lunes, 5 de noviembre de 2012

El poder de la educación


En diversas publicaciones he mencionado que uno de los factores que podrían ser de vital importancia para generar acciones que pudieran redundar en la prevención de la comisión de conductas delictivas es la educación. En el artículo titulado “Oportunidades iguales para todos” publicado en 12 de septiembre del año pasado (visible en la liga http://prevencionencolores.blogspot.mx/2011/09/oportunidades-iguales-para-todos.html), manifesté que: “Respecto a la educación, ésta debe ser tomada en consideración para la generación de políticas de prevención del delito, así como prevención de las adicciones, por la importancia que repercute en la vida de los alumnos”. Al respecto, en últimas fechas he tenido la oportunidad de ver dos largometrajes que hablan precisamente de la educación. La primera de ellas que refleja una realidad demasiado triste es el documental realizado por Carlos Loret de Mola titulado “De Panzazo” y la segunda, una película titulada “Detrás de la Pizarra”. Desgraciadamente, el efecto que cada una de estas produjo en mi fue totalmente diferente. Profundizare:

El trabajo de investigación de Loret refleja la realidad el sistema educativo en México. Los altos índices de deserción escolar se encuentran, en gran parte, justificados por el nivel tan pobre de gran parte de los docentes que se encuentran en las aulas de nuestras escuelas impartiendo clases. La falta de reglas claras para ingresar a las filas magisteriales, la falta de evaluaciones para conocer los conocimientos reales de los docentes, la falta de sanciones para los docentes que no cubran sus obligaciones y la falta de métodos de rescisión de las relaciones laborales de los mismos en caso de incumplimiento o faltas graves, han generado que la plaza de maestro sea ocupada por personas que no tienen la verdadera vocación para enseñar. Se encuentran ocupadas, en gran parte, por recomendados o por personajes cercanos a las autoridades escolares.

El problema de la educación en México se ve seriamente agravado por la profunda intromisión que tiene el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el lastre que éste ha representado cuando las autoridades educativas federales han intentado políticas educativas que generarían un beneficio innegable para los educandos cuando éstas lleguen a ocasionar un detrimento a los intereses del sindicato.

Tengo muy gravado una escena de la creación de Carlos Loret de Mola en que se le interroga a la Mtra. Elba Esther Gordillo cuánto de los recursos que son entregados al sindicato llegan verdaderamente a los docentes. La respuesta de la maestra verdaderamente me dejó sin habla: “No te voy a contestar” le dijo a Carlos Loret de Mola. “¿Por qué no?” volvió a interrogar el reportero. “Por estrategia política, evidentemente” fue la respuesta terminante de Gordillo. Y es ella quien lleva las riendas del cuerpo sindical que aglutina a los docentes de México. Gran respuesta de una gran mujer (perdonarán mi sarcasmo).

Resulta evidente que el mal manejo que se ha dado del gremio sindical ha repercutido negativamente en la calidad educativa de nuestro país. Un ejemplo claro: la evaluación docente ha sido impedida reiteradamente por las autoridades sindicales. Después de una ardua negociación, el entonces Secretario de Educación Pública, el hoy fallecido Alonso Lujambio logró que Gordillo y sus huestes aceptaran la evaluación magisterial, sin embargo, esta evaluación no servirá de nada ya que no se podrá terminar la relación laboral con los maestros que resulten no ser aptos para impartir clases.

Otro punto en el cual la educación se ha visto seriamente afectada por la intromisión excesiva del SNTE es precisamente la parte económica. Como lo mencioné líneas arriba, no podemos saber con exactitud cuanto del dinero que ingresa a las arcas del sindicato se ve reflejado en el bolsillo de los docentes. Esto únicamente demuestra que dichos recursos son repartidos entre las cabecillas sindicales y que solamente la minoría llega a los maestros. ¿Qué pasaría si, en lugar de dar el dinero a los líderes corruptos, se repartiera éste entre los maestros que en verdad valen la pena, los que verdaderamente tienen vocación, los buenos maestros? Claro, si esto se hiciera así, Gordillo no tendría los recursos necesarios para regalar camionetas Hummers.

En fin, del problema de la educación en nuestro País podría hacer un artículo completo y aún así no terminaría. Ver la realidad, sobre todo una realidad tan cruda como esta, no es cosa fácil ni agradable, pero si necesaria. Se tienen que tomar medidas verdaderamente firmes para lograr cambiar las cosas. Está muy de moda el tema de la transparencia sindical, ¿por qué no aplicarla también en los sindicatos públicos, como lo es el SNTE? ¿Por qué no exigir que los recursos sean entregados a los maestros? ¿Por qué no exigir que se realicen programas de retribuciones extraordinarias a los mejores maestros? No me queda duda que existen grandes maestros dentro de las escuelas de nuestro país, tanto públicas como privadas. En el referido documental se muestra un maestro que, a mi en lo personal me pareció maravilloso, ya que dicho docente no se conformaba con que sus educandos le pudieran decir el resultado de una operación matemática, por el contrario, les exigía que le dijeran como arribaron a tal resultado, es decir, le interesaba tanto el resultado como el razonamiento que conducía a él. A este tipo de maestros es a los que hay que premiar, este tipo de maestros es el que debería de llenar nuestras aulas. Desgraciadamente, sin temor a equivocarme, puedo decir que este tipo de maestros, por doloroso que sea, son los menos.

