miércoles, 5 de diciembre de 2012

Oposición Responsable


La oposición responsable no es aquella que bloquea todas las iniciativas del partido gobernante, sino aquella que apoya las que redunden en un beneficio para la población y rechaza las que vayan en detrimento de los ciudadanos. Esta postura fue sostenida por Diego Fernández de Cevallos Ramos cuando fue candidato a la Presidencia de la República del Partido Acción Nacional, la volvió a sostener durante un debate con Andrés Manuel López Obrador cuando éste último era el candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Además de Fernández de Cevallos, el Partido Acción Nacional, durante su periodo como Partido opositor, siempre mantuvo vigente esa actitud.

El pasado sábado se realizó formalmente el cambio de Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. El príista Enrique Peña Nieto protestó fielmente su cargo como nuevo Presidente de la República y recibió de Felipe Calderón, Presidente Saliente, la Banda Presidencial. Con esto se inició, nuevamente, otra etapa dentro del PAN: ser Partido de oposición.

Ser oposición en el sistema electoral mexicano no es un asunto menor. Se requiere de un gran compromiso social y, sobre todo, de un valor ético que nos permita actuar conforme la sociedad lo demanda. Es muy fácil, como en la actualidad ha acontecido en diversos capítulos de nuestra historia política reciente, que un grupo parlamentario congele alguna iniciativa del Partido en el Gobierno, aunque ésta sea benéfica para nuestro País, con la única finalidad de evitar que el Partido promovente gane popularidad a través de la aprobación de su iniciativa.

Debemos recordar que el sentido de los Partidos Políticos, como se encuentran regulados actualmente en nuestra legislación, es precisamente ser grupos que promuevan la democracia y las políticas públicas a través de funcionarios que logren establecer en el poder ejecutivo y legislativo de los diferentes órdenes de gobierno. Promover la democracia incluye, entre otras cosas, permitir que las mejores propuestas lleguen a buen puerto.

Tomemos un ejemplo: durante su primera aparición pública como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto manifestó su intención de enviar una iniciativa de reforma constitucional con la finalidad de contar con un solo Código Penal y un Código de Procedimientos Penales para todo México, y que estos dos ordenamientos jurídicos sean de aplicación nacional. Esta propuesta tiene su antecedente en que, en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el entonces Presidente Felipe Calderón propuso la homologación de las leyes penales en todo el territorio nacional. Esta homologación comprobó ser más difícil de lo que se esperaba. Ante esto, Peña propone un solo Código Penal y su respectivo Código de Procedimientos Penales. Desde mi punto de vista, es una excelente idea. Habrá de apoyarla. Considero que esta reforma generaría una gran disminución en los índices delictivos.

Otra iniciativa que se debe apoyar como oposición es la referente a la Ley de Administración y Deuda Pública. Es de suma importancia establecer límites a los gobiernos locales, tanto estatales como municipales, para evitar que se sigan presentando casos de sobre-endeudamiento ya que éstos solamente lesionan el bienestar y patrimonio de los gobernados. El gobernante que acepta el endeudamiento masivo raras vez siente las consecuencias en su propio bolsillo. Ahora, como oposición no solamente debemos apoyar que esta iniciativa prospere. El trabajo más difícil y laborioso es vigilar que se cumpla, vigilar que no se convierta en letra muerta como, desgraciadamente, ha sucedido en muchísimas ocasiones. Este caso representa un mayor interés, tomando en consideración que los estados y municipios que más se han endeudado en los últimos tiempos provienen, precisamente, del Partido Revolucionario Institucional, tal como, por ejemplo, Veracruz y Coahuila, por nombrar solamente dos.

El día de ayer tuve la oportunidad de ver un programa transmitido en Proyecto 40, llamado La Encerrona, donde convergieron 3 senadores para sostener una especie de debate: David Penchyna por el PRI, Roberto Gil por el PAN y Mario Delgado por el PRD. Al parecer fue un gran comienzo. Una nueva administración, una nueva composición del Congreso de la Unión y, en un programa, se lograron sentar a dialogar los 3 Partidos Políticos de mayor envergadura de nuestro País. Sin embargo, hubo un detalle por parte de Penchyna que no fue muy de mi agrado: al hablar del gran paso que representa tener sentados en una mesa incluso a la agenda mexicana, comentó que era necesario que los actores políticos se adhieran a la agenda política del gobierno de Enrique Peña Nieto. La respuesta de Roberto Gil, otrora Secretario Particular del expresidente Calderón fue, a mi paracer, maravillosa, dijo que no hay que adherirnos a la política establecida por el gobierno en curso, sino que hay que sentarse a negociarla y llegar a acuerdos de tal forma que las políticas públicas sean incluyentes.

Tomando en consideración la respuesta del Senador Gil comentada en el párrafo que antecede, me queda claro que la oposición responsable debe, además, ubicar las lagunas en las políticas públicas y trabajar para que éstas sean satisfechas. A lo que voy con esto es que, por ejemplo, durante su primer discurso como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto se encargó de hablar acerca de la política de seguridad nacional que llevará la administración a su cargo, sin embargo, con preocupación me doy cuenta que sigue con una política únicamente retributiva por parte del Estado y no manifestó una política preventiva. Es decir, se basa únicamente en castigar los delitos en lugar de prevenir la comisión de conductas delictivas.

Como lo he comentado en diversas publicaciones, la política de Estado basada únicamente en sancionar los delitos se ha visto superada en demasía. Como oposición, considero que, para perfeccionar esta política, deberíamos impulsar en esa misma agenda, la introducción de políticas de prevención del delito a través de planes interdisciplinarios y sustentados en estudios serios. Solamente de esta manera, los índices delictivos se verán disminuidos.

En fin, el sexenio que comienza es un reto muy grande para Acción Nacional. Debe demostrar su capacidad para ser oposición seria y responsable. Debe, para lograr esto, dejar de lado las divisiones internas que a últimas fechas han mermado su capacidad de acción. Debemos, nuevamente, unirnos todos bajo la bandera blanquiazul bajo la cual Don Manuel Gómez Morín soñó que podría llegar la mejor opción política para México. Esperemos que así sea. Hace falta una gran depuración dentro de las filas del PAN para poder luchar por la democracia conforme marcar sus estatutos y lineamientos internos.

Ahora bien, como siempre lo he manifestado, estoy convencido que los intereses nacionales deben estar por encima de cualquier interés particular y de los Partidos Políticos. Por México debemos luchar en conjunto, sin importar si una iniciativa proviene del seno de nuestro Partido o de cualquier otro grupo parlamentario. Haciendo analogía de las palabras de Montesquieu, porque somos seres humanos antes que políticos, debemos luchar por el bien de nuestra Patria. Si nuestro País está bien, si logramos que se desarrolle al límite de sus capacidades, entonces, por lógica, nosotros, como ciudadanos, estaremos bien.

El pasado sábado, además de la transición del Poder Ejecutivo Federal, ocurrió un evento que no me causa otra cosa que indignación. Un grupo de anarquistas realizó una manifestación llena de actos vandálicos que redundaron en la destrucción de mobiliario tanto urbano como particular. Debemos recordar que el artículo 6 de nuestra Ley Fundamental establece que la manifestación de ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso que ataque la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o perturbe el orden público. Es evidente que en lo acontecido el pasado sábado, la manifestación de este grupo atacó la moral, los derechos de toda una sociedad, provocaron, no uno, sino varios delitos y, por supuesto, perturbó el orden público. No puedo sino expresar mi reprobación a nivel personal, y creo que puedo hablar por mis compañeros panistas y mis conciudadanos del Distrito Federal por lo que aconteció aquel día. Es una vergüenza ver que un grupo de personas que se oponen a cualquier gobierno institucional con la única finalidad de imponer la ley  de la selva, hayan cometido tantos daños en el patrimonio de los ciudadanos y de nuestra Ciudad. Más de doscientos millones de pesos que costó la restauración de la Alameda Central, uno de los parques más emblemáticos de todo México se vieron tirados a la basura menos de una semana después de su reapertura. Perdonarán la expresión, pero eso es no tener madre. El hecho de ver las imágenes por televisión y transitar diariamente por Avenida Juárez, producen una rabia indescriptible. Como dijo el Dr. Edgar Elías Azar, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, una cosa es manifestar tus ideas y otra es cometer actos de tal nivel de vandalismo. Hago un enérgico llamado al Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien hoy inicia como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, y a su procurado, Hiram Almeida para que las investigaciones se conduzcan con prontitud y que los responsables de estos actos de barbarie sean sancionados conforme a Derecho.

Pasando a otro tema que nada tiene que ver con lo manifestado a lo largo del presente documento, el día de ayer falleció Miguel Calero, uno de los mejores porteros que ha tenido el futbol mexicano. Su entrega en la cancha, sus atajadas espectaculares, su capacidad de liderazgo dejan un hueco que muy difícilmente podrá ser cubierto. La afición futbolera está de luto. Se fue uno de los grandes pero, como dijo mi hijo, él seguirá jugando futbol con los ángeles. Descanse en paz.

Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

lunes, 5 de noviembre de 2012

El poder de la educación


En diversas publicaciones he mencionado que uno de los factores que podrían ser de vital importancia para generar acciones que pudieran redundar en la prevención de la comisión de conductas delictivas es la educación. En el artículo titulado “Oportunidades iguales para todos” publicado en 12 de septiembre del año pasado (visible en la liga http://prevencionencolores.blogspot.mx/2011/09/oportunidades-iguales-para-todos.html), manifesté que: “Respecto a la educación, ésta debe ser tomada en consideración para la generación de políticas de prevención del delito, así como prevención de las adicciones, por la importancia que repercute en la vida de los alumnos”. Al respecto, en últimas fechas he tenido la oportunidad de ver dos largometrajes que hablan precisamente de la educación. La primera de ellas que refleja una realidad demasiado triste es el documental realizado por Carlos Loret de Mola titulado “De Panzazo” y la segunda, una película titulada “Detrás de la Pizarra”. Desgraciadamente, el efecto que cada una de estas produjo en mi fue totalmente diferente. Profundizare:

El trabajo de investigación de Loret refleja la realidad el sistema educativo en México. Los altos índices de deserción escolar se encuentran, en gran parte, justificados por el nivel tan pobre de gran parte de los docentes que se encuentran en las aulas de nuestras escuelas impartiendo clases. La falta de reglas claras para ingresar a las filas magisteriales, la falta de evaluaciones para conocer los conocimientos reales de los docentes, la falta de sanciones para los docentes que no cubran sus obligaciones y la falta de métodos de rescisión de las relaciones laborales de los mismos en caso de incumplimiento o faltas graves, han generado que la plaza de maestro sea ocupada por personas que no tienen la verdadera vocación para enseñar. Se encuentran ocupadas, en gran parte, por recomendados o por personajes cercanos a las autoridades escolares.

