martes, 18 de junio de 2019

¿Tenemos los recursos para enfrentar lo que viene?

Hace un par de semanas, el presidente Donald Trump, muy a su estilo de gobernar, amenazó al gobierno de nuestro país que, de no frenar el flujo de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos, se impondrían aranceles a productos mexicanos a razón, en un primer momento, de 5%, pudiendo incrementar mensualmente hasta alcanzar un 25%, mismos que se comenzarían a aplicar el lunes 10 de junio.

Gran parte de los analistas económicos de ambos países alzaron la voz para señalar el riesgo de ejecutar tal medida por el daño que causaría a la economía no solo de México, sino también de Estados Unidos. Por supuesto que a Trump no le importó lo que dijeron, incluso, congresistas de su propio partido y  manifestó que de no ver acciones contundentes del gobierno mexicano los aranceles irían por que irían. Como diría cierto político mexicano: "Me canso ganso".

Nuestro Canciller fue a Washington, D.C. a encabezar las negociaciones, acompañado de un grupo de funcionarios de nuestro gobierno. Fueron días álgidos y todo parecía que el consenso no se lograría; pero se logró y Trump dio marcha atrás. Consiguió lo que tanto quería.

Reiteradamente Trump ha manifestado que construirá un muro en la frontera y que México pagaría por él. Lo logró, y no solo eso, logró convertir a México en su muro fronterizo. El acuerdo, que muchos califican como un triunfo y con lo que yo no puedo estar más en desacuerdo establece que México deberá dar asilo y atender las necesidades de los migrantes que soliciten el ingreso a EUA mientras se resuelve su petición y volver a sentarse a analizar avances 45 días después.

"Donde come uno comen un millón" "no amos a desamparar a los niños migrantes, de ser necesario los hacemos mexicanos" fueron dos declaraciones del presidente López respecto al resultado de las negociaciones. Considero que estas palabras son una manifestación más del desconocimiento del entorno social que tiene López. No es cierto que donde come uno comen un millón. Las necesidades de los ciudadanos mexicanos no se han visto cubiertas desde épocas ancestrales, situación que ha empeorado a últimas fechas derivado de los recortes presupuestales impuestos por la administración lopezobradorista. Si está crisis se suscitó previo a la adopción del acuerdo migratorio con Estados Unidos, ¿qué nos espera ahora que también debemos cubrir las necesidades de los migrantes? Si no logramos satisfacer las más básicas necesidades de nuestros connacionales, ¿cómo haremos para cubrir las de los migrantes? ¿Le quitaremos los servicios a los mexicanos para entregarlos a los extranjeros?

Muchas voces se han levantado en contra del resultado de las negociaciones, en un primer término, porque otorga a la administración estadounidense la facultad de fiscalizar avances que competen únicamente a la política interna mexicana. Debemos convencer a Trump de que nuestra política interna es la adecuada. Hasta ahí llegó la soberanía e independencia nacionales.

Logísticamente esto se está convirtiendo en una pesadilla. Se ha barajado incluso el término "xenofobia", pero considero que existe un muy justo reclamo de los connacionales que han sufrido en carne propia los recortes presupuestales que han, incluso, costado vidas. Ahora, hablemos de simples matemáticas: si los recursos no alcanzan para los mexicanos, menos van a alcanzar para los mexicanos y los migrantes. Sobre este punto es totalmente necesario que el gobierno informe cómo pretende hacer frente a los gastos que este programa generará pero, contrario a lo que siempre hace, es necesario que compruebe la capacidad de hacerlo y no que se quede en simples manifestaciones unilaterales sin sustento alguno.

El acuerdo migratorio/comercial generó, incluso, una fuerte división al interior de la 4T. El presidente de la Cámara de Diputados, el morenista Porfirio Muñoz Ledo, señaló en el mitin de Tijuana lo inmoral que resulta pedir que se le abran las puertas a los mexicanos en Estados Unidos pero al mismo tiempo cerremos las fronteras a los centroamericanos con la Guardia Nacional. Posteriormente, acusó al canciller Ebrard de estar invadiendo facultades, acusación que generó una serie de dimes y diretes entre ambos políticos a la cual tuvo que subirse el presidente López.

