martes, 4 de julio de 2017

La responsabilidad de los omisos

La Delegación Gustavo A. Madero fue escenario de una atrocidad tal que no encuentro palabras para poder describirla. Por medio de una denuncia anónima se alertó al titular de dicha demarcación, Víctor Hugo Lobo Román acerca de un caso de maltrato infantil. Derivado de tal denuncia, el martes 27 de junio de 2017 fue rescatado un niño de 5 años que responde al nombre de Anthony.

La escena que encontró la autoridad bien podría ser tomada de una película de terror. Hallaron a Anthony, de 5 años, con cinta adhesiva en su cuello, encadenado por los pies a un banco, con severos síntomas de desnutrición, golpes en la cabeza y quemaduras de cigarros en la espalda. Como sucede en la gran mayoría de los casos de violencia y maltrato infantil, los victimarios son familiares: su tía, Olivia Castro y su esposo, Juan Carlos Loaeza, éste último, según el dicho del menor, era quien lo golpeaba y encadenaba. Los adultos fueron arrestados y puestos a disposición de la autoridad ministerial correspondiente, no sin antes manifestar que Anthony se encontraba con ellos por encargo de su padre.

Las investigaciones realizadas arrojaron que el menor nació en San Diego, California. Su padre, originario de Guerrero, se fue a vivir a dicho condado donde conoció a su madre. Al poco tiempo de nacido, sus padres se separaron y tras una batalla legal fue el padre, Pascual Castro, quien obtuvo la custodia de Anthony. Surge aquí la interrogante, si legalmente la custodia le había sido concedida a Pascual Castro, ¿por qué el menor estaba bajo el cuidado de sus tíos?

El día de hoy, camino al trabajo, escuchaba el noticiero conducido por Luis Cárdenas transmitido por MVS Radio. En dicho espacio, Cárdenas comentó que su equipo se había dado a la tarea de localizar al padre de Anthony, lo que lograron a través de las redes sociales. Acto seguido, vía telefónica, el progenitor fue entrevistado. Lejos de encontrar algo de esperanza o algún indicio de un panorama no tan negro durante esta entrevista, encontré un panorama desolador y preocupante. La nota generada a raíz de tal entrevista, así como el audio de la misma se puede consultar en http://www.noticiasmvs.com/#!/entrevistas/segunda-emision-con-luis-cardenas/mi-hermana-cuidaba-a-anthony-en-lo-que-me-lo-traia-a-eeuu-pascual-castro-padre-226

En la entrevista, Pascual Castro, padre de Anthony, hizo una breve narración del entorno en que el menor ha crecido. Pascual Castro y Dan Sanderson procrearon a Anthony, sin embargo, se separaron cuando el menor tenía apenas 4 meses de edad. Pascual regresó a Guerrero donde continuó el proceso legal para obtener la custodia, juicio que, a final de cuentas, ganó, por lo que la Child Protective Services (CPS) trasladaron a Anthony a Acapulco y lo entregó a Pascual. Anthony tenía ya 11 meses de edad. Días después Pascual regresa a San Diego y deja a Anthony al cuidado de sus abuelos. Fue la última vez que lo vio, tan solo 11 meses de edad. “Mi proceso (de migración) primero” fue lo que le respondió a Luis Cárdenas cuando el periodista le preguntó por qué había regresado a Estados Unidos.

Cuando Anthony cumplió tres años de edad, fue inscrito en un kínder en Guerrero, bajo el cuidado de sus abuelos. A las pocas semanas, sin embargo, fue trasladado a la Ciudad de México bajo el cuidado de su tía, Olivia Castro y su esposo, Juan Carlos Loaeza. El motivo: que entrara a un kínder donde impartieran inglés para que “cuando el niño termine el kínder ya va a venir avanzado en inglés. Cuando me lo traiga acá a los 6 años lo puedo meter a la escuela y ya va a estar avanzado en inglés”.

De lo que el mismo Pascual Castro habló en la entrevista es evidente que él nunca ha estado al pendiente de Anthony, solamente se conformaba con recibir ciertos reportes, fotografías, vídeos, para “cumplir” con su obligación como padre. “Según todo iba bien. Hay fotos”. Caray, todo parece indicar que ni por teléfono hablaba con su hijo. El periodista le preguntó qué haría si tuviera a su cuñado enfrente: “trataría de golpearlo, quizás”. ¿Es en serio? ¿Trataría de golpearlo? ¿Quizás? Si yo tuviera un hijo y alguien intenta siquiera hacer una décima parte de lo que hemos visto, yo no intentaría, quizás, golpearlo, yo mato al infeliz, no hay más.

Para hacer más complejo el panorama, se nos hizo saber que Pascual tiene otro hijo, Juan Carlos Brando de 3 años. El gobierno de Estados Unidos se lo quitó a su mamá por problemas relacionados con drogas, por lo que le dieron la custodia a Pascual. ¿Quién lo cuida? La mamá de Pascual en Guerrero.

Cárdenas le preguntó si no sentía que estaba abandonando a sus hijos. Su respuesta es lo que más me dio tristeza: “Hay cosas en la vida que uno tiene que sacrificar algo. Yo lo estoy haciendo porque yo vine y sacrifiqué algo por el futuro de ellos”. Si, sacrificó la infancia de sus hijos y, con ello, su futuro, para, según él, proporcionarles un mejor futuro, a pesar que, haga lo que haga, la huella de lo que vivió Anthony no será jamás borrada.

Cuando Luis Cárdenas le preguntó el motivo por el cuál su hijo estaba así su respuesta fue “es lo que no entiendo”. No hay nada que entender. La respuesta es simple. Su hijo estaba así por una simple y sencilla razón: por la omisión por parte de Pascual Castro en sus deberes como padre. Así de simple. Anthony fue abandonado por la persona que legalmente ostenta la custodia y, por lo mismo, el padre debe ser considerado responsable de su omisión y debería pagar por ella.

Fue entrevistado también Juan Martín Pérez García, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México y comenzó diciendo que es una muy buena noticia que haya aparecido el papá del pequeño. Difiero completamente con él. Pascual Castro apareció, no motu proprio, sino porque la redacción del noticiero lo buscó. Desde ahí se ve el interés que tiene en su hijo. Pero hay otras cosas con las que si estoy de acuerdo: “en nuestro país la violencia está normalizada y muchos adultos siguen pensando que los niños son propiedad de las familias y que pueden hacer con ellos lo que quieran”. Por supuesto que sucede y este caso es muestra de ello. También estoy de acuerdo que en la conducta del padre de Anthony se pueden configurar delitos como negligencia y omisión de cuidados los cuales, por supuesto, deben ser investigados y castigados por las autoridades mexicanas, incluso por las estadounidenses. Todos los culpables de este asunto deben ser sancionados, sin importar quiénes sean. No podemos esperar menos que esto.

No encuentro las palabras suficientes para describir la tristeza que me generó esta noticia, pero sobre todo la preocupación por todos aquellos casos que, seguramente existen, y que no tenemos conocimiento, por todos aquellos casos que siguen en el anonimato y en el desconocimiento por parte de las autoridades. Si la historia de Anthony no nos hace abrir los ojos, creo que nada lo hará.


Twitter: @Benjamin_Muniz