El problema de la educación en México se ve seriamente agravado por la profunda intromisión que tiene el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el lastre que éste ha representado cuando las autoridades educativas federales han intentado políticas educativas que generarían un beneficio innegable para los educandos cuando éstas lleguen a ocasionar un detrimento a los intereses del sindicato.

Tengo muy gravado una escena de la creación de Carlos Loret de Mola en que se le interroga a la Mtra. Elba Esther Gordillo cuánto de los recursos que son entregados al sindicato llegan verdaderamente a los docentes. La respuesta de la maestra verdaderamente me dejó sin habla: “No te voy a contestar” le dijo a Carlos Loret de Mola. “¿Por qué no?” volvió a interrogar el reportero. “Por estrategia política, evidentemente” fue la respuesta terminante de Gordillo. Y es ella quien lleva las riendas del cuerpo sindical que aglutina a los docentes de México. Gran respuesta de una gran mujer (perdonarán mi sarcasmo).

Resulta evidente que el mal manejo que se ha dado del gremio sindical ha repercutido negativamente en la calidad educativa de nuestro país. Un ejemplo claro: la evaluación docente ha sido impedida reiteradamente por las autoridades sindicales. Después de una ardua negociación, el entonces Secretario de Educación Pública, el hoy fallecido Alonso Lujambio logró que Gordillo y sus huestes aceptaran la evaluación magisterial, sin embargo, esta evaluación no servirá de nada ya que no se podrá terminar la relación laboral con los maestros que resulten no ser aptos para impartir clases.

Otro punto en el cual la educación se ha visto seriamente afectada por la intromisión excesiva del SNTE es precisamente la parte económica. Como lo mencioné líneas arriba, no podemos saber con exactitud cuanto del dinero que ingresa a las arcas del sindicato se ve reflejado en el bolsillo de los docentes. Esto únicamente demuestra que dichos recursos son repartidos entre las cabecillas sindicales y que solamente la minoría llega a los maestros. ¿Qué pasaría si, en lugar de dar el dinero a los líderes corruptos, se repartiera éste entre los maestros que en verdad valen la pena, los que verdaderamente tienen vocación, los buenos maestros? Claro, si esto se hiciera así, Gordillo no tendría los recursos necesarios para regalar camionetas Hummers.

En fin, del problema de la educación en nuestro País podría hacer un artículo completo y aún así no terminaría. Ver la realidad, sobre todo una realidad tan cruda como esta, no es cosa fácil ni agradable, pero si necesaria. Se tienen que tomar medidas verdaderamente firmes para lograr cambiar las cosas. Está muy de moda el tema de la transparencia sindical, ¿por qué no aplicarla también en los sindicatos públicos, como lo es el SNTE? ¿Por qué no exigir que los recursos sean entregados a los maestros? ¿Por qué no exigir que se realicen programas de retribuciones extraordinarias a los mejores maestros? No me queda duda que existen grandes maestros dentro de las escuelas de nuestro país, tanto públicas como privadas. En el referido documental se muestra un maestro que, a mi en lo personal me pareció maravilloso, ya que dicho docente no se conformaba con que sus educandos le pudieran decir el resultado de una operación matemática, por el contrario, les exigía que le dijeran como arribaron a tal resultado, es decir, le interesaba tanto el resultado como el razonamiento que conducía a él. A este tipo de maestros es a los que hay que premiar, este tipo de maestros es el que debería de llenar nuestras aulas. Desgraciadamente, sin temor a equivocarme, puedo decir que este tipo de maestros, por doloroso que sea, son los menos.

El otro lado de la moneda lo encontré en la película “Detrás de la Pizarra”, misma que narra una etapa de la vida de la profesora Stacey Bess y que se encuentra basada en su libro “Nobody Don’t Love Nobody. La profesora Bess proviene, de una familia disfuncional y desde muy temprana edad decidió que ella quería ser maestra de grande para poder apoyar a las personas. A sus 24 años, recién egresada de la universidad y sin tener experiencia docente, acepta un trabajo en una escuela sin nombre de Salt Lake City, su lugar de  residencia, donde le dijeron que tendría que dar clases de educación primaria, desde el 1º hasta 6º año. Ella accedió a hacerlo solamente que este trabajo le generaría más retos de los que ella esperaba.

En su primer día de trabajo la profesora Bess se percata el motivo por el cual la escuela no contaba con un nombre. El motivo era simple: no era una escuela, era n refugio para personas en situación de calle. Ella tendría que darle clase a los hijos de las personas que habitaban dicho refugio. La tarea resultó ser titánica. Sin contar con apoyo de las autoridades escolares de Salt Lake City, de los padres y mucho menos de los educandos, Stacey Bess se encontraba frente a un reto que pocas, muy pocas personas hubieran podido enfrentar.

No es difícil percatarnos la clase de alumnos que se encontraban “matriculados” en el grupo de la Profesora Bess. Hijos de padres adictos, niños que no tenían casa ni una esperanza verdadera, veían el tiempo de clase únicamente como un requisito a cubrir para poder permanecer en el refugio. Esta falta de interés, tanto de los padres como de los hijos, resultaba evidente al ingresar al salón de clases. No había muebles en buen estado, no había libros, en fin, no había un solo artículo que pudiera ser utilizado para impartir clases.

Al terminar su fatídico primer día laboral, Stacey Bess decide que lo mejor sería renunciar pero que no lo haría por orgullo. Su esposo le dijo que en lugar de no renunciar por orgullo, debería de ver que a final de cuentas los niños a los que tenía que enseñarles la necesitaban, que ella podría ser su única esperanza. Ante este comentario de s esposo, Stacey decidió presionar a las autoridades escolares. Hablaba diariamente para solicitar materiales y equipo. La respuesta nunca llegó, por lo que Stacey Bess decidió tomar de su dinero e invertir su tiempo para remodelar el salón de clases y comprar algunos artículos con los cuales poder enseñar. Afortunadamente hubo un cambio dentro del Departamento de Educación y el apoyo institucional llegó.

Los cambios en los educandos se fueron haciendo evidentes al poco tiempo de la llegada de Bess. Alumnos problema se comenzaron a convertir en alumnos ejemplares que buscaban participar en todas las actividades escolares. Una pequeña, de nombre María, fue de mucha importancia para Bess y fue, probablemente junto con un niño de nombre Danny, quien más impulso le proporcionó a la Profesora para no rendirse ante su difícil tarea.

Los resultados de Bess no fueron únicamente visibles en la escuela. Su labor tuvo resultados en el ámbito político. El Congreso de Utah aprobó una ley por medio de la cual se aceptaba que cualquier niño que viviera dentro de determinado circuito escolar, aunque n tuviera casa, podría matricularse en cualquier escuela dentro de dicho circuito.

La labor de Bess no solamente fue educar a una serie de niños (27 aproximadamente) dentro de un refugio, su labor va mucho más allá. Hay que analizar sus resultados desde una óptica no meramente académica. Me explico. Los educandos de la profesora Bess eran menores que provenían de familias evidentemente disfuncionales, la mayoría de ellos tenían padres con algún tipo de adicción, estaban en situación de calle, lo que hacía de ellos un blanco fácil para que cualquiera de ellos pudiera verse inmiscuido en actividades delictivas. No obstante lo anterior, la profesora Bess decidió tomar los toros por los cuernos y dio la cara por dichos menores. El resultado fue evidente, todos sus alumnos pudieron, sin problema alguno, matricularse en cualquier otra escuela dentro de los Estados Unidos.

Stacey Bess vio una necesidad que debía ser cubierta y, sin importarle lo que costará, tomó las medidas necesarias para cubrir el hueco que el sistema había dejado descuidado. El cambio que esto generó probablemente no pueda ser medido con datos duros, sin embargo, viendo el entorno en que se desarrollaron estos sucesos, yo considero que fue de gran importancia.

En el año de 1997, la compañía estadounidense Apple lanzó una campaña publicitaria llamada “Think Different” (http://www.youtube.com/watch?v=KVUQUwMJg0o), la cual terminaba diciendo que “las personas que están lo suficientemente locas para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo logran”. Stacey Bess fue una de esas personas que creyó que podía cambiar el mundo y, dentro de su ámbito de competencia, lo logró. Espero que algún día podamos tener en México uno de esos locos capaces de cambiar su mundo.

Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

domingo, 21 de octubre de 2012

La Iglesia y el Poder


Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no iras la apariencia de los hombres.
Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción?
Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.”
(Mateo 22: 15-22)

El pasaje que se contiene en el Evangelio según Mateo y que ha sido transcrito en líneas anteriores ha tenido diversos significados. Desde el punto de vista político, el significado más aceptado es que a través de él se establece, por Jesús mismo, la separación Iglesia – Estado. El lector podrá preguntarse qué tiene que ver esta separación en estas líneas si en México, desde las Leyes de Reforma, esta separación es realidad. La respuesta es preocupante.

En el número 1873 del semanario Proceso, en las páginas 36 a 41, se pueden leer dos reportajes que tienen que ver, precisamente, con la clase eclesiástica. El primero de ellos, visible en las páginas 36 a 39, se titula “La Iglesia quiere curas que sean gobernadores, legisladores, alcaldes…”, en el cual, el reportero Rodrigo Vera inicia diciendo que el nuevo presidente de la Confederación del Episcopado Mexicano, quien será electo en noviembre próximo y durará un sexenio en el cargo, tendrá como principal encomienda política trabajar con el gobierno de Enrique Peña Nieto para realizar los cambios legislativos que le permitan a los prelados ocupar cargos de elección popular.