Llamó también profundamente la atención la integración del grupo de trabajo encargado de dar seguimiento a los acuerdos. Encabezados por el canciller Ebrard, no figuró ningún funcionario del Instituto Nacional de Migración y el único funcionario de la Secretaría de Gobernación era quien entonces fungía como titular de reclusorios, Francisco Garduño (El 18 de junio Julián Andrade escribió una muy buen opinión respecto al a relación SEGOB/SRE en este entorno migratorio https://www.contrareplica.mx/nota-La-crisis-entre-Cobian-y-La-Alameda20191866?fbclid=IwAR0BMTL0ucUGJCbOIr0W0dmXAibb16x8Kd7VLXdH07SFYAR5yfpKOBBuz8o#.XQjFNP6fiHo.whatsapp). Hay quien dice que fue a motu propio, hay quien dice que fue decisión presidencial, lo cierto es que Tonatiuh Guillén dejó de ser el titular del Instituto Nacional de Migración el pasado 14 de junio y fue sustituido en su cargo por un incondicional de López, precisamente quien era coordinador de penales y único funcionario de SEGOB en el grupo de seguimiento, Francisco Garduño Yáñez.

Hablar del binomio migración/economía nunca es tarea fácil, sin embargo, en el entorno actual es totalmente necesario hacerlo. En primer lugar considero que es un gran error y fracaso del grupo negociador que se vincule la economía con la migración y, en segundo lugar, y desde mi óptica lo más importante, ¿de dónde saldrán los recursos económicos, materiales y humanos para cumplir con los acuerdos y atender las necesidades de los migrantes?

Durante su campaña electoral, Andrés Manuel siempre habló de repartir dinero, de programas sociales, pero, al ser cuestionado acerca de cómo se obtendrían los recursos, nunca pudo dar una respuesta fundamentada, sino que se limitaba a decir que, terminando la corrupción, se contaría con los recursos necesarios. La realidad actual ha demostrado que no hay dinero que alcance para sostener sus programas sociales.

Por supuesto que los migrantes deben ser apoyados, se deben respetar sus derechos humanos, pero aún así, la duda continúa: ¿Cómo y con qué recursos? Esta vez el gobierno debe dar una respuesta concreta y medible: con bases sólidas, con números reales: va a costar tanto y va a salir de aquí. No podemos permitir que sigan dando respuestas evasivas que no resuelvan absolutamente nada.

Otro tema muy polémico: creo honestamente que el deber del gobierno mexicano es primero para con sus ciudadanos, es decir, debe garantizar que las necesidades de los mexicanos se vean cubiertas y, en esa medida, buscar cubrir las de los migrantes. En caso contrario, y en detrimento de la ciudadanía mexicana, nuestro gobierno se convertiría en candil de la calle y oscuridad de su casa.

@Benjamin_Muniz

martes, 11 de junio de 2019

Rebasados por la inseguridad

Uno de los principales reclamos de la ciudadanía a nivel nacional tiene que ver con la inseguridad imperante en nuestro país. A pesar de la existencia de este gran flagelo a lo largo de su campaña electoral, el hoy presidente López nunca expresó un plan concreto para mitigar la inseguridad, sino que se limitó a señalar que con su llegada a la Primera Magistratura de nuestro país la violencia terminaría; "Abrazos, no balazos" se convirtió en su lema. Al llegar a la Presidencia la realidad mostró ser otra: el primer trimestre de 2019 fue el más violento desde que se cuentan con las mediciones realizadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Desgraciadamente, esta situación se puede ver en gran parte de las entidades federativas y, en muchos casos, por no decir prácticamente en todos, los titulares de los ejecutivos locales se han visto incapaces de frenar esta escalada de los índices delictivos. Dos casos en particular llaman profundamente mi atención: Morelos y la Ciudad de México.

