos más existen de los que no tenemos conocimiento?

 Twitter: @Benjamin_Muniz

martes, 27 de agosto de 2019

El gobierno de la fantasía


Dice la sabiduría popular, y dice bien, que del dicho al hecho hay un trecho, es decir, no importa qué tanto se hable, esto carecería de significado si no se acompaña con hechos, con acciones contundentes para alcanzar objetivos específicos. Dicho de otra manera: es muy fácil criticar desde la comodidad de la casa cuando no se está inmerso en el calor del momento.

Lo que estamos viviendo actualmente en nuestro país es, desgraciadamente, la muestra de ello. Si hacemos un minucioso análisis de lo que López Obrador sostenía como oposición y lo contrastamos con sus acciones hoy que tiene el poder, nos daremos cuenta que son diametralmente opuestas. Ejemplos sobran, pero me quedo con uno que es muy actual: durante su última campaña electoral, AMLO atacó abiertamente al entonces presidente Enrique Peña Nieto por su tibieza ante los comentarios racistas de Trump, señalando que cuando él llegara a la Presidencia, exigiría a su homólogo total respeto hacia los mexicanos. Hoy, ya como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, únicamente se ha limitado a manifestar que no se confrontará con el residente de la Casa Blanca. Muchos podrán argumentar que es una postura prudente, que uno no debe confrontarse con el presidente del país más poderoso del mundo, con un gran socio comercial y que, para colmo de los males, es tu vecino, pero honestamente creo que es necesario que AMLO, como presidente de México si debe levantar la voz para defender a sus connacionales.


Otro punto que viene muy al caso es la economía: López insiste que podremos llegar a crecer a razón de 4% cuando el segundo trimestre de este año el crecimiento, según mediciones del INEGI fue de 0.0%. Nada. La economía está estancada.


Hace algunas semanas escuchaba una mesa de debate en el programa de radio de Carlos Loret de Mola y uno de sus panelistas (cuyo nombre, debo reconocer, no recuerdo) comentó algo que me hizo mucho sentido: López Obrador tiene un diagnóstico correcto de lo que está mal en México, pero sus acciones no corresponden a ese diagnóstico, lo que me llevó a compararlo con un doctor que sabe que su paciente tiene gripa y en lugar de recetarle antigripales, le receta antidiarreicos. Teniendo esto en mente, se explica el por qué, cuando se le presenta la realidad, la respuesta presidencial siempre es la misma: “yo tengo otros datos”.


Para entender lo enraizado de esta respuesta, hay que hacer un poco de historia: allá en el año 2000, AMLO llegó a ser Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. Tuvo una gestión de claroscuros: algunos la catalogan como buena, otros como mala. Yo honestamente cero que dejó mucho que desear en temas de seguridad, por ejemplo, pero esa gestión, acompañada del juicio de desafuero en su contra le dieron la visibilidad necesaria para contender por la Presidencia de la República, lo que intentó en tres ocasiones, hasta que, las elecciones pasadas, por fin se alzó con la victoria.


A lo largo de esos 18 años de campaña fue realizando su diagnóstico nacional. Si algo le tengo que reconocer es que nunca dejó de recorrer todo el país para familiarizarse con la problemática social y, a partir de eso, construir un plan de acción, desgraciadamente, el plan construido resultó ser arcaico, imposible de adecuarse a las necesidades sociales actuales, es decir, plantea soluciones que pudieron haber servido para los años 70, pero que para su gestión de 2018 a 2024 no sirven para nada.


Aun así, López ha defendido su plan y su estrategia. No lo puedo culpar. Creo que cualquier persona que trabaje 18 años en un proyecto lo defenderá a capa y espada. El problema es que él es, precisamente, el titular del Poder Ejecutivo Federal y debe velar por la integridad y seguridad de los mexicanos, no por la integridad de su plan. Al darse cuenta que sus acciones no funcionan, debe corregir y dar golpe de timón para acoplarse a la actualidad.


