Nunca he negado que considero que
tipificar el delito de feminicidio resulta discriminatorio. He sostenido
incluso que, estoy consciente de la necesidad de salvaguardar la vida e
integridad física de las mujeres y que, por supuesto, el derecho penal es la
manera de hacerlo, sin embargo, se pudo haber realizado a través de una reforma
a las calificativas del delito de homicidio y no general una regla tan
específica que solamente de protección a las mujeres, violando de esta manera
el principio que establece que el derecho debe ser general. Mi punto de vista
lo externé en este mismo blog el 3 de octubre de 2011, con motivo de la reforma
al Código Penal y puede ser consultado en http://pormejoresmexicanos.blogspot.mx/2011/10/la-inequidad-en-la-legislacion-pro.html
No obstante lo anterior, sigo
insistiendo que el estado debe garantizar la vida, integridad física y
seguridad de los ciudadanos y, ante la realidad actual, debe ser muy enfático
en garantizar la seguridad de las mujeres. Ya existe el tipo penal de
feminicidio, ¿ha servido de algo? De acuerdo con datos citados por Alejandro
Hope, en 2015, en todo el Sistema Penitenciario Nacional había exactamente 542
reos por el delito de feminicidio, de los cuales solo 201 había recibido
sentencia. Impactantes cifras.
Hope escribió una columna muy fuerte y
muy real acerca de las causas por las que hoy Mara Castilla hoy está muerta. La
primera oración de su columna es contundente: “Mara fue asesinada porque nadie
en México le teme a la ley”. NADIE EN MÉXICO LE TEME A LA LEY, así, en
mayúsculas. Los niveles de impunidad son tales que a las personas no les da
miedo cometer un delito. El estado ha fallado en tutelar los bienes jurídicos y
el panorama no resulta alentador, el estado seguirá fallando. Hope concluye su
columna con lo siguiente (la columna completa se puede leer en http://www.eluniversal.com.mx/columna/alejandro-hope/nacion/por-que-fue-asesinada-mara-castilla):
“Mara fue asesinada porque fallamos como
sociedad, por nuestra indolencia, porno exigir que de una vez por todas cambien
las cosas, cambie el aparato de justicia, cambie la policía, cambie México.
Mara fue asesinada porque este país es una desgracia y
tiene ya que dejar de serlo”.
Efectivamente, hemos fallado como
sociedad, pero no solamente por no exigir, sino por tomar decisiones poco
acertadas y, después, quejarnos del resultado. Durante la administración de
Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México, el feminicidio en
dicha entidad creció en 400%, convirtiéndose en el lugar más inseguro para las
mujeres, incluso por encima de Ciudad Juárez. Hoy día está en Los Pinos y
esperamos que se haga algo por detener este delito. Incongruencia.
En el año 2003, Editorial Porrúa lanzó
la tercera edición actualizada del libro “La violencia intrafamiliar en la
legislación mexicana” cuya autoría corresponde a los juristas Manuel F. Chávez Asencio
y Julio A. Hernández Barros. En dicha edición nos regalan datos estadísticos
que son capaces de congelar la sangre: De acuerdo con el Centro de Atención a
la Violencia Intrafamiliar (CAVI) de la Procuraduría General de Justicia de la
hoy Ciudad de México, desde su creación en 1991 hasta el 2003 (fecha de la
edición de la obra referida), se habían atendido 180,000 personas, de las
cuales 89% son mujeres: 100% de las cuales sufrió violencia psicológica, 73%
violencia física y 30% violencia sexual. Por si esto fuera poco, se estima que
cada 15 segundos una mujer es golpeada en su propio hogar y cada año 4,000 son
asesinadas por el marido o la pareja masculina.
Por supuesto que hemos fallado como
sociedad. Si no hemos logrado erradicar la violencia intrafamiliar, la
violencia que se genera en el núcleo mismo de la sociedad, ¿cómo podemos
siquiera creer que podremos erradicar el feminicidio? Y lo peor de todo, re
victimizamos a las víctimas, es decir, no solamente las asesinan, sino que la
sociedad le echa la culpa a la propia víctima. Si Mara Castilla hoy está muerta
fue porque se fue de fiesta con sus amigas en lugar de quedarse resguardada en
su casa. ¿Ahora resulta que ella es la culpable? ¿En verdad si salimos de
fiesta merecemos que nos asesinen? Que mal estamos si en verdad creemos eso. He
escuchado, incluso, que Mara entró a la habitación del motel por voluntad
propia. Si esto es cierto o no, no lo sé, sin embargo, supongamos que, efectivamente,
Mara haya entrado al cuarto del motel por voluntad propia, supongamos que hubo
un coqueteo con el chofer de su Cabify y hayan decidido tener una relación
sexual informal, una canita al aire. Por supuesto que si esto fuera cierto,
Mara se habría puesto a sí misma en una situación de riesgo extremo, sin
embargo, tampoco merecía morir por ello, pero como sociedad, sin conocer de
fondo la verdad, hemos pregonado que, de ser cierto que Mara entró
voluntariamente al cuarto del motel, entonces merecía morir. Por supuesto que
hemos fallado como sociedad y resulta indignante que exista gente que tenga esa
mentalidad tan corta, por no decirlo en un tono mucho más elevado.
El bien jurídico que por excelencia el
estado debe tutelar es la vida. La vida es tan preciada que debe ser
salvaguardada sobre todas las cosas y ahí hemos fallado catastróficamente. Hoy
la libertad no existe. Salir a la calle, a tomar una copa con los amigos, a
bailar con la pareja, simplemente al cine en la función nocturna se ha vuelto
una actividad de riesgo. Somos prisioneros de la inseguridad que carcome a
nuestras ciudades y que ha superado y derrotado a las autoridades. La regla, estúpida
desde mi punto de vista, que establece el nuevo sistema de justicia penal de no
poder detener a un delincuente a menos que exista delito flagrante, ha generado
y generará más impunidad. Estamos rebasados y esa es la realidad de las cosas.
De corazón espero que el responsable
del asesinato de Mara Castilla reciba el castigo que merece, que pague por lo
que hizo. Solo así nuestro país, en el cual al día son asesinadas
aproximadamente 7 mujeres (dato tomado de la BBC http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41303542),
podrá comenzar a transitar hacia la legalidad. Como sociedad, mientras tanto,
unámonos en exigir a nuestro gobierno que garantice nuestra seguridad, que
tutele la vida. Exijamos que no haya un solo muerto más por la comisión de
delitos y que, aquellos que se creen con el poder de tomar vidas ajenas, paguen
conforme lo marcan las leyes, sin que quepa la posibilidad de la impunidad.
Twitter: @Benjamin_Muniz
Benjamin
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, te compartiré unos tuits donde coincido contigo.
El trabajo es de todos tristemente esto se presta a manejos políticos para perseguir fines electorales, y no para remediar el problema.
saludos