La inseguridad en Morelos es un fenómeno que ha venido creciendo de manera paulatina y constante. Marco Antonio Adame Castillo se vio envuelto en un clima de violencia que, a la larga, generó que Acción Nacional perdiera uno de sus más importantes bastiones ante Graco Ramírez, quien fue incapaz de detener la escalada de violencia, misma que alcanzó niveles sin precedentes. La factura le llegó en 2018 cuando Morena, de la mano de Cuauhtémoc Blanco se alzó con el triunfo, solo para comprobar que su calidad como futbolista es inversamente proporcional a su capacidad política, convirtiéndose en el primer gobernador en la historia en confirmar su presencia a una marcha en contra de él mismo.

El caso de la CDMX es extremadamente especial. No se puede negar que durante la administración de Marcelo Ebrard, en materia de seguridad pública, el entonces Distrito Federal era un ejemplo a nivel nacional. Recuerdo, incluso, una columna escrita en octubre de 2011 por Ciro Gómez Leyva titulada "El inolvidable binomio Mancera-Mondragón" (https://vanguardia.com.mx/columnas-elinolvidablebinomiomanceramondragon-1114583.html) en que se daba cuenta de los buenos resultados generados en aquellas épocas. Con el paso del tiempo, Mancera llegó a ser Jefe de Gobierno y se enfrentó con el hecho que la delincuencia organizada, por más que se quisiera negar, comenzó a operar en la Capital de la República.

Si bien es cierto que la delincuencia se ha venido abriendo paso en la Ciudad, la administración encabezada por Claudia Sheinbaum no tiene un plan para atender este sentido reclamo social. Las cifras hablan por sí mismas: durante el primer trimestre de 2019 el secuestro se incrementó en 550%, la violación en 454%, la extorsión en 127% y el homicidio en 48% comparado con el mismo periodo de 2018. No podemos olvidar, además, que el secuestro era un delito que, desde la administración de Ebrard, venía disminuyendo.

Contrario a lo que sucedía antes, los robos, los asaltos, los balazos, los homicidios ya no son algo que suceda predominantemente en las noches. A las 3 p.m. se han presentado estos delitos en la Colonia Condesa, solo por mencionar un ejemplo, cuando, presuntamente, se intentó asaltar al periodista Héctor de Mauleón. Al día siguiente lo mismo ocurrió en Polanco. Un domingo a medio día, sobre la calle de Ciencias, casi esquina con Benjamín Franklin un joven fue apuñalado. Historias de esa naturaleza se cuentan a diario.

El 4 de junio Norberto Ronquillo Hernández, estudiante de la carrera de Mercadotecnia Internacional en la Universidad del Pedregal terminó sus clases y, al salir de la universidad le marcó a su novia para decirle que iría a verla. La novia esperó, pero Norberto nunca llegó. Fue secuestrado a la salida de la Universidad. La familia pagó el rescate, sin embargo, Norberto no regresó. En medio de esta crisis la Dra. Sheinbaum viajó a Tijuana a ser parte de un mitin convocado por el presidente López. Abandonó su trabajo, descuidó sus responsabilidades, para acudir a una congregación sin mayor importancia que la mediática. En la madrugada del 10 de junio fue encontrado el cuerpo sin vida de Norberto quien, presumiblemente, fue asesinado el mismo día que fue secuestrado. Ernestina Godoy, titular de la PGJ justificó la negligencia de la dependencia en el hecho que la familia de Norberto les pidió no intervenir porque ellos estaban negociando directamente el rescate, ignorando que constitucionalmente corresponde al Ministerio Público la persecución de los delitos, es decir, la Procuraduría debió haber actuado sin que la petición de la familia fuera óbice para ello.

Hacia el medio día del propio 10 de junio, el diario Excélsior reportó la desaparición de Erick Landgrove, de 32 años, quien fue visto por última vez en la colonia Roma, el 8 de junio, si, el mismo día que Sheinbaum estaba en Tijuana, en un evento realmente ocioso.