La confrontación de la realidad con lo plasmado en su proyecto le resulta dolorosa. No puede aceptar que no sirva lo que trabajó durante tanto tiempo. En la realidad, no se preparó para ejercer el cargo; no se preocupó por establecer un plan adecuado a las necesidades sociales actuales; no se preocupó en adentrarse a estudiar las formas más adecuadas para atender los flagelos nacionales. No puedo olvidar aquella frase que le espetó Ricardo Anaya en uno de los debates: “el problema no eres tú, el problema es que tus ideas son viejas”. Desgraciadamente, nada es más cierto y ahora lo podemos ver en carne propia. La salida de inversión, los subejercicios, las tasas de desempleo, la carencia de medicinas, la violencia incontenible, todo, por querer regresar el régimen centralista, al régimen de un solo hombre, de un súper hombre que todo lo controle.


Por supuesto que AMLO solo va a reconocer sus “otros datos”. Los datos que sirvan para robustecer y sustentar su proyecto, aunque nunca los haga públicos porque en verdad, estos no existen. Contradice a su Subsecretario de Hacienda cuando dice que existe subejercicio. Por supuesto, en el esquema ideal de AMLO, el subejercicio no tiene cabida, está sucediendo y no tiene la humildad para reconocer su falla, dice que él tiene otros datos, pero con toda franqueza, aún cuando esos otros datos existieran, ¿cuáles deberían ser tomados en consideración? Creo yo que los más fidedignos serían los datos que tiene el funcionario encargado de las finanzas públicas.


Por supuesto que es en extremo grave lo que está sucediendo, que el Presidente quiera negar los datos reales solo porque estos no van acorde a su plan o porque demuestran que su “trabajo” de 18 años no está rindiendo los frutos que él esperaba mientras que únicamente intenta abrazar los datos que a él (no a México) le convienen; desgraciadamente nosotros los ciudadanos sí tenemos otros datos.

@Benjamin_Muniz

martes, 18 de junio de 2019

¿Tenemos los recursos para enfrentar lo que viene?

Hace un par de semanas, el presidente Donald Trump, muy a su estilo de gobernar, amenazó al gobierno de nuestro país que, de no frenar el flujo de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos, se impondrían aranceles a productos mexicanos a razón, en un primer momento, de 5%, pudiendo incrementar mensualmente hasta alcanzar un 25%, mismos que se comenzarían a aplicar el lunes 10 de junio.

Gran parte de los analistas económicos de ambos países alzaron la voz para señalar el riesgo de ejecutar tal medida por el daño que causaría a la economía no solo de México, sino también de Estados Unidos. Por supuesto que a Trump no le importó lo que dijeron, incluso, congresistas de su propio partido y  manifestó que de no ver acciones contundentes del gobierno mexicano los aranceles irían por que irían. Como diría cierto político mexicano: "Me canso ganso".

Nuestro Canciller fue a Washington, D.C. a encabezar las negociaciones, acompañado de un grupo de funcionarios de nuestro gobierno. Fueron días álgidos y todo parecía que el consenso no se lograría; pero se logró y Trump dio marcha atrás. Consiguió lo que tanto quería.

Reiteradamente Trump ha manifestado que construirá un muro en la frontera y que México pagaría por él. Lo logró, y no solo eso, logró convertir a México en su muro fronterizo. El acuerdo, que muchos califican como un triunfo y con lo que yo no puedo estar más en desacuerdo establece que México deberá dar asilo y atender las necesidades de los migrantes que soliciten el ingreso a EUA mientras se resuelve su petición y volver a sentarse a analizar avances 45 días después.

"Donde come uno comen un millón" "no amos a desamparar a los niños migrantes, de ser necesario los hacemos mexicanos" fueron dos declaraciones del presidente López respecto al resultado de las negociaciones. Considero que estas palabras son una manifestación más del desconocimiento del entorno social que tiene López. No es cierto que donde come uno comen un millón. Las necesidades de los ciudadanos mexicanos no se han visto cubiertas desde épocas ancestrales, situación que ha empeorado a últimas fechas derivado de los recortes presupuestales impuestos por la administración lopezobradorista. Si está crisis se suscitó previo a la adopción del acuerdo migratorio con Estados Unidos, ¿qué nos espera ahora que también debemos cubrir las necesidades de los migrantes? Si no logramos satisfacer las más básicas necesidades de nuestros connacionales, ¿cómo haremos para cubrir las de los migrantes? ¿Le quitaremos los servicios a los mexicanos para entregarlos a los extranjeros?