Menciona también que el Presidente electo de México, se comprometió ante el pleno de obispos a emprender estas modificaciones constitucionales para que la jerarquía católica goce de una libertad religiosa plena y que sus ministros de culto puedan ser gobernadores, diputados, senadores y presidentes municipales, lo cual ha sido una aspiración centenaria de dicha Asociación Religiosa.

Dentro de dicho reportaje se trascribe una entrevista realizada a Manuel Corral, vocero del episcopado, en la que manifiesta que es el deseo más profundo de los miembros de la Iglesia Católica poder aspirar a puestos de elección popular. Las antiguas aspiraciones que tenía el clero de obligar a que la educación que el Estado impartiera fuera religiosa y de controlar medios masivos de comunicación, dice el vocero, son cosa del pasado. La Iglesia se ha dado cuenta que es inviable tener un sacerdote en cada una de las escuelas públicas instaladas a lo largo y ancho de nuestro país y, además, manifiesta que algunas iglesias y parroquias cuentan ya con sus propios medios de comunicación. Menciona también el caso de un canal de televisión dedicado cien por ciento a transmitir la fe católica, mismo que se encuentra manejado por personas ajenas a la jerarquía eclesiástica.

De primera impresión, el realismo con el que la religión más grande de México enfrenta el entorno actual parece muy bueno, sin embargo, recordemos que el ser humano es, por naturaleza, ambicioso. Tengo el temor fundado que, de acceder a sus exigencias de permitir a los prelados ser postulados para puestos de elección popular, renacerían desde las entrañas mismas de la más recalcitrante jerarquía católica comenzaría a luchar, nuevamente, por obtener dichos privilegios.

Debemos recordar que la gran mayoría de los ciudadanos mexicanos profesan precisamente la religión católica. Semanalmente (o a veces más veces por semana) acuden a los templos católicos. Muchos mexicanos ven en los sacerdotes católicos líderes espirituales y ejemplos de vida. Tengo la fortuna de conocer algunos sacerdotes que me inspiran respeto y confianza. Sin embargo, como en cualquier sociedad humana, los principios sobre los cuales la religión se fundó se han visto corrompidos. Existen muchos encargados de culto público (no solamente católicos, sino de todas las religiones) que se han desviado del camino de la verdad y el servicio. El alarmante número de casos de pederastia es una clara y muy dolorosa muestra de ello. Esta corrupción de los encargados de cuidar “el rebaño de Dios” puede generar que durante los sermones semanales se incluyan mensajes que atenten contra el propio Estado de Derecho. Debemos recordar que, por ejemplo, durante la Guerra de Reforma como durante la administración del General Plutarco Elías Calles, la Iglesia abiertamente habló de insurrección en contra del Gobierno solo porque vio amenazados sus intereses. Es un panorama muy pesimista, pero con riesgo latente de cumplirse.

Tocando el tema del gobierno de Plutarco Elías Calles, me lleva a otro punto por el cual considero que sería inviable permitir que los sacerdotes arriben a puestos gubernamentales. Según la jerarquía católica, todos y cada uno de los sacerdotes alrededor del mundo se encuentran subordinados al Papa quien, además de ser la máxima autoridad eclesiástica, es Jefe del Estado Vaticano. Teniendo esto en cuenta, resulta evidente que, una persona que se encuentra sujeta a la autoridad de un jefe de Estado extranjero, no puede ejercer además funciones públicas dentro de la Administración Pública de nuestro país.

Sobre este punto, cabe retomar una de las propuestas que, durante su administración, sostuvo el Presidente Plutarco Elías Calles, quien buscó generar las reformas necesarias para que la constitución de una Iglesia Católica Mexicana, conformada únicamente por prelados mexicanos que se vieran en la obligación de sujetarse única y exclusivamente a las leyes mexicanas. Por supuesto, esta intención de otorgar al clero mexicano una independencia total de un estado extranjero, generó una lucha de poderes que se desencadenó en un movimiento armado que generó nuevamente derramamiento de sangre inocente de connacionales, sobre todo en la Perla de Occidente. El fin que buscaba conseguir el entonces Presidente Elías Calles era, precisamente, que un grupo con tanto poder y tanta influencia dentro de la población de nuestro país no estuviera subordinado a poderes extranjeros que pudieren llegar a manipular la confianza depositada en ellos por los fieles. Desgraciadamente, esta meta no pudo ser alcanzada.

Por supuesto que, en caso de proceder las reformas que el clero católico busca (con lo cual, reitero, no estoy de acuerdo) resulta evidente que se debería permitir a los ministros de culto de todos y cada uno de los credos existentes en México poder postularse para ocupar cargos de elección popular. Permitir únicamente a los sacerdotes católicos, demostraría que es cierta aquella frase popular que dice que la Iglesia es la organización política más antigua del mundo.

Considero que el coto de poder tan grande que tiene cualquier asociación religiosa es demasiado grande como para arriesgarnos a otorgarles más poder. El poder por el poder ciega y el desarrollo de la historia nacional nos demuestra, desgraciadamente, que los prelados (reitero, de todas las religiones) se han visto cegados por el poder, han buscado acrecentar el nivel de influencia que tienen y han llegado a dividir la religión misma que dicen servir. Ahora bien, si se les otorga, además, poder público para, por ejemplo, legislar, estas divisiones podrían incluso ser peores. Supongamos por un momento que un grupo de altos jerarcas de la iglesia mormona lleguen a colarse en el Poder Legislativo Federal así como el las legislaturas locales. Por supuesto, al ser miembros de un grupo religioso, buscarán ampliar sus filas. Supongamos también que, debido a aquel grupo de altos jerarcas, logran que, ante el Congreso de la Unión, se logre aprobar una reforma constitucional en la que se derogue el artículo 24 Constitucional. Supongamos también que logren cabildear de tal manera dentro de las Legislaturas locales que dos terceras partes de ellas ratifiquen esta reforma. El único resultado sería que la libertad religiosa dejaría de ser una realidad en nuestro país.

Definitivamente no tengo absolutamente nada en contra de las religiones. En lo personal, no comparto al cien por ciento el credo de ninguna de ellas. Considero que, como muchas instituciones, son únicamente un método para el control del hombre. Considero que, independientemente de la religión que se profese, Dios es más grande que cualquiera de ellas, sin embargo, no dejo de negar que muchas personas encargadas de esparcir la fe son personas que han buscado generar verdaderos cambios en México. El caso de Rosi Orozco es un claro ejemplo de ello. Mujer que profesa la religión cristiana, ha luchado incansablemente por abolir la trata de personas, sin embargo, Rosi Orozco es una persona física que lucha en contra de la trata de personas por ella misma, no representando a grupo religioso alguno.

El poder espiritual de las diferentes iglesias existentes en este País de tantos contrastes dependerá única y exclusivamente de la manera en que ellas administren su propio culto. Qué tanto crezcan o disminuyan sus fieles dependerá de la honestidad y compromiso de sus autoridades, sin embargo, por nobles que puedan ser sus intereses, no se pueden mezclar las cosas. Reza un viejo y conocido refrán: no se puede confundir la gimnasia con la magnesia. Esperemos que las reformas que se pretenden conseguir no rindan frutos. La separación Iglesia – Estado se ha dado por circunstancias muy específicas. Tirarlas a tierra sería dar marcha atrás en una división clara y necesaria que tanta sangre nos ha costado. El Estado debe encargarse de llevar a cabo de Administración Pública, la Iglesia debe velar por la salud espiritual, no hay otra manera de hacer las cosas. Esperemos que haya en nuestros legisladores, tanto federales como locales, la inteligencia necesaria para impedir que este retroceso en nuestra historia nacional se consagre.

Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

domingo, 23 de septiembre de 2012

La culpabilidad del gobierno local


Hace algunos días sucedió un evento que conmocionó a la ciudadanía mexicana. La fuga de más de 130 reclusos del penal de Piedras Negras, Coahuila, a través de, según los primero informes, unos túneles. Este suceso se vio agravado cuando las autoridades dieron a conocer que los reclusos que se dieron a la fuga salieron por la puerta principal del penal y que los túneles encontrados únicamente eran utilizados para que éstos mismos pudieran salir “por sus chescos”. Como ha sucedido en diversas ocasiones a lo largo de la administración del Presidente Felipe Calderón, las autoridades locales intentaron lavarse las manos y achacar la responsabilidad de esta fuga a las autoridades federales.

Al ver, una vez más, el intento de un gobierno local de deslindarse de una responsabilidad tan grande como lo es una fuga masiva de un penal, renace en mí la pregunta ¿hasta qué grado es responsable el gobierno federal de lo que está ocurriendo y que tanta culpa puede tener el gobierno local?

En este caso concreto, simple y sencillamente no encuentro una responsabilidad por parte del Poder Ejecutivo Federal, por el contrario, puedo observar una clara irresponsabilidad del Gobierno de Coahuila por las siguientes razones:

En primer punto hay que destacar que el Sistema Penitenciario Nacional se encuentra dividido en dos ámbitos, el federal y el local. Las prisiones federales son administradas, por supuesto, por la Secretaría de Gobernación, dependencia que, de conformidad con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, corresponde a este orden de gobierno, mientras que los centros carcelarios locales pertenecen y son administrados por los Poderes Ejecutivos de cada una de las Entidades Federativas de nuestro País. El hecho de creer que una prisión local pueda y deba ser administrada por el Poder Ejecutivo Federal generaría, necesariamente, una invasión a la esfera de competencia del gobierno local, por lo tanto, se ve reforzado el hecho que las prisiones locales deben ser manejadas por el gobierno local, lo anterior con todas las consecuencias que esto conlleva. En caso de que un Centro de Readaptación Social de carácter local sea galardonado, si llegara a darse el caso, por los buenos resultados en la readaptación social de sus internos, será únicamente logro del Poder Ejecutivo local, pero por el contrario, si un CERESO de este nivel de gobierno tiene fallas, esto será única y exclusivamente responsabilidad del gobierno encargado de administrarlo. En el caso de la fuga de los reos del penal de Piedras Negras, se debe considerar como responsabilidad del gobierno local debido a que este penal es de carácter local. Por lo anterior, esta enorme falla debe ser imputada al Gobierno del Estado Libre y Soberano de Coahuila.