Las molestias y reclamos en contra de Sheinbaum no se han hecho esperar. En cuestión de minutos los hashtags #RenunciaSheinbaum #FaltaNorbertoSobreSheinbaum y #FaltaNorbertoSobraAMLO se hicieron trending topics en las redes sociales, lo cual solo es un indicativo de lo mal que se encuentra la gestión gubernamental en nuestra ciudad y en nuestro país. Si los gobernantes deciden cambiar su estrategia, deben hacerlo urgentemente para evitar que el descontento social siga creciendo.

A nadie escapa que el tema de seguridad es en verdad complejo, un asunto multifactorial que requiere de atención en diversos frentes, sin embargo, la percepción ciudadana es clara: el gobierno no está haciendo lo que le corresponde. Armando Martínez, rector de la Universidad del Pedregal, denunció que no se aplicó ningún protocolo para atender el secuestro de Norberto e hizo un llamado a las autoridades para que actúen conforme a la ley y apliquen los protocolos de manera adecuada y  que reconozcan que no estamos funcionando como sociedad, que se está exigiendo que la gente no pase por un periodo burocrático, que la actuación ministerial sea más humana y no tan burocrática. "Esto no se trata de política, le puede pasar a mi hijo, le puede pasar a nuestra familia. Esto se trata de nuestros hijos, esto se trata de que cuando pedimos auxilio el auxilio llegue y que se pongan todos los protocolos" (https://play.wradio.com.mx/audio/111RD380000000081277/)

En este momento la duda es ¿el gobierno hará algo para revertir la percepción ciudadana? Lo que se haga, ¿será suficiente? ¿Se buscará solamente revertir la percepción ciudadana o se actuará de fondo para satisfacer la necesidad de seguridad que tenemos? Y la duda más importante, ¿cuántas muertes más tendremos que aguantar? ¿Cuántas madres, padres, estudiantes, amigos saldrán de sus actividades cotidianas para encontrarse con la muerte a manos de delincuentes?

Con todo lo que está sucediendo en esta ciudad, y creo que hablo por muchas de las personas que aquí vivimos, tengo un miedo siempre presente de salir todos los días a trabajar sabiendo que no existe una sola garantía de que voy a volver a casa en la noche. Lo mismo me puede pasar a mí, a mi familia, a mis amigos. Vivimos secuestrados en una ciudad que, en el discurso, proclama las libertades pero en las acciones dista mucho de lograr garantizarlas. Estamos transitando a una anarquía generada por los altísimos niveles de impunidad en donde los delincuentes se ríen de todos nosotros, autoridades y ciudadanos por igual, en donde todos somos vulnerables. ¿Dónde quedó aquella ciudad de la esperanza que pregonaba Ebrard? No puede haber esperanza si no podemos salir a la calle sin miedo. Los que han sido gobernantes del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, son personas que, en su mayoría, se encuentran en las filas de Morena, ocupando cargos de importancia. ¿Qué hicieron ellos por la seguridad? ¿Qué hacen hoy desde sus ámbitos de competencia? ¿Qué hace hoy la Jefa de Gobierno? Si no tenemos la seguridad de salir a hacer nuestras actividades y regresar a nuestros hogares, se está incumpliendo con la obligación más importante del gobierno: brindar seguridad. El incremento tan alarmante en los índices delictivos solo nos deja ver que, de no dar un golpe de timón pronto, estaremos transitando a un gobierno fallido.

Es necesario que el gobierno se sincere, no solamente con la ciudadanía, sino con ellos mismos sobre el ejercicio de sus funciones, sobre el rumbo de su gobierno, si es que se tiene pensado uno. Deberían tener humildad para reconocer que no lo están haciendo bien. Si no se acepta el error y continúan con el status quo nosotros, los ciudadanos, no tendremos esperanza.

@Benjamin_Muniz