Muchas voces se han levantado en contra del resultado de las negociaciones, en un primer término, porque otorga a la administración estadounidense la facultad de fiscalizar avances que competen únicamente a la política interna mexicana. Debemos convencer a Trump de que nuestra política interna es la adecuada. Hasta ahí llegó la soberanía e independencia nacionales.

Logísticamente esto se está convirtiendo en una pesadilla. Se ha barajado incluso el término "xenofobia", pero considero que existe un muy justo reclamo de los connacionales que han sufrido en carne propia los recortes presupuestales que han, incluso, costado vidas. Ahora, hablemos de simples matemáticas: si los recursos no alcanzan para los mexicanos, menos van a alcanzar para los mexicanos y los migrantes. Sobre este punto es totalmente necesario que el gobierno informe cómo pretende hacer frente a los gastos que este programa generará pero, contrario a lo que siempre hace, es necesario que compruebe la capacidad de hacerlo y no que se quede en simples manifestaciones unilaterales sin sustento alguno.

El acuerdo migratorio/comercial generó, incluso, una fuerte división al interior de la 4T. El presidente de la Cámara de Diputados, el morenista Porfirio Muñoz Ledo, señaló en el mitin de Tijuana lo inmoral que resulta pedir que se le abran las puertas a los mexicanos en Estados Unidos pero al mismo tiempo cerremos las fronteras a los centroamericanos con la Guardia Nacional. Posteriormente, acusó al canciller Ebrard de estar invadiendo facultades, acusación que generó una serie de dimes y diretes entre ambos políticos a la cual tuvo que subirse el presidente López.

Llamó también profundamente la atención la integración del grupo de trabajo encargado de dar seguimiento a los acuerdos. Encabezados por el canciller Ebrard, no figuró ningún funcionario del Instituto Nacional de Migración y el único funcionario de la Secretaría de Gobernación era quien entonces fungía como titular de reclusorios, Francisco Garduño (El 18 de junio Julián Andrade escribió una muy buen opinión respecto al a relación SEGOB/SRE en este entorno migratorio https://www.contrareplica.mx/nota-La-crisis-entre-Cobian-y-La-Alameda20191866?fbclid=IwAR0BMTL0ucUGJCbOIr0W0dmXAibb16x8Kd7VLXdH07SFYAR5yfpKOBBuz8o#.XQjFNP6fiHo.whatsapp). Hay quien dice que fue a motu propio, hay quien dice que fue decisión presidencial, lo cierto es que Tonatiuh Guillén dejó de ser el titular del Instituto Nacional de Migración el pasado 14 de junio y fue sustituido en su cargo por un incondicional de López, precisamente quien era coordinador de penales y único funcionario de SEGOB en el grupo de seguimiento, Francisco Garduño Yáñez.

Hablar del binomio migración/economía nunca es tarea fácil, sin embargo, en el entorno actual es totalmente necesario hacerlo. En primer lugar considero que es un gran error y fracaso del grupo negociador que se vincule la economía con la migración y, en segundo lugar, y desde mi óptica lo más importante, ¿de dónde saldrán los recursos económicos, materiales y humanos para cumplir con los acuerdos y atender las necesidades de los migrantes?

Durante su campaña electoral, Andrés Manuel siempre habló de repartir dinero, de programas sociales, pero, al ser cuestionado acerca de cómo se obtendrían los recursos, nunca pudo dar una respuesta fundamentada, sino que se limitaba a decir que, terminando la corrupción, se contaría con los recursos necesarios. La realidad actual ha demostrado que no hay dinero que alcance para sostener sus programas sociales.

Por supuesto que los migrantes deben ser apoyados, se deben respetar sus derechos humanos, pero aún así, la duda continúa: ¿Cómo y con qué recursos? Esta vez el gobierno debe dar una respuesta concreta y medible: con bases sólidas, con números reales: va a costar tanto y va a salir de aquí. No podemos permitir que sigan dando respuestas evasivas que no resuelvan absolutamente nada.