Un segundo punto que excluye la responsabilidad del Gobierno Federal en el suceso que se menciona es que la Federación, en el seno del Consejo Nacional de Seguridad Pública, ha asignado recursos a las entidades federativas para el rubro de Sistema Penitenciario. Para este año, de conformidad con una resolución aprobada por unanimidad en el seno del mencionado Órgano Colegiado (el cual, de conformidad con la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública se encuentra conformado por el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, los Secretarios de Gobernación, Seguridad Pública, Defensa y Marina, por el titular de la Procuraduría General de la República y por los titulares de los Poderes Ejecutivos locales), uno de os ejes estratégicos del Sistema Nacional de Seguridad Pública es precisamente el fortalecimiento de las instituciones del Sistema Penitenciario Nacional. Bajo este eje estratégico, cada una de las entidades federativas debió haber presentado al Secretariado Ejecutivo del referido Sistema Nacional (SESNSP) su propuesta de inversión tendiente a fortalecer sus instituciones penitenciarias, para que éstas fueran incluidas en el Anexo Técnico Único del Convenio de Coordinación para el ejercicio fiscal 2012 que celebran por una parte la Administración Pública de la Federación, a través del SESNSP y, por la otra, cada una de las entidades federativas. Cabe mencionar que de conformidad con diversos cuerpos legales, este convenio y su Anexo Técnico Único deben ser suscritos dentro de un término de 60 días naturales contados a partir de la publicación en el DOF del Presupuesto de Egresos de la Federación, término que feneció en el mes de marzo de la presente anualidad.

Como se puede observar, el Consejo Nacional de Seguridad Pública, teniendo en cuenta que el Sistema Penitenciario es el último eslabón en la cadena de la seguridad pública, ha buscado que éste se vea fortalecido, si en el caso de Piedras Negras esta meta no se logró, no puede ser responsabilidad de la Federación, ya que debió haber sido el Gobierno Local el encargado de realizar sus propias metas y buscar su cumplimiento.

No quiero dejar de recordar también que el Sistema Penitenciario en México ha probado ser por demás insuficiente y que se ha hecho un uso irracional del mismo. Ahondar en este punto no es materia de las presentes líneas, por lo que me permito remitir al apreciable lector al artículo titulado “La ineficacia del Sistema Penitenciario” publicado el 5 de diciembre de 2011 y que puede ser consultado en la siguiente liga http://prevencionencolores.blogspot.mx/2011/12/la-ineficacia-del-sistema-penitenciario.html.

Desgraciadamente, el caso de la fuga del penal de Piedras Negras, como lo mencioné al inicio de esta publicación, no es la única ocasión en que un Gobierno Local busca deslindarse de sus responsabilidades para responsabilizar al Gobierno Federal, para muestra, utilizaré dos ejemplos:

Con motivo de la celebración de las Fiestas Patrias, el año pasado tuve la oportunidad de viajar con mi familia a Veracruz, Veracruz. Por supuesto, una de las paradas obligadas en dicho viaje, además de San Juan de Ulúa, es el Acuario de Veracruz ubicado en Boca del Río. Después de una excelente convivencia familiar dentro del Acuario, procedimos a comer en uno de esos restaurantes de deliciosa gastronomía. Cuando decidimos que era tiempo de regresar al hotel, salimos de la playa a esperar a un taxi que nos pudiera regresar. Durante esta espera, vimos circular un convoy de la Secretaría de Marina. Segundos después abordamos el taxi que nos llevaría hasta el Centro Histórico de Veracruz. Un poco impactado por haber visto aproximadamente 7 camiones de la Secretaría de Marina, me atreví a preguntarle al taxista qué opinión le merecía el hecho que las fuerzas armadas se encargaran de patrullar el puerto. Su respuesta me dejo sorprendido. Sin un dejo de duda en su voz me contestó que él estaba totalmente de acuerdo porque el gobierno del estado se había visto rebasado por los problemas de inseguridad. Lo que más coraje le daba al chofer era que el gobierno local, lejos de buscar fortalecer sus instituciones de seguridad pública, había tomado esta debilidad como una excusa para cumplir el mandato legal de proporcionar seguridad a la ciudadanía. Me comentó también que no fue sino hasta el arribo de las fuerzas armadas cuando la violencia comenzó a disminuir en ese puerto de extrema valía en la historia nacional. Dentro del desarrollo de la conversación, esta persona que dada su ocupación está al tanto de muchas cosas que ocurren en las calles de la ciudad de Veracruz, me comentó como, en diversas ocasiones, al presentarse un conflicto armado, los cuerpos policiales, lejos de enfrentar la situación para buscar controlarla, eran los primeros en esconderse. Por supuesto, no puedo decir que los policías tienen la culpa. Es evidente que el poder de fuego de las bandas del narcotráfico son, por mucho, superior a la de los policías estatales y, obviamente, incluso mayor que los de las policías municipales. El problema aquí es del gobierno local. ¿Por qué no buscaron modernizar su armamento? ¿Por qué no buscaron fortalecer a sus policías? Esta carencia es peor cuando se toma en cuenta que la Federación, buscando la seguridad ciudadana, ha otorgado a las entidades federativas recursos a través de diferentes fondos y subsidios, como lo son el FORTAMUN, el SUBSEMUN, el Subsidio de Policía Acreditable (SPA) el Subsidio de Apoyo para la Seguridad Pública (PORASP, en vigor desde este año) y el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP). Con esto se demuestra que, a pesar de ser competencia meramente local, la Federación ha buscado en todo momento apoyar a los gobiernos locales en todas las cuestiones inherentes a la seguridad pública.

Otro lamentable ejemplo de la desidia, por no decir irresponsabilidad de un gobierno local, la encontramos en el estado de Nuevo León. Una de las entidades federativas más importantes de nuestro país por su alto nivel de industrialización, ha sido descuidado flagrantemente por su gobernador, Rodrigo Median, quien, al arribar al poder, abiertamente dijo que él no se podía hacer cargo de la seguridad pública, trasladando esta responsabilidad al Gobierno Federal. Recordemos cuantas matanzas han sido realizadas en este estado. El ataque al Casino Royale, es uno de los más dolorosos ejemplos. La matanza de varios munícipes también demuestra la manera tan irresponsable en que el Ejecutivo Local se ha manejado en temas de seguridad pública. Recordemos, incluso, que uno de los Presidentes Municipales victimados perdió su vida, a la sombra de las matanzas cometidas por el narcotráfico, por un simple conflicto de tierras con un particular. Por supuesto, al momento de que su cuerpo sin vida fuera encontrado, el gobierno de Nuevo León, de inmediato le adjudicó la responsabilidad al crimen organizado, sin siquiera haberse molestado en realizar las indagatorias correspondientes.

Es muy fácil decir que la culpa de todas estas cuestiones las tiene el gobierno encabezado por Felipe Calderón y su decisión de declarar la guerra abierta a las bandas delincuenciales, pero la responsabilidad, ¿verdaderamente corresponde al Poder Ejecutivo Federal? La respuesta, a mi parecer, es clara: no.

Estoy totalmente de acuerdo que la estrategia en materia de seguridad pública del Presidente de la República tiene fallas, es claro que su actuación ha tenido errores, pero también lo es que, excusados en estas fallas, las autoridades locales se han convertido en expertos en huir de sus responsabilidades. Recuerdo incluso que, en una de las sesiones del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el Presidente, de manera visiblemente molesta, reclamó a los titulares de los Poderes Ejecutivos Locales, su actitud pasiva ante los embates de la criminalidad.

Ahora bien, se ha hablado mucho acerca de “los muertos de Calderón”. Recuerdo incluso que durante el desarrollo del primer debate sostenido entre los entonces candidatos presidenciales, el cual seguí a través de Milenio Noticias, una de las panelistas para el análisis del mismo fue Rosario Robles, próxima Secretaria de Desarrollo Social, quien abiertamente dijo que si México se encontraba en las condiciones actuales era culpa de Calderón y que él sería recordado como el Presidente de los 50 mil muertos. La respuesta de Ciro Gómez Leyva, a mi parecer, fue magistral. “¿Los muertos de Calderón?” preguntó para posteriormente contestar el mismo que los más de 50 mil muertos no pueden ser responsabilidad del Presidente de la República, que a final de cuentas, una gran mayoría de esas muertes han sido dentro de las bandas del narcotráfico y que han caído en virtud de conflictos entre ellas. Adicionalmente a lo manifestado por Gómez Leyva puedo agregar que olvidamos que los delitos de homicidio son, por regla general, delitos del fuero común, es decir, delitos locales que deben ser investigados, perseguidos y sancionados por cada una de las entidades federativas dentro del ámbito de sus respectivas competencias. Ante esto me pregunto, ¿esto ha sido así? Desgraciadamente la respuesta tampoco es alentadora en la mayoría de los casos.

Por supuesto que en muchos estados, sin importar quienes lo gobiernen, se han visto casos de esta irresponsabilidad. Morelos para mí en lo personal representa uno de los casos más graves. El motivo es simplemente político. Considero yo que, al haber sido gobernado por el mismo Partido Político al que pertenece el Presidente de la República, el gobierno encabezado por Marco Adame debió haber sido ejemplo de responsabilidad en esta materia, debió haber demostrado su respaldo al Presidente a través de aceptar su propia responsabilidad. Esto no fue así. El resultado está a la vista: de haber sido uno de las bastiones panistas más importantes, se ha convertido en una entidad que será gobernada por el Partido de la Revolución Democrática. Jalisco es otro lamentable ejemplo.

Hay una última consideración que me hace reforzar mi teoría de que el Gobierno Federal no es el culpable. Si los problemas de seguridad pública, si el alto número de muertes, de secuestros, fueran culpa de la Federación, todo el territorio nacional se vería envuelto en esta vorágine de problemas, lo cual en la realidad no sucede. El caso del Distrito Federal es un claro ejemplo de ello. Sin estar exento de violencia y de muertes por motivos del crimen organizado, en la capital de nuestro País se han presentado únicamente casos aislados. La razón es muy simple, las autoridades locales han tomado con responsabilidad sus obligaciones. El gobierno encabezado por Marcelo Ebrard fue muy cuidadoso en este tema. El Secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón y Kalb se comprometió con sus cuerpos policiacos. El entonces Procurador General de Justicia y hoy Jefe de Gobierno Electo, Miguel Ángel Mancera Espinosa, realizó operativos para disminuir los índices delictivos de ésta gran orbe. De ser consideradas una de las ciudades más peligrosas de México, el Distrito Federal pasó a ser una de las más seguras. Los índices delictivos disminuyeron de manera evidente. La ciudadanía, además, lo sintió así. No se puede decir lo mismo, por ejemplo, del Estado de México, en donde el secuestro ascendió en 300% y que se convirtió en la entidad federativa con mayor número de feminicidios, por encima, incluso, de Ciudad Juárez.