El otro lado de la moneda lo encontré en la película “Detrás de la Pizarra”, misma que narra una etapa de la vida de la profesora Stacey Bess y que se encuentra basada en su libro “Nobody Don’t Love Nobody. La profesora Bess proviene, de una familia disfuncional y desde muy temprana edad decidió que ella quería ser maestra de grande para poder apoyar a las personas. A sus 24 años, recién egresada de la universidad y sin tener experiencia docente, acepta un trabajo en una escuela sin nombre de Salt Lake City, su lugar de  residencia, donde le dijeron que tendría que dar clases de educación primaria, desde el 1º hasta 6º año. Ella accedió a hacerlo solamente que este trabajo le generaría más retos de los que ella esperaba.

En su primer día de trabajo la profesora Bess se percata el motivo por el cual la escuela no contaba con un nombre. El motivo era simple: no era una escuela, era n refugio para personas en situación de calle. Ella tendría que darle clase a los hijos de las personas que habitaban dicho refugio. La tarea resultó ser titánica. Sin contar con apoyo de las autoridades escolares de Salt Lake City, de los padres y mucho menos de los educandos, Stacey Bess se encontraba frente a un reto que pocas, muy pocas personas hubieran podido enfrentar.

No es difícil percatarnos la clase de alumnos que se encontraban “matriculados” en el grupo de la Profesora Bess. Hijos de padres adictos, niños que no tenían casa ni una esperanza verdadera, veían el tiempo de clase únicamente como un requisito a cubrir para poder permanecer en el refugio. Esta falta de interés, tanto de los padres como de los hijos, resultaba evidente al ingresar al salón de clases. No había muebles en buen estado, no había libros, en fin, no había un solo artículo que pudiera ser utilizado para impartir clases.

Al terminar su fatídico primer día laboral, Stacey Bess decide que lo mejor sería renunciar pero que no lo haría por orgullo. Su esposo le dijo que en lugar de no renunciar por orgullo, debería de ver que a final de cuentas los niños a los que tenía que enseñarles la necesitaban, que ella podría ser su única esperanza. Ante este comentario de s esposo, Stacey decidió presionar a las autoridades escolares. Hablaba diariamente para solicitar materiales y equipo. La respuesta nunca llegó, por lo que Stacey Bess decidió tomar de su dinero e invertir su tiempo para remodelar el salón de clases y comprar algunos artículos con los cuales poder enseñar. Afortunadamente hubo un cambio dentro del Departamento de Educación y el apoyo institucional llegó.

Los cambios en los educandos se fueron haciendo evidentes al poco tiempo de la llegada de Bess. Alumnos problema se comenzaron a convertir en alumnos ejemplares que buscaban participar en todas las actividades escolares. Una pequeña, de nombre María, fue de mucha importancia para Bess y fue, probablemente junto con un niño de nombre Danny, quien más impulso le proporcionó a la Profesora para no rendirse ante su difícil tarea.

Los resultados de Bess no fueron únicamente visibles en la escuela. Su labor tuvo resultados en el ámbito político. El Congreso de Utah aprobó una ley por medio de la cual se aceptaba que cualquier niño que viviera dentro de determinado circuito escolar, aunque n tuviera casa, podría matricularse en cualquier escuela dentro de dicho circuito.

La labor de Bess no solamente fue educar a una serie de niños (27 aproximadamente) dentro de un refugio, su labor va mucho más allá. Hay que analizar sus resultados desde una óptica no meramente académica. Me explico. Los educandos de la profesora Bess eran menores que provenían de familias evidentemente disfuncionales, la mayoría de ellos tenían padres con algún tipo de adicción, estaban en situación de calle, lo que hacía de ellos un blanco fácil para que cualquiera de ellos pudiera verse inmiscuido en actividades delictivas. No obstante lo anterior, la profesora Bess decidió tomar los toros por los cuernos y dio la cara por dichos menores. El resultado fue evidente, todos sus alumnos pudieron, sin problema alguno, matricularse en cualquier otra escuela dentro de los Estados Unidos.

Stacey Bess vio una necesidad que debía ser cubierta y, sin importarle lo que costará, tomó las medidas necesarias para cubrir el hueco que el sistema había dejado descuidado. El cambio que esto generó probablemente no pueda ser medido con datos duros, sin embargo, viendo el entorno en que se desarrollaron estos sucesos, yo considero que fue de gran importancia.

En el año de 1997, la compañía estadounidense Apple lanzó una campaña publicitaria llamada “Think Different” (http://www.youtube.com/watch?v=KVUQUwMJg0o), la cual terminaba diciendo que “las personas que están lo suficientemente locas para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo logran”. Stacey Bess fue una de esas personas que creyó que podía cambiar el mundo y, dentro de su ámbito de competencia, lo logró. Espero que algún día podamos tener en México uno de esos locos capaces de cambiar su mundo.

Benjamín Muñiz Álvarez Del Castillo
Twitter: @Benjamin_Muniz

No hay comentarios:

Publicar un comentario