Otro tema muy polémico: creo honestamente que el deber del gobierno mexicano es primero para con sus ciudadanos, es decir, debe garantizar que las necesidades de los mexicanos se vean cubiertas y, en esa medida, buscar cubrir las de los migrantes. En caso contrario, y en detrimento de la ciudadanía mexicana, nuestro gobierno se convertiría en candil de la calle y oscuridad de su casa.

@Benjamin_Muniz

martes, 11 de junio de 2019

Rebasados por la inseguridad

Uno de los principales reclamos de la ciudadanía a nivel nacional tiene que ver con la inseguridad imperante en nuestro país. A pesar de la existencia de este gran flagelo a lo largo de su campaña electoral, el hoy presidente López nunca expresó un plan concreto para mitigar la inseguridad, sino que se limitó a señalar que con su llegada a la Primera Magistratura de nuestro país la violencia terminaría; "Abrazos, no balazos" se convirtió en su lema. Al llegar a la Presidencia la realidad mostró ser otra: el primer trimestre de 2019 fue el más violento desde que se cuentan con las mediciones realizadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Desgraciadamente, esta situación se puede ver en gran parte de las entidades federativas y, en muchos casos, por no decir prácticamente en todos, los titulares de los ejecutivos locales se han visto incapaces de frenar esta escalada de los índices delictivos. Dos casos en particular llaman profundamente mi atención: Morelos y la Ciudad de México.

La inseguridad en Morelos es un fenómeno que ha venido creciendo de manera paulatina y constante. Marco Antonio Adame Castillo se vio envuelto en un clima de violencia que, a la larga, generó que Acción Nacional perdiera uno de sus más importantes bastiones ante Graco Ramírez, quien fue incapaz de detener la escalada de violencia, misma que alcanzó niveles sin precedentes. La factura le llegó en 2018 cuando Morena, de la mano de Cuauhtémoc Blanco se alzó con el triunfo, solo para comprobar que su calidad como futbolista es inversamente proporcional a su capacidad política, convirtiéndose en el primer gobernador en la historia en confirmar su presencia a una marcha en contra de él mismo.

El caso de la CDMX es extremadamente especial. No se puede negar que durante la administración de Marcelo Ebrard, en materia de seguridad pública, el entonces Distrito Federal era un ejemplo a nivel nacional. Recuerdo, incluso, una columna escrita en octubre de 2011 por Ciro Gómez Leyva titulada "El inolvidable binomio Mancera-Mondragón" (https://vanguardia.com.mx/columnas-elinolvidablebinomiomanceramondragon-1114583.html) en que se daba cuenta de los buenos resultados generados en aquellas épocas. Con el paso del tiempo, Mancera llegó a ser Jefe de Gobierno y se enfrentó con el hecho que la delincuencia organizada, por más que se quisiera negar, comenzó a operar en la Capital de la República.

Si bien es cierto que la delincuencia se ha venido abriendo paso en la Ciudad, la administración encabezada por Claudia Sheinbaum no tiene un plan para atender este sentido reclamo social. Las cifras hablan por sí mismas: durante el primer trimestre de 2019 el secuestro se incrementó en 550%, la violación en 454%, la extorsión en 127% y el homicidio en 48% comparado con el mismo periodo de 2018. No podemos olvidar, además, que el secuestro era un delito que, desde la administración de Ebrard, venía disminuyendo.

Contrario a lo que sucedía antes, los robos, los asaltos, los balazos, los homicidios ya no son algo que suceda predominantemente en las noches. A las 3 p.m. se han presentado estos delitos en la Colonia Condesa, solo por mencionar un ejemplo, cuando, presuntamente, se intentó asaltar al periodista Héctor de Mauleón. Al día siguiente lo mismo ocurrió en Polanco. Un domingo a medio día, sobre la calle de Ciencias, casi esquina con Benjamín Franklin un joven fue apuñalado. Historias de esa naturaleza se cuentan a diario.