La responsabilidad de la seguridad pública es de todos, ciudadanos y gobierno por igual, pero jamás vamos a lograr nada mientras los titulares de los gobiernos locales sigan huyendo de su responsabilidad y busquen trasladarla a la Federación. Como mexicanos habitantes de tal o cual estado, debemos exigir a nuestras autoridades locales que dejen de hacerse las víctimas y tomen su debido lugar en el desarrollo de los sucesos nacionales. Todavía confío (de manera utópica, probablemente) que llegará el momento en que nuestras autoridades van a recordar que el gobierno se debe a la gente y no la gente al gobierno. Espero vivir para ver ese día.

Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

lunes, 23 de julio de 2012

La crisis de Acción Nacional


Como es por todos sabido, el pasado 1 de julio se llevó a cabo el proceso electoral para elegir al sucesor de Felipe Calderón como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Como es sabido también, aún alrededor de escándalos de compra de votos, el abanderado de los Partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista de México, Enrique Peña Nieto, será el próximo Presidente de la República. Ahora bien, por primera vez, el Partido Político en el poder quedó en tercer lugar en las votaciones. Ni en el año 2000, cuando Vicente Fox derrotó por un amplio margen al abanderado príista, Francisco Labastida, éste último quedó en tercer lugar, a pesar del hastío que mostraba la sociedad en contra del partido tricolor.

En el Distrito Federal, en cambio, la hegemonía la tiene el Partido de la Revolución Democrática junto con sus apéndices, las llamadas izquierdas de México. El Dr. Miguel Ángel Mancera resultó electo como Jefe de Gobierno con la mayor ventaja que ha tenido un candidato desde que en 1997 se realizaron por primera vez elecciones para este cargo. Por su parte, el PAN, quien en 2009 había ganado 3 delegaciones, esta vez únicamente consiguió conservar 1, el bastión panista por excelencia, Benito Juárez. El blanquiazul, de la mano de Miguel Errasti, perdió su otro bastión, Miguel Hidalgo, que será gobernada por el perredista Víctor Hugo Romo. De esta misma manera, Cuajimalpa, gobernada en el periodo 2009-2012 por el panista Carlos Orvañanos, en la gestión de 2012-2015, será gobernada por el príista Adrián Rubalcava. Por lo que hace a las Diputaciones Locales, de los 40 distritos electorales en los que se divide el Distrito Federal, el PRD ganó 38, mientras que las 2 restantes las ganó, por un pequeño margen, el PAN de la mano de Federico Döring, en el Distrito XX y Gabriela Salido por el Distrito XIV.

El resultado de las elecciones solamente reflejan una cosa que, como militante del Partido Acción Nacional, me duele profundamente: el Partido al que decidí afiliarme por creer en sus principios, se encuentra atravesando la crisis más profunda desde su constitución. Esta crisis no ha pasado inadvertida por diferentes militantes panistas. El Diputado Agustín Castilla Maroquín ha manifestado su preocupación en diversas ocasiones a través de su cuenta de Facebook, al igual que lo ha hecho Carlos Gelista. Fernando Rodríguez Doval, de igual manera, ha manifestado su preocupación y ha dado algunas razones por las cuáles está crisis se ha presentado. Por su parte, la Presidenta de la Comisión del Distrito Federal en la Cámara de Diputados, Gabriela Cuevas, publicó el pasado lunes 16 de julio en El Universal, su columna titulada “Saldo y balance” (http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2012/07/59509.php) en la que hace una seria reflexión de los momentos tan difíciles que atravesamos como Partido Político. Al parecer de Gaby Cuevas, esta crisis se explica “mayormente porque el PAN ha seguido una dinámica más interna que de fortalecimiento de las redes que están en contacto con la ciudadanía. Hemos perdido tiempo en reacomodar las fuerzas políticas al interior del partido que en el trabajo diario, hombro con hombro, con los vecinos. Paradoja de un partido que como ningún otro nació de los ciudadanos y cuyo proyecto es precisamente la construcción de ciudadanía”.

Tengo la oportunidad de tener un trato muy cercano con uno de los panistas más comprometidos de la delegación La Magdalena Contreras. Esta persona, quien fuera candidato suplente a Diputado Local Plurinominal, quien fuera Secretario General del Comité Directivo Delegacional del Partido, ha comentado conmigo, en diversas ocasiones, que uno de los principales errores en los que ha incurrido el PAN ha sido precisamente dejar de trabajar con la ciudadanía. Creemos que con colocar pendones en tiempos electorales podremos ganar una elección, cuando no nos damos cuenta que la única manera de poder resultar electos es a través del trabajo diario con las personas que necesitan del apoyo que nosotros, como Partido Político, podemos proporcionarles. Si no se trabaja de la mano de la ciudadanía, si no mostramos que el Partido Acción Nacional es más que un Partido de “richachones”, si no demostramos que tenemos conocimiento de las necesidades de la población y, al mismo tiempo, tenemos la idea y la capacidad de sufragarlas, nos seguiremos hundiendo cada día más en esta crisis que, en este momento, tiene al PAN en jaque.

En este proceso electoral, además, tuve la oportunidad de analizar esta crisis que atravesamos desde una óptica diferente. En primer lugar, durante el mes de enero, me vi involucrado en la contienda interna de mi Partido para postular al candidato a Diputado Local por mi Distrito Electoral, el XXXIII de La Magdalena Contreras. Por diversas cuestiones, no pude completar mi registro como precandidato, por lo que el candidato ungido fue Miguel Guevara, a cuya campaña me uní como Coordinador Jurídico. Aunado a estas tareas de coordinación jurídica, fui nombrado Representante Propietario del PAN ante el Consejo Distrital XXXIII del Instituto Electoral del Distrito Federal. Por supuesto, estas tareas me llevaron a estar muy al pendiente de los actos de campaña realizados por Miguel, así como las quejas, no solamente de ciudadanos sin filiación política, sino también de los propios panistas. No he podido borrar de mi mente una conversación que sostuve con un panista cuando estaba buscando conseguir su apoyo para mi registro como precandidato. Esta persona, de manera directa y sin rodeos me dijo que él ya no creía en el Partido dado que éste se había vuelto un grupo de políticos sin ética. Recuerdo también haber platicado con un precandidato para contender por la diputación local por el distrito XX (que finalmente ganó Döring), Julio Castillo, quien me dijo una frase que me marcó: el PAN fue un excelente partido de oposición que no se supo acomodar bien como partido gobernante.

Si analizamos detenidamente la situación actual que vive el Partido Acción Nacional, nos podremos percatar que existen diversos indicios que nos hacen ver que la crisis que se atraviesa en verdad es muy profunda:

En primer lugar, generamos una maestría en copiar las prácticas más autoritarias del príismo. Como muestra, un botón: durante la contienda interna para definir al abanderado panista a la Presidencia de la República, el Presidente Calderón, a través del Presidente del CEN panista, Gustavo Madero, buscaron realizar una “encuesta indicativa” con la finalidad de bajar de la contienda interna al entonces precandidato Santiago Creel Miranda, con la finalidad de que el delfín presidencial, Ernesto Cordero, pudiera obtener más votos dentro de la misma.

Otro punto que nos permite ver como se copiaron estas prácticas, es la designación de la candidata panista a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Sobre este punto tengo que aclarar que no tengo absolutamente nada en contra de la señora Isabel Miranda de Wallace, sin embargo, el hecho de que la señora Wallace haya estado al frente de la investigación del secuestro de su hijo, no le da la experiencia necesaria para poder gobernar una ciudad tan complicada como lo es el Distrito Federal. Esta designación, únicamente le costó muchos votos al PAN capitalino, quien pudo haber creado una excelente campaña con cualquiera de los 5 precandidatos que se encontraban registrados para contender por la candidatura. En especial, cuestión que no tienen que compartir, considero que la Dip. Gabriela Cuevas hubiera tenido muchísimas oportunidades de generar una buena campaña que la hubiera puesto en un gran nivel de competencia.

Al ser el Partido Acción Nacional, como cualquier otro Partido Político, una asociación de personas, es evidente que en su seno se podrán gestar grandes proyectos y planes, sin embargo, también es posible lo contrario, que se vayan generando rencores, vicios, en fin, la manifestación de lo negativo que todos nosotros, como seres humanos tenemos. A esto se tiene que agregar que las afiliaciones masivas del PAN ha generado que ingresen a sus filas personas que no conocen la base sobre la cual se fundó nuestro Partido y, consecuentemente, no están comprometidos con ella. Hoy día, gran parte de las personas que ingresaron al panismo por medio de estas afiliaciones masivas no recuerdan que la base sobre la cual Don Manuel Gómez Morín fundó Acción Nacional descansa sobre 4 pilares: dignidad de la persona humana, bien común, solidaridad y subsidiariedad, todo esto unido con un fuerte sentido de mística. Evidentemente, al traer nuevos militantes que no están comprometidos con estos principios rectores, el Partido deja de actuar conforme a ellos. (Según datos compartidos por el Dip. Castilla, el 81% de los panistas se afiliaron cuando el PAN ya estaba en el poder)

Aunado a lo anterior, nos encontramos que en el Partido Acción Nacional, como seguramente sucede en otros Partidos, no solo existen personas que no se encuentran comprometidas con los mencionados principios rectores, sino que abiertamente actúan en contra de ellos. Hay personas sin moral ni principios que llevan esta inmoralidad al Partido. Personas que únicamente están preocupadas por obtener beneficios para ellos mismos y sus allegados, personas que demuestran una obsesión por el poder, que están dispuestas a cambiar sus “convicciones” de acuerdo a como resulte más conveniente para sus propios fines, individuos que harían cualquier cosa por obtener más poder, que se juntarían con quien fuera, a pesar de sus negocios turbios, con tal de mantener su coto de poder e, incluso, expandirlo, personas a las que lo que menos les importa es la ciudadanía a la que, en teoría, tendrían que servir. Espero que con la crisis que estamos atravesando como Partido, éstos personajes sean los primeros en abandonar las filas del PAN ya que, mientras ellos sigan siendo militantes, no se podrá hacer un trabajo profundo de renovación al interior del panismo. Sin embargo, tengo la confianza que, tal como me lo comentó en una ocasión la Representante Propietaria de Movimiento Ciudadano ante el Consejo Distrital XXXIII del Instituto Electoral del Distrito Federal, cuando un barco se empieza a hundir, las primeras que salen corriendo son las ratas.

El día de ayer el Dip. Agustín Castilla Marroquín publicó en su cuenta de Facebook: “Quienes desde el gobierno intervinieron en la vida interna del PAN e incidieron de manera directa en su decisiones ahora lo quieren refundar! Que quede claro, esa tarea le corresponde a la militancia panista real!!” Por duras que puedan sonar estas palabras, no puedo sino estar de acuerdo con el Diputado Castilla. En este momento es la militancia del PAN quien tiene en sus manos la tarea colosal de refundar el Partido. La militancia real, aquella que no se deja influenciar por los diferentes grupos del poder, aquellos ciudadanos comprometidos que siguen creyendo en los principios básicos del Partido, que creen que la política nace para buscar el bien de la sociedad, no el bien propio, aquellos panistas que valoran sobre cualquier cosa la dignidad humana y el bien común.

Como ya lo había comentado en alguna publicación previa, al ser aspirante a percandidato a Diputado Local por el Distrito XXXIII del Distrito Federal, uno de los requisitos que debía cumplir para completar mi registro fue precisamente recabar firmas de apoyo por parte de la militancia panista dentro de mi demarcación territorial. Al buscarlas no puedo negar que sentí una inimaginable tristeza. Cuando tenía la oportunidad de conversar con algún militante, la primera pregunta que la mayoría me hizo, antes que intentar conocer mis propuestas o mi experiencia, era simple y sencillamente ¿a qué grupo perteneces? Dependiendo de la respuesta podía obtener su apoyo, o por el contrario, éste me podía ser negado. Fueron pocos los militantes que me interrogaron sobre mis propuestas, sobre sus puntos rectores, sobre los métodos para aplicarlas. Me di cuenta que en el panismo, por lo menos a nivel La Magdalena Contreras (aunque no dudo que sea así a nivel nacional), existen grupos de poder que tienen secuestrada a la institución libre que debió ser el PAN, grupos de poder que se ven involucrados en el estira y afloja para obtener prerrogativas, dejando de lado lo verdaderamente fundamental, las propuestas y su viabilidad.

Otro aspecto que me duele sobremanera comprobar es que la vida democrática al interior del PAN, al parecer, no es más que historia. El ejemplo ya mencionado líneas arriba de la encuesta indicativa para intentar bajar a Santiago Creel de la contienda a la candidatura presidencial es un claro ejemplo. Otro pasaje que da cuenta de esta circunstancia es la negativa injustificada del Comité Ejecutivo Nacional de conceder el registro como candidato al Senado a Manuel Clouthier, hijo del legendario Maquío, a mi parecer el último gran líder panista. Gustavo Madero, de manera arbitraria, decidió no conceder a Clouthier la candidatura, a la cual él tenía derecho de acceder. Tuvo que ser el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación quien ordenara al PAN le reconociera a Clouthier la calidad de candidato. Como es de suponerse, al ver que el Partido en el que milita le daba la espalda, Clouthier rechazó la candidatura al Senado y se lanzó como candidato independiente por la Presidencia de la República. Las críticas por muchos panistas no se hicieron esperar. Es muy fácil criticar lo que Clouthier hizo, pero analicemos un poco y seamos francos, ¿no nos sentiríamos también nosotros enojados con el Partido por negar a sus militantes las posibilidades de contender por un cargo de elección popular? Comprendo totalmente la posición de Clouthier. Probablemente muchos panistas la comprendan. Algunos estarán de acuerdo en la manera en que éste reaccionó, otros podrán considerar que no era la correcta, pero lo cierto es que esta negativa injustificada deja ver que el Partido no se está apegando a sus lineamientos internos para la obtención de las candidaturas.
  
Aunado a lo anterior, y aunque pudiera sonar contradictorio, el Partido, solo, se encargó de perder las elecciones. La mayor catástrofe electoral del PAN se da en diversas circunstancias, entre ellas, la más grave, los candidatos fueron dejados solos a su suerte. No se sintió el apoyo que debería brindar un Partido Político a sus abanderados.

Afortunadamente, no todo está perdido. Me queda claro que cuando la noche está más oscura es cuando la mañana está más próxima. Estoy convencido que aún existimos panistas que vamos a luchar por ver crecer a nuestro Partido así como el Fénix renace de las cenizas. Solo cuando la militancia real tome en sus manos esa responsabilidad, el Partido Acción Nacional podrá volver a ser el reflejo de aquel ideal por el cual lucharon, entre otros, Don Manuel Gómez Morín, Adolfo Christlieb de Ibarrola, Rafael Preciado Hernández, Luis Calderón de la Vega.

Por último, quiero agradecer a mi esposa todo el apoyo que me brindo durante el desarrollo de las campañas electorales. La carga de trabajo, el análisis jurídico y las sesiones ante el Consejo, muchas veces me impidieron estar a su lado, sin embargo, el apoyo jamás se dejó de sentir, por el contrario, fue ella uno de los principales motores para continuar en esta ardua labor.


Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

lunes, 28 de mayo de 2012

Frágiles


El día de hoy no me interesa la política. No les voy a compartir mis puntos de vista del debate sostenido entre los aspirantes a ocupar el lugar de Marcelo Ebrard en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Hoy quiero hablar de algo infinitamente más importante: la familia.
A lo largo de varias de mis publicaciones he hablado de la importancia que tiene la familia, de lo fundamental de su papel, del trabajo que juega en materias de prevención del delito y, por lo mismo, de seguridad pública, pero nunca he hablado de la importancia que la familia debe tener a cada persona en lo individual, el valor afectivo, el soporte e impulso que la familia puede generar en cada uno en lo particular.
Es por todos sabido que el hombre es, por naturaleza, un ser social. El ser humano requiere de los demás para poder desarrollarse, para crecer, para vivir en su máxima plenitud. Ahora, si esto es a nivel macro, con mayor razón se vuelve una verdad innegable a nivel micro. La familia es, sin lugar a duda, el nivel más pequeño, más íntimo de la sociedad. En el seno de la familia aprendemos las más básicas reglas de la convivencia, aprendemos lo que es justo e injusto, aprendemos como tratar al semejante, aprendemos lo que es esperar turnos, en fin, en el seno de la familia se construyen los cimientos de lo que seremos como adultos.
Ahora bien, todo esto que he venido diciendo no se aprende solamente en el ambiente de la familia nuclear, en este punto es también de vital importancia la familia en pleno. No es lo mismo aprender a esperar un turno cuando sabes que siempre serás el siguiente, en caso de tener 1 hermano, que aprender a esperar cuando tienes 5 primos. Además, los tíos pueden dar consejos a los sobrinos sin la presión de tener que educarlos, presión que si tienen los padres.
Voy a utilizar un ejemplo de mi propia familia. Mi familia paterna es muy numerosa. Mis abuelos tuvieron 9 hijos. Como es de suponerse, todos están ya casados, algunos por segundas o terceras nupcias y cada matrimonio tiene, en promedio, 2 hijos. De entre todos los muchos nietos de mis abuelos, yo ocupo el tercer lugar, siendo el primer hombre, seguido muy de cerca por el segundo hombre, quien es solamente seis meses menor que yo.
No hay que ser genios para saber que dos niños de la misma edad e igual de tranquilitos, son una verdadera amenaza para la tranquilidad familiar. Hay veces que pienso que Rodrigo (mi primo) y yo tuvimos suerte de haber vivido más allá de los 6 años. No había una sola ocasión en que estuviéramos juntos en que no se oyera a alguien más gritar, una ventana rota, en fin, tantas anécdotas que comparto con mi primo.
Como es de suponerse también, no nada más éramos unas verdaderas balas, sino que éramos inseparables. Por supuesto, esto generó que prácticamente todos los fines de semana yo pernoctara en casa de Rodrigo.
Por supuesto que esta constante presencia en casa de mi primo generó un vínculo muy especial con mis tíos, a quienes empecé a considerar como mis segundos padres y en quienes he encontrado un apoyo siempre que lo he necesitado. Además, generó una convivencia muy especial también con mi pequeña prima, quien tenía, para ese entonces, máximo 2 años. Por supuesto, siendo yo 7 años mayor que ella, siempre la he visto como mí hermana menor.
Si me pusiera a describir todos los recuerdos de mi infancia en los que ellos se encuentran, no terminaría jamás. Solo puedo decir que, en los momentos más importantes de mi infancia, ellos estuvieron ahí. En la adolescencia, mis tíos me aconsejaron, mi primo me aconsejó, y yo aconsejé en algunas ocasiones a mi prima.
Para mi tía era un poco más fácil mostrarse cariñosa. Mi tío, Pepe, en cambio era un tanto más reservado, un tanto más serio, más estricto. Esto no quiere decir, por supuesto, que la intensidad de s cariño fuera menor que la de mi tía Ari, simplemente son formas de ser y uno aprende a querer a la gente tal cual es.
Recuerdo mucho una anécdota que se ha vuelto tradición en la familia. Mis tíos acababan de mandar poner pasto en su jardín. Evidentemente, los trabajadores tenían que hacer ciertas marcas para este fin. Entre aquellas marcas, pusieron una cruz con pintura roja en la pared. Claro, mi primo y yo, siendo niños intrépidos que siempre estábamos en aventuras imaginarias, creímos que aquella gran cruz roja era la marca que indicaba el lugar donde yacía el tesoro del pirata. Acto seguido, nos dedicamos a cavar en busca del tan anhelado cofre. Obviamente, no me volví millonario, no encontramos ningún cofre, ninguna joya, ni un solo doblón de oro. Solo encontramos piedras, tierra y, al final, el concreto del piso. Esas es una de aquellas veces que mis tíos estuvieron a poco de terminar con nuestra corta vida. Cuando, evidentemente enojados, nos preguntaron el motivo tremendos hoyos, les respondimos con toda franqueza “Es que ahí está la cruz roja, es la marca del mapa, estamos buscando el tesoro” mi tía no pudo hacer otra cosa que subir a su cuarto, mitad con ternura por la inocencia infantil, mitad con un enojo endiablado por ver estropeado su recientemente puesto pasto. Fue Pepe quien tuvo que reprendernos con toda la seriedad y dureza que le caracterizaba.
La relación de mis tíos con el resto de la familia era simplemente maravillosa. No había un solo miembro de la familia Muñiz que pudiera decir que sentía un rechazo, por minúsculo que fuera, por Pepe, por el contrario, Pepe siempre fue considerado como un verdadero tipazo.
Año tras año, hasta que yo cursaba, si no mal recuerdo, el 4º años de primaria, aprovechábamos las vacaciones veraniegas para viajar a Acapulco, lugar con un significado emotivo muy fuerte para los Muñiz. Los tres adultos que nos acompañaban eran Ari, Pepe y mi Abuela. Los niños éramos, por orden de edad, mi hermana, mi prima Bere, mi prima Andrea, mi prima Ari, Rodrigo y yo. Viendo en retrospectiva, si que Ari y Pepe tenían valor, yo no me hubiera aventado tremenda responsabilidad de viajar con tanto sobrino, más considerando que dos de ellos podían hacer que Acapulco explotara con solo dejarlos sin supervisión un minuto.
Obviamente, durante esta etapa, por el desarrollo natural del ser humano, el papel que jugaban mis tíos era más protector. Con el pasar de los años, evidentemente el papel que jugaron fue más bien de observar y dar un consejo cuando fuera necesario. Pero lo que más me ha impactado siempre es la congruencia entre lo que mis tíos dicen y lo que mis tíos hacen.
En fin, como lo dije antes, hay tantas cosas que puedo decir de mis tíos, de cómo su vida ha sido un ejemplo para mí, de cómo Pepe fue un excelente complemento de mi papá para enseñarme lo que verdaderamente significa ser hombre, como tratar a una familia, como tratar a una esposa, que si siguiera escribiendo, en verdad, harían falta muchas horas para poder llegar a generar una breve muestra de lo que ellos han significado en mi vida.
¿Por qué hoy decidí tocar este tema? ¿Qué fue lo que me llevó a hablar de la familia, de mi familia, en lugar de realizar un análisis muy somero de las circunstancias políticas que vivimos? La respuesta es fácil. Este fin de semana sucedió un evento inesperado que me hizo detenerme y analizar el camino que he seguido en mi vida, si lo que llevo andado lo he caminado sobre el sendero que había trazado para ello.
Muchas veces he escrito de la importancia de la familia, cuando, siendo completamente francos, yo me he dedicado a descuidar mucho a mi propia familia, especialmente a mi familia en pleno. Mi familia nuclear también se ha visto afectada por mi distancia, generada, en gran parte, por la carga de trabajo que llevo sobre los hombros, pero aún así, he descuidado mucho a las personas que me importan, me he hecho a un lado de reuniones familiares, no he estado en muchos eventos importantes.
Ayer escuché a un sacerdote de nacionalidad alemana, el Padre Ralph, diciendo que todos nosotros sabemos, teóricamente, que nadie tiene la vida comprada, pero de la misma manera, ninguno estamos preparados para cuando ésta llega.
Desgraciadamente al padre tiene toda la razón. Por más que sepamos que todos, así como nacimos, tenemos que morir, siempre deseamos que la muerte de un ser querido no llegue. Por más duro que suene, aún a pesar de la fiereza con la que deseemos que un ser querido viva eternamente, esto no es posible y darte cuenta de eso es muy doloroso.
El sábado 26 de mayo de 2012 parecía ser un día normal. Ese día amaneció como cualquier otro. Yo estuve en un curso de Derecho Electoral impartido por el Comité Directivo Regional del PAN en el Distrito Federal, el cual duró desde las 9:00 a las 19:00 horas del sábado y de las 9:00 a las 14:15 horas del domingo. Como el curso me mantendría fuera prácticamente todo el día de casa, mi mujer decidió salir al parque a jugar con mi hijo. Terminando mi curso, tomé la Línea 1 del Metro en la estación Cuauhtémoc hasta Balderas, donde transbordé a la Línea 3 en dirección a Universidad. Saliendo de la estación Miguel Ángel de Quevedo, recibí una llamada de parte de un miembro de mi familia en la que me comunicaron que, de manera inesperada, Pepe, mi tío, mi segundo padre, había fallecido. Sobra decir el impacto que dicha noticia tuvo en mi persona.
Si me atrevo a escribir acerca de la muerte de un ser muy querido, no es con la finalidad de despertar en ustedes el sentido de compasión, sino, por el contrario, despertar en cada una de las personas que puedan leer estas líneas un deseo ferviente de vivir cada instante de sus vidas al máximo, porque efectivamente, nadie, absolutamente nadie, tenemos comprada la vida.
Hace algunos días publiqué en mi cuenta de Twitter “Vive cada día como si fuera el último, a final de cuentas no sabemos si tendremos otro”. A la luz de lo ocurrido la frase debió haber sido “Vive cada momento como si fuera el último, a final de cuentas no sabemos si tendremos otro”.
Escribo estas líneas como un homenaje a un gran hombre, a un gran esposo, a un gran padre, a un gran tío, a un excepcional ser humano. Un gigante que se nos adelantó en el camino. Conservo la fe que él está ya en un lugar mejor esperando ahora nuestra llegada. Conservo la fe que los que sufrimos la ausencia somos los que nos quedamos, pero sobre todo, conservo la fe en que, tal como lo dijo el Padre Ralph en su sermón de ayer, durante su sermón de despedida a Pepe, la muerte no tiene la última palabra.
Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

lunes, 7 de mayo de 2012

El debate presidencial

El día de ayer se llevó a cabo una de las actividades que conforman el proceso electoral para renovar la Presidencia de la República: el debate entre los candidatos. Este evento, en algunos medios, había despertado demasiado interés, demasiadas expectativas. En otros, simple y sencillamente resultó ser un programa más que no merecía la pena ser visto. En lo personal, considero que es un evento importante que merece la pena ser visto y analizado, por su trascendencia, por lo que, atendiendo a tal convicción, su servidor decidió seguir la cobertura a través de Milenio Televisión, empresa que, en mi opinión, tiene grandes analistas como el caso de, entre otros, Carlos Puig.

Después de ver el mencionado debate y la posterior mesa de análisis conformada por Rosario Robles, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Carlos Puig, Álvaro Cueva, Epigmenio Ibarra y Juan Ignacio Zavala, llego a las siguientes observaciones:
En primer lugar, tengo que reconocer que Gabriel Quadri resultó una sopresa muy agradable. Su manera de argumentar, su manera de llevar el debate, su interés en presentar sus propuestas hicieron de él el único candidato que no se vio involucrado en las descalificaciones. Podremos estar o no de acuerdo con sus propuestas, podemos decir que cometió algunos errores en su manera de hablar, podemos decir que no tiene posibilidad de ganar la elección, sin embargo, la meta del abanderado de Nueva Alianza no es llegar a la Presidencia tanto como lograr el porcentaje necesario para conservar el registro del Partido que tuvo a bien postularlo. Esta condición de no ser una verdadera competencia para llegar a Los Pinos, generó que los otros tres candidatos pudieran contender entre sí, dejando el paso libre a Quadri para exponer sus ideas. No tenía que preocuparse de golpear a nadie ni ser golpeado por nadie.
Como segundo punto, me queda claro que un debate es un lugar para confrontar ideas y propuestas. Se debe debatir respecto de los proyectos, no atacar a las personas. Sin embargo, considero que, dada la gran cantidad de cobertura que ha recibido EPN por parte de diversos medios de comunicación, es necesario apuntar de manera enfática las cuestiones en las que no cumplió como gobernador del Estado de México. Si esto se toma como un ataque en contra del candidato, no estoy de acuerdo, a final de cuentas, es necesario confrontar la propuesta con los hechos.