El 4 de junio Norberto Ronquillo Hernández, estudiante de la carrera de Mercadotecnia Internacional en la Universidad del Pedregal terminó sus clases y, al salir de la universidad le marcó a su novia para decirle que iría a verla. La novia esperó, pero Norberto nunca llegó. Fue secuestrado a la salida de la Universidad. La familia pagó el rescate, sin embargo, Norberto no regresó. En medio de esta crisis la Dra. Sheinbaum viajó a Tijuana a ser parte de un mitin convocado por el presidente López. Abandonó su trabajo, descuidó sus responsabilidades, para acudir a una congregación sin mayor importancia que la mediática. En la madrugada del 10 de junio fue encontrado el cuerpo sin vida de Norberto quien, presumiblemente, fue asesinado el mismo día que fue secuestrado. Ernestina Godoy, titular de la PGJ justificó la negligencia de la dependencia en el hecho que la familia de Norberto les pidió no intervenir porque ellos estaban negociando directamente el rescate, ignorando que constitucionalmente corresponde al Ministerio Público la persecución de los delitos, es decir, la Procuraduría debió haber actuado sin que la petición de la familia fuera óbice para ello.

Hacia el medio día del propio 10 de junio, el diario Excélsior reportó la desaparición de Erick Landgrove, de 32 años, quien fue visto por última vez en la colonia Roma, el 8 de junio, si, el mismo día que Sheinbaum estaba en Tijuana, en un evento realmente ocioso.

Las molestias y reclamos en contra de Sheinbaum no se han hecho esperar. En cuestión de minutos los hashtags #RenunciaSheinbaum #FaltaNorbertoSobreSheinbaum y #FaltaNorbertoSobraAMLO se hicieron trending topics en las redes sociales, lo cual solo es un indicativo de lo mal que se encuentra la gestión gubernamental en nuestra ciudad y en nuestro país. Si los gobernantes deciden cambiar su estrategia, deben hacerlo urgentemente para evitar que el descontento social siga creciendo.

A nadie escapa que el tema de seguridad es en verdad complejo, un asunto multifactorial que requiere de atención en diversos frentes, sin embargo, la percepción ciudadana es clara: el gobierno no está haciendo lo que le corresponde. Armando Martínez, rector de la Universidad del Pedregal, denunció que no se aplicó ningún protocolo para atender el secuestro de Norberto e hizo un llamado a las autoridades para que actúen conforme a la ley y apliquen los protocolos de manera adecuada y  que reconozcan que no estamos funcionando como sociedad, que se está exigiendo que la gente no pase por un periodo burocrático, que la actuación ministerial sea más humana y no tan burocrática. "Esto no se trata de política, le puede pasar a mi hijo, le puede pasar a nuestra familia. Esto se trata de nuestros hijos, esto se trata de que cuando pedimos auxilio el auxilio llegue y que se pongan todos los protocolos" (https://play.wradio.com.mx/audio/111RD380000000081277/)

En este momento la duda es ¿el gobierno hará algo para revertir la percepción ciudadana? Lo que se haga, ¿será suficiente? ¿Se buscará solamente revertir la percepción ciudadana o se actuará de fondo para satisfacer la necesidad de seguridad que tenemos? Y la duda más importante, ¿cuántas muertes más tendremos que aguantar? ¿Cuántas madres, padres, estudiantes, amigos saldrán de sus actividades cotidianas para encontrarse con la muerte a manos de delincuentes?

Con todo lo que está sucediendo en esta ciudad, y creo que hablo por muchas de las personas que aquí vivimos, tengo un miedo siempre presente de salir todos los días a trabajar sabiendo que no existe una sola garantía de que voy a volver a casa en la noche. Lo mismo me puede pasar a mí, a mi familia, a mis amigos. Vivimos secuestrados en una ciudad que, en el discurso, proclama las libertades pero en las acciones dista mucho de lograr garantizarlas. Estamos transitando a una anarquía generada por los altísimos niveles de impunidad en donde los delincuentes se ríen de todos nosotros, autoridades y ciudadanos por igual, en donde todos somos vulnerables. ¿Dónde quedó aquella ciudad de la esperanza que pregonaba Ebrard? No puede haber esperanza si no podemos salir a la calle sin miedo. Los que han sido gobernantes del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, son personas que, en su mayoría, se encuentran en las filas de Morena, ocupando cargos de importancia. ¿Qué hicieron ellos por la seguridad? ¿Qué hacen hoy desde sus ámbitos de competencia? ¿Qué hace hoy la Jefa de Gobierno? Si no tenemos la seguridad de salir a hacer nuestras actividades y regresar a nuestros hogares, se está incumpliendo con la obligación más importante del gobierno: brindar seguridad. El incremento tan alarmante en los índices delictivos solo nos deja ver que, de no dar un golpe de timón pronto, estaremos transitando a un gobierno fallido.

Es necesario que el gobierno se sincere, no solamente con la ciudadanía, sino con ellos mismos sobre el ejercicio de sus funciones, sobre el rumbo de su gobierno, si es que se tiene pensado uno. Deberían tener humildad para reconocer que no lo están haciendo bien. Si no se acepta el error y continúan con el status quo nosotros, los ciudadanos, no tendremos esperanza.

@Benjamin_Muniz

miércoles, 22 de mayo de 2019

¿Crisis en el equipo presidencial?

Dice un viejo y conocido refrán que cuando el río suena, agua lleva y este dicho popular queda muy bien en el entorno político que actualmente se vive en nuestro país.

El día de ayer se oficializó la primera baja de la primera línea del equipo del presidente López. Germán Martínez Cázarez renunció ayer 21 de mayo a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social a través de una carta dirigida al Consejo Técnico de dicho Instituto, la cual puede consultarse en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/politica/carta-integra-de-la-renuncia-de-german-martinez-cazares-al-imss. La misiva es dura y concisa. Martínez denunció la injerencia de funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en decisiones que corresponden el IMSS. Si bien es cierto no menciona quiénes son esos funcionarios, no se requiere ser un genio para saber que se refiere a Carlos Urzúa y a Raquel Buenrostro, Secretario y Oficial Mayor, respectivamente.

Dentro de su carta renuncia hay muchas frases que responsabilizan a la Secretaría de Hacienda de la crisis que vive el Instituto. Me quedo con dos: "Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres" y poco más adelante continúa diciendo "yo tampoco seré florero en el IMSS de decisiones tomadas fuera del IMSS".

La renuncia de Germán Martínez, en lo personal, me genera muchas interrogantes. Ha trascendido que diversos funcionarios han presentado sus renuncias al presidente y que éstas no han sido aceptadas. Presidencia ha logrado contener la fuga de sus colaboradores. Con la renuncia de Martínez, ¿ese control ha terminado? ¿El gobierno podrá seguir conteniendo a los funcionarios inconformes o éstos aprovecharan esta circunstancia para salir del gabinete? Al tiempo.

Y es que este no es un tema menor. Trascendió que una de las personas más importantes dentro de la campaña que le diera la victoria a López hoy se encuentra relegada y encuartelado en su oficina. Me refiero al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón. De ser el hombre importante del candidato, se ha convertido en una figura meramente decorativa en el gobierno de la autoproclamada Cuarta Transformación. Temas que debieran ser tratados directamente por el titular de la Secretaría, han sido delegados a otros Subsecretarios o, incluso, a otras dependencias. Recordemos incluso que en la relación bilateral con Estados Unidos, Ebrard ha brillado por su ausencia. Ante este ambiente de relegación, el Canciller presentó su renuncia el 2 de abril pasado aunque, en un comunicado de prensa, la SRE desmintió esto.

Ese mismo día, el 2 de abril, sin mucho reflector, renunció a su cargo el Q.F.B. Marcos Laureano Solís Leyva quien estaba como encargado de la Comisión de Autorización Sanitaria de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). El motivo, diferencias con el Comisionado Presidente por la libre importación de medicamentos a nuestro país en coordinación, nuevamente, con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público encabezada por Carlos Urzúa (Se puede consultar una columna al respecto en https://www.eluniversal.com.mx/columna/raul-rodriguez-cortes/nacion/cofepris-pone-en-riesgo-la-salud)

El 12 de abril, después de tan solo 10 días en su encargo, Simón Levy presentó su renuncia como Subsecretario de Planeación Turística, misma que fue aceptada por Miguel Torruco, Secretario de Turismo. Solo cuatro días después, el 16 de abril, Guillermo Zúñiga renunció a su cargo como Comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) sin señalar sus motivos, aunque trascendió que su decisión se basó en la designación de los nuevos Consejeros de dicho órgano.

Por si esto fuera poco, Raymundo Riva Palacio lanzó una bomba que generó mucho ruido en la oficina de Presidencia al señalar que Alfonso Romo, Jefe de Oficina, presentó su renuncia al Presidente López, misma que fue rechazada (https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/la-renuncia-de-romo). El motivo de su renuncia, diferencias con el titular de la SHCP, Carlos Urzúa.

Personas cercanas al Presidente han renunciado. Se rumora también, sin que se pueda confirmar que la propia Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espríu y la Secretaria de Energía, Rocio Nahle, han presentado sus renuncias. Lo único que hasta el momento me queda claro es que el Presidente López tiene un superhombre a quien abiertamente ha respaldado ante todas las crisis, y este hombre se llama Carlos Urzúa.

Concluyo transcribiendo un párrafo de la carta de renuncia de Germán Martínez:

"El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el "cargo" que el "encargo".
Hoy, en su conferencia de prensa matutina, el Presidente López anunció que Zoé Robledo, quien hasta hoy era Subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, es el sucesor de Germán Martínez en la Dirección General del IMSS, ¿Podrá contener la injerencia de la Secretaría de Hacienda o terminará doblando las manos? Estoy seguro que pronto lo sabremos.

@Benjamin_Muniz

martes, 14 de mayo de 2019

A México le urge unidad

No soy una persona vieja, reconozco que muchos de los eventos que han marcado la política moderna de México no los presencié o estaba muy chico para comprender de manera más real su significado. No estaba vivo cuando López Portillo dijo que defendería el peso como a un perro. No logro recordar haber presenciado el "ni los veo ni los oigo" de Carlos Salinas. El magnicidio por supuesto que lo recuerdo pero más como un suceso lejano. Si, reconozco que he estado involucrado en la política desde aquel ya lejano 1994 cuando tenía apenas 7 años. Lo primero que recuerdo de mi acercamiento a la política es, precisamente, el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, después como un tío, hermano de mi papá, me obsequió una estampa del candidato sustituto, Ernesto Zedillo y como, a mis tiernos 7 años, vi por primera vez un debate presidencial, donde me impactó la figura de un hombre de gran barba, discurso estructurado y elocuente (claro, en ese entonces no sabía ni siquiera el significado de estas dos palabras) y fue cuando descubrí que el Partido Acción Nacional tenía buenos elementos.

Recuerdo también la reforma política de 1997 que dotó de cierta autonomía al Distrito Federal para transformarlo del Departamento del Distrito Federal al Gobierno del Distrito Federal y como, el primer Jefe de Gobierno electo democráticamente por los ciudadanos fue Cuauhtémoc Cárdenas. Recuerdo a  mis 13 años, en el 2000, todavía sin edad suficiente para votar, meterme a actividades para la campaña de Vicente Fox, pocas tal vez, pero eran las que podía hacer con 13 años y con el poco permiso que tenía de mis papás (quienes nunca han sido afines a la política). Recuerdo haber colocado pendones en mi cuadra, repartido estampas.

Por fin llegó 2006, mi primera elección. Me iba a estrenar a lo grande, siendo representante de casilla por el PAN. Por coincidencias de la vida mi nombramiento nunca llegó y tuve que conformarme con seguir la elección desde la televisión. Recuerdo claramente como, muy entrada la madrugada, mi papá, quien llevaba ya horas durmiendo, se despertó para decirme que los resultados los podría conocer más tarde y que, por favor, ya me fuera a dormir.

Recuerdo las elecciones de 2012, las primeras en las que fungí como Representante Propietario del PAN ante el Consejo Distrital XXXIII del entonces IEDF, recuerdo las elecciones de 2015 donde repetí puesto como Representante Propietario.

En efecto, no soy una persona de edad avanzada. Tengo apenas 32 años pero tengo un camino recorrido en el tema electoral y en esos 25 años que llevo siguiendo de cerca los asuntos políticos de mi país, nunca me había encontrado con una división tan grande como la que existe en este momento. Actualmente en nuestro país existe una sima tan profunda que parece imposible sortear.

En México siempre han existido grupos y, por lo mismo, personas afines a cada uno. La derecha ha tenido a sus seguidores, incluso a sus portavoces dentro de los medios. Lo mismo sucede con la izquierda y con el centro, en fin, con todo el espectro político. Descalificaciones de un grupo a otro han sido parte de nuestro panorama, no es nada nuevo, lo que si es nuevo es que esas descalificaciones hayan trascendido hasta nosotros, los ciudadanos de a pie.

Si en las administraciones pasadas alguien criticaba al presidente, salía alguien a su defensa. Se abría la posibilidad al debate y, por supuesto, habían momentos en que la discusión se acaloraba como sucede con cualquier tema que levante pasiones. Pero en esta administración, si alguien cuestiona o critica al mandatario, en automático es un derechairo, traidor, vende patrias, fifís. Y, siendo francos, los que no apoyamos al presidente les decimos a sus seguidores chairos entre otros calificativos.

Por supuesto que todos estamos en nuestro derecho de discrepar o coincidir con el titular del Poder Ejecutivo de la Federación. Por supuesto que yo estoy en mi derecho de disentir y de hacer notar lo que, a mi consideración, no es adecuado. Eso es, no solamente sano, sino necesario en cualquier Estado Democrático de Derecho, pero nunca como ahora, en la historia moderna de nuestro país, se había generado una división tan grande, la misma que me hace recordar a los conservadores y liberales en la época incluso anterior de Benito Juárez, esa época a la que México le costó tanto derramamiento de sangre y que hoy, desgraciada y dolorosamente, estamos regresando.

Señores, seamos francos, las administraciones inician y concluyen, pero nuestra condición como mexicanos permanece. Tengo familia que apoya profundamente a López Obrador. Cuando él deje de ser presidente, ellos seguirán siendo mi familia, lo mismo con amigos, con vecinos, con personas con las que comparto ideologías de libertad e igualdad.

No puedo decirlo de otra manera, me resulta preocupante en extremo la división que se ha generado en nuestro país. No, no estoy de acuerdo en muchas de las políticas emprendidas por el titular del Ejecutivo Federal, veo con preocupación la falta de resultados, considero que gastar en tanto programa social y en béisbol en lugar de dotar de medicamentos a pacientes que lo necesitan está mal, pero una cosa es que piense eso y otra es que pensarlo me haga un mal ciudadano, un traidor a la patria.

Reconozco que la división es impulsada desde arriba. El presidente imponiendo la separación, entre los liberales y los conservadores, los fifís y demás adjetivos que ha utilizado. Eso es innegable, como también lo es que nosotros, los ciudadanos de a pie hemos encontrado en esto una licencia para hacer lo mismo, para ahondar diferencias, para crear grupos que no deberían de existir. Por supuesto, yo he caído en eso: he atacado en lo personal a personas, a mexicanos, les he dicho chairos y me he sumado a la interminable fila de personas que fomentan la división, pero México necesita unidad y por eso hoy digo ¡ya basta! A partir de este momento debatiré propuestas e ideas con quien quiera hacerlo, pero dejaré fuera por completo de mi vocabulario palabras que denosten a cualquier persona por el simple hecho de su preferencia electoral y hago un llamado, desde lo más profundo de mi ser, para que todas las personas que así lo deseen se sumen a esto: basta ya de dividirnos nosotros. El futuro de México no está en López Obrador ni en ningún otro político, el futuro de México está en sus ciudadanos y, como bien decía Jesús, una casa dividida contra sí misma no puede perdurar.

Somos mexicanos, sin importar nuestros intereses políticos. Dejemos de lado las divergencias y busquemos las convergencias. Debatamos, si, por supuesto. Alcemos la voz cuando las cosas no se estén haciendo bien, pero dejemos de insultar y demeritar a los demás. En algún momento leí una frase de Francisco Martín Moreno: "Cuando los argumentos terminan, comienzan los insultos". Ha llegado el momento de regresar a los argumentos.

@Benjamin_Muniz