Sobre este punto en específico resulta necesario hacer hincapié en algunos puntos para poder llegar a la verdad histórica de los hechos. Efectivamente, como puede resultar lógico en un sistema democrático como el nuestro, el candidato puntero en las encuestas fue víctima de los ataques de los otros dos candidatos (reitero, la participación de Quadri tiene otro objetivo el cual, en mi humilde opinión, ha sido ya cumplido). Existen datos que demuestran falta de compromiso de EPN, existen cifras que demuestran el aumento de los índices delictivos, existen pruebas de diversas fallas del hoy candidato a la Presidencia durante su gestión como Gobernador. Esto es innegable, como también lo es que AMLO faltó a su palabra, o que JVM tuvo errores. La clase política, como cualquier ser humano, hace y deja de hacer cosas, actúa con dolo en algunas ocasiones, otras tantas sin la intención de generar daños, pero lo cierto es que no hay gobernante perfecto. No digo que no haya sido necesario, hasta cierto punto, el ataque del que fue objeto el candidato tricolor, sin embargo, fue incompleto. Tanto JVM como AMLO, al atacar a EPN debieron haber dicho el por qué ellos son diferentes, debieron demostrar por qué a la ciudadanía debería votar por ellos. Ninguno de los dos lo hizo. Gran error.
Debo decir también que esta vez estoy un poco en desacuerdo con Carlos Puig. Al iniciar el programa especial del post debate, Ciro Gómez Leyva cuestionó a Puig sobre quien había ganado el debate, a lo que éste contestó que podía decir quien no lo había perdido: EPN. Estoy de acuerdo que el desempeño de Peña Nieto fue mejor de lo que se esperaba, que demostró cierta capacidad de responder a los ataques de sus contrincantes, incluso se atrevió a atacar a ambos en algunas ocasiones, sin embargo, tomando en consideración le infraestructura del Partido que lo postuló, la inyección de recursos de la que ha sido objeto su campaña política, la exposición en medios de comunicación, si considero que el hecho de no haberse alzado como triunfador del debate es un fracaso, una derrota. Peña Nieto si perdió el debate y apuntare algunos motivos por los cuales lo apunto:
Como primer punto, el candidato príista se dedicó a quejarse de no contar con el tiempo suficiente. Debemos recordar que las intervenciones tenían duración de 1.5 o 2 minutos, de los cuáles EPN predía, fácilmente .5 minutos, quejándose de su falta de tiempo, sin percatarse que él mismo se estaba quitando varios preciados segundos. Ahora bien, si su intención es presentar sus propuestas abiertamente, darlas a conocer, lo justo sería que los demás interesados en ocupar el mismo cargo de elección popular estuvieran en posibilidad de debatir las propuestas. Entonces, ¿por qué negarse a debatir en un formato más abierto, como lo propone Carmen Aristegui? ¿Por qué evitar un encuentro sin tantas reglas rígidas en las que se pueda hablar y debatir de manera más abierta y con mayor tiempo? ¿No resulta contradictorio?
Orto punto que llama mi atención es aquel momento cuando EPN increpa a AMLO para que le explique como el candidato amoroso puede hablar de corrupción cuando personas de su equipo se vieron involucradas en actos corruptos. La respuesta de AMLO dejó un poco de lado la República Amorosa y reculó diciendo que Gustavo Ponce, quien fuera su Secretario de Finanzas, se encontraba condenado a 8 años de prisión, mientras que René Bejarano también había estado preso, mientras que Peña Nieto, siendo Secretario de Administración de Arturo Montiel, acusado de cohecho, es actualmente candidato, después de haber exonerado, al inicio de su administración como Gobernador, a su exjefe. ¿Qué pudo responder Peña Nieto? Nada. Punto en su contra.
Por su parte, en el momento en que invitó a Josefina Vázquez Mota a ir juntos a verificar el cumplimiento de todos los compromisos adquiridos durante campaña, Vázquez Mota respondió que precisamente lo que no quiere para México es una persona a la que se le tenga que revisar la tarea. En cuanto intentó replicar el comentario de Vázquez Mota, Peña Nieto manifestó que no le estaba pidiendo que evaluara su administración, que eso ya lo había hecho el electorado mexiquense al otorgarle a su partido más del 60% de los sufragios para renovar el Ejecutivo Local. Este argumento podrá parecer cierto, pero ¿lo es en verdad? Recordemos que únicamente el 43% de los electores salió a sufragar en los mencionados comicios, lo que quiere decir que, realmente, no fue el 65% de la población la que aprobó la administración de Peña Nieto, el número verdadero fue, aproximadamente 30%, es decir mucho menor de lo que presumió Peña Nieto.
Otro punto que llamó profundamente mi atención durante el desarrollo del debate del día de ayer fue que, una vez más, nos encontramos ante una serie de intervenciones sin propuestas claras. Aunado a esto, las pocas propuestas reales que se escucharon no vinieron acompañadas de la manera en como éstas se van a cumplir. Es decir, por ejemplo, se escuchó la propuesta de aumentar las plazas para estudiantes en la UNAM. Es una propuesta importante, muy noble y de vital importancia, sin embargo, el aumento propuesto necesariamente implica la necesidad de aumentar el presupuesto asignado a nuestra Máxima Casa de Estudios. Honestamente creo que muchos mexicanos apoyamos esa propuesta, sin embargo, el punto medular es ¿cómo pretende la candidata blanquiazul llevar a buen puerto esa propuesta? ¿De dónde se obtendrán los recursos extras requeridos por la UNAM? Es decir, para poder conocer verdaderamente el papel que puede jugar un candidato en caso de ganar la elección respectiva, no basta con analizar sus propuestas electorales, es imprescindible estudiar la manera como éstas pueden ser cubiertas. Es tan importante la propuesta como establecer la manera de alcanzarla.
Debo decir también que, por más que en la mesa del post debate se criticó arduamente a Josefina Vázquez Mota y a Andrés Manuel López Obrador por mencionar el caso Paulette y a Antonio López de Santa Ana, respectivamente, no comparto la postura de los panelistas. En cuanto al caso Paulette, considero que hizo bien la candidata de Acción Nacional de tocar el tema. Recordemos que dicho caso generó un estado de animadversión en la ciudadanía por la manera tan sucia y oscura en que se llevaron a cabo las investigaciones, al grado que el mismo continúa siendo un misterio para los mexicanos. Si Enrique Peña Nieto tocó el tema de seguridad, era necesario evidenciar de qué manera procuró justicia su gobierno. Por su parte, el símil con Antonio López de Santa Ana esgrimido por López Obrador puede ser un tanto exagerado, sin embargo, como mucha gente parece creerlo, el arribo de Peña Nieto a la Presidencia sería abrirle las puertas de Los Pinos nuevamente al PRI y, en especial, al grupo más retrógrada y tiránico de dicho Patido.
El formato del evento, por otra parte, dejo mucho que desear. Entiendo que es necesario contar con reglas claras para la participación de cada candidato. Es evidente que el respeto que cada uno de ellos otorgue al tiempo que se le ha asignado, es de vital importancia, sin embargo, existen diversos medios para hacer que los expositores no excedan en límite establecido. Considero que, cerrar el audio y cambiar de cámara para dejar al participante fuera de foco, es una verdadera falta de respeto tanto para el ponente como para la ciudadanía. Estoy de acuerdo en lo que dijo ayer mismo Ciro Gómez Leyva, no debemos olvidar que las cuatro personas a las cuales en algún momento sacaron del aire por haberse terminado su tiempo, se encuentran contendiendo por la Máxima Magistratura del País y que, al final del proceso electoral, uno de ellos será el o la Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Se debe tratar con muchísimo más respeto tanto al a ciudadanía como a los candidatos. Se deben buscar mecanismos para evitar el exceso en el tiempo, pero no se puede llegar al exceso que se vio el día de ayer en el debate.
Respecto al revuelo que causó la vestimenta de la edecán, Julia Orayen, considero que, tal como sucedió con la negativa de Salinas Pliego de transmitir el debate, se le está haciendo mucha más publicidad de la que el caso en verdad amerita. Más grave aún son los comentarios que sobre la llamada ganadora del debate se han hecho en los medios de comunicación, comentarios en algunas ocasiones despectivos. Sobre este tema, el vestuario no era acorde con un evento de tal trascendencia y solemnidad. Es algo que el IFE deberá cuidar en futuros debates. Hacer un comentario más allá sería darle al hecho un lugar que no le corresponde. Lo importante fue el debate, no la vestimenta de la edecán.
El punto que más me preocupa es percatarme que, al final del día, la política se ha distanciado de la ciudadanía de una manera impresionante. Cada candidato estaba metido en su rol, cada uno con las propuestas que creen que la ciudadanía requiere, pero viven alejados de la realidad del pueblo al que pretenden gobernar. No conocen sus necesidades, no conocen sus inquietudes, sus proyectos, sus metas. Gobernar un país a ciegas es completamente imposible, pero intentar gobernarlo  a partir de ilusiones creadas de  tal manera que sostengan las pretensiones de poder o, peor aún, hacer como si no existieran o como que ellos obtendrán el poder para ser los amos y señores de los mexicanos es una aberración. La ciudadanía merece respeto por parte de sus gobernantes. No se debe olvidar que el gobierno se debe al pueblo y no viceversa. En caso de duda, nada más volteemos a ver tantos anales en la historia en la que el pueblo ha derrocado gobiernos.
Como lo manifesté líneas arriba, considero que el candidato derrotado en el ejercicio del día de ayer es el abanderado de la colación PRI-PVEM. Considero que se evidenciaron muchas fallas de su gestión como gobernador del Estado de México. El repunte en los índices criminales, sobre todo secuestro y feminicidio, la ubicación de la entidad en los indicadores de corrupción, la caída de la calidad educativa. Creo que todas estas son pruebas fehacientes que el candidato príista no generó los resultados necesarios para premiarlo ahora con la Presidencia de la República. Desgraciadamente aquí cabe a la perfección la cita que realiza Carlos Puig en el último párrafo de su columna del día de hoy del capítulo V de “La Civilización del Espectáculo” escrito por Mario Vargas Llosa (el link de la columna es http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9146747):
“En la civilización del espectáculo, por desgracia, la influencia que ejerce la cultura sobre la política, en vez de exigirle mantener ciertos estándares de excelencia e integridad, contribuye a deteriorarla moral y cívicamente, estimulando lo que pueda haber en ella de peor ejemplo, la mera mojiganga. Ya hemos visto cómo al compás de la cultura imperante, la política ha ido reemplazando cada vez más las ideas y los ideales, el debate intelectual y los programas, por la mera publicidad y las apariencias. Consecuentemente, la popularidad y el éxito se conquistan no tanto por la inteligencia y la probidad como por la demagogia y el talento histriónico. Así, se da la curiosa paradoja de que, en tanto que en las sociedades autoritarias es la política la que corrompe y degrada a la cultura, en las democracias modernas es la cultura —o eso que usurpa su nombre— la que corrompe y degrada a la política y a los políticos”.
Por último, el motivo por el cual, en lo personal, decidí seguir la transmisión por Milenio fue por la calidad de sus analistas, incluso por el apasionamiento (muchas veces ira) de Carlos Marín, sin embargo, existieron tres personajes que, a mi parecer, sobraron, dos de ellos por su notoria falta de objetividad y otro por total desconocimiento del tema que se analizaba. Me refiero al caso de Epigmenio Ibarra, productor de telenovelas y ferviente seguidor de AMLO, quien ve perjudicada su objetividad exactamente por esa defensa de su candidato, al de Rosario Robles, predecesora de AMLO en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, quien debido a los videoescándalos tuvo que renunciar al PRD, en medio de un panorama por demás complicado y que implicó una fractura entre ella y AMLO, además que hizo evidente su animadversión contra su otrora compañero de Partido, y por último, Álvaro Cueva, crítico televisivo, quien únicamente se concretó a despotricar contra el formato, contra temas de forma, superficiales, y que carece del conocimiento y la experiencia para analizar a fondo la manera de desarrollarse de un debate de esta magnitud. En este punto creo que si falló Milenio: pudiendo haber utilizado a otras personas como analistas en la mesa, decidieron mal. Fácilmente pudieron cambiado a los tres por Jairo Calixto y Juan Gabriel Valencia, por ejemplo. Esperemos que para los debates subsecuentes elijan de mejor manera a sus analistas